Una vez que observó a su igual ingresar de nueva cuenta a su trabajo se alejó a paso lento del lugar, con las mejillas aún ardiendo por lo ocurrido se encaminó a uno de los tantos locales de comida que había por la zona, aunque iba distraído y no podía decir el nombre de las calles con precisión, conocía el sitio a la perfección, pues era un lugar en el que pasaba demasiado tiempo, cuando al fin llegó al sitio que buscaba, un poco cohibido entró, miró la pizarra negra en la cual estaban escritos los alimentos que ahí vendían, buscando lo que sabía pediría de antemano, mientras esperaba en la enorme fila, agradeciendo el calor emanado de aquella multitud que, tal como hacía el, esperaba ordenar algo.
Unas sopaipillas y un tecito bien caliente pal frío hubieran sido más que suficientes para él, sin embargo, consideró a su suegro y la pésima impresión que le brindó con anterioridad a la hora de realizar su pedido, sonrió de lado al pensar en qué diría su madre si lo viera haciendo cosas así (omitiendo el hecho de que su pareja era un hombre). Mientras esperaba se sentó en una mesa vacía, un poco dudoso comenzó a revisar los mensajes que Nicolás le había mandado al Bestia, sorprendiéndose y sintiéndose mal por la diferencia que había desde el primero:
"Oe' Hijo e' la perra sabís algo del Naiko?"
Al último de los 16 mensajes, aunque el Nico rara vez utilizaba comas, él lo conocía tan bien que sabía en qué parte iba cada una, aún si estas no estuvieran:
"Weon te lo imploro si querí te chupo el pico pero por favor si sabis algo del Naiko si te contesta si lo ves o lo que sea házmelo saber es de vida o muerte no estoy bromeando si sabis algo de el o de donde esta avísame ya le llame varias veces a su casa y su vieja tampoco sabe donde esta urge encontrarlo"
Pasó su mano derecha por su cabello, evidentemente preocupado, se sentía un mal amigo y, como si no fuera suficiente, a esas horas su vieja debía haber cachado ya que algo pasó con el Holy. El celular del Bestia comenzó a vibrar con insistencia en su mano, dejó de revisar los mensajes del Nico para ver de qué se trataba, frunció un poco el ceño al ver que Óscar tenía seis mensajes nuevos de un número no registrado en los contactos, una mueca se apoderó de su boca al leer apenas un fragmento del último mensaje recibido "Ya, bueno xD mi amor, la próxima vez que te vea te daré muchos besitos si vo no me comes como a ese perro...".
Dudó en revisar o no el mensaje, releyó lo que el aparato le permitía ver, haciendo énfasis en el mi amor, aunque no se atreviera a admitirlo ni ante sí mismo, sentía un poco de celos, respiró profundamente mientras echaba la cabeza hacia atrás, en un intento de despejarse de las emociones de mierda que se estaban apoderando sin piedad alguna de su cuerpo, permaneció amurrado mientras esperaba su orden, una vez que la tuvo se encaminó de regreso al trabajo del bestia mientras marcaba a su madre para avisar que no llegaría.
- 27 años Nicolás, a esta edad ni siquiera deberías regresar a la casa. Quiero sin falta el pan que me prometiste -le dijo amorosamente su progenitora antes de colgar.
Regresó al trabajo de su igual poco después de la media hora, su corazón dio un vuelco al ver al Panes esperándolo en medio de la lluvia, sin siquiera moverse; apenas sus miradas se cruzaron el más robusto sonrió y corrió a su encuentro, envolviendo al Naiko en un abrazo que lo dejó empapado del pecho, tuvo que estirar el brazo que con el cual sostenía el pan y la comida para que no se mojasen.
- ¿Qué pasa, perro? -preguntó con burla al ver la cara de asombro que tenía el mayor.
- N-Nada, partamos nomás.
Mientras comenzaban a andar en dirección al paradero, Bestia tomó con una mano el paraguas y con la otra entrelazó sus dedos con los de la mano libre de su acompañante, acariciando con sutileza el dorso de su mano en un intento de calentarla, le encantaba el contraste que tenían sus manos rasposas con las tersas de Nicolás; pronto cambio de posición, arropando al castaño bajo su brazo, importándole poco y nada el frío que le calaba los huesos por estar mojado sonrió, hacía tiempo que no se sentía así, tan feliz y pleno.
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Lluvia - Beiko (Jaidefinichon - Goth)
RomanceAl final de aquella noche lluviosa de finales de Agosto, dos jóvenes que no esperaban nada el uno del otro, se darán cuenta, de una manera que jamás hubieran imaginado, que algo floreció entre ellos. La pregunta no sólo es ¿desde cuándo existía ese...