Masacre en la fortaleza

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Los espartanos tuvieron que replegarse, asombrosamente, los rodas, lograron detener el avance espartano y hacerlos para atrás, ya que al no tener municiones de armas de asedio y no lograr infiltrar las que si podían usar para atacar, entre las tropas, los espartanos perdieron esa ventaja, y los rodas con la arquería escondida en la fortaleza y el hecho de ser locales y contar el apoyo de que podían pedir refuerzos, dio la clave para que ellos sobresalieran y vencieran el primer asalto a su territorio, esto, desmoralizó a los hombres y Evan tubo que retirar a su ejercito para no obtener un derrota inevitable, mas no perdió la esperanza de ganar y de seguir conquistando en lo que era su mejor campaña, así que una vez fuera del alcance roda, reorganizo las tropas y se preparo para un nuevo ataque, esta vez, la caballería iría adelante para aminorar las perdidas por ataques directos de la arquería oculta y acabar fácilmente la infantería defensora, las armas de asedio irían detrás de ellos y una vez llegado a los muros se propondrían a abrir a la fuerza la entrada al basto territorio roda, y finalmente atrás iría la infantería y arquería para atacar una vez adentro, los hombres motivados nuevamente por la inspiración y la tenacidad de su líder, estaban dispuestos a ganar esta guerra, todos listos y ordenados fueron marchando y los jinetes a galope lento hacia el recuperado ejercito roda, quienes no habían cambiado su estrategia de los arqueros ni los refuerzos adentro, por que les resultó conveniente, según ellos, y lo que no sabían era que habían firmado su condena de muerte, por que para Evan era totalmente beneficioso eso, así que él no desaprovecharía esto, y junto a sus hombres corrieron hacia la fortaleza, los jinetes se apresuraron e hicieron que los caballos corrieran lo mas que podían, las inmensas torres de asedio eran jaladas con mas fuerza, los arietes cargados presurosamente con mas entusiasmo de guerra y los soldados y arqueros corrían a lo que le daban sus piernas como si no existiera un mañana ansiosos de saciar su sed de sangre, todo este poderoso ejército tenia un solo objetivo, y era ganar, y lo iban a lograr cueste lo que cueste; los rodas por su parte no tenían esa pasión ni se ese ímpetu, mucho menos ganas de lograr la victoria por perdida de ellos, solo anhelaban el empate o la salvación de su pueblo, así que la ventaja no solo radicaba en fuerza de guerra, diferencia numérica o superioridad estratégica, también se notaba la perdida moral y psicológica de los rodas ante los espartanos, por ello la defensa no siempre es el mejor ataque, y tan solo después unos pocos segundos los ejércitos chocaron, miles de rodas eran rápida y despiadadamente asesinados por la caballería espartana, los hombres caían al suelo sin vida por que no tuvieron tiempo de atacar y aunque lo hubieran tenido no habrían podido haber hecho nada por que un hombre protegido con solo telas en el pecho y una lanza ligera que no permitía apuntar ni maniobrar bien, contra un jinete equipados con bronce, un casco de protección total y una espada larga y pesada y un caballo enorme que podía pisotear y patear, por lo tanto matar al instante, a cualquier hombre que se cruzara de frente, no era necesariamente justo, pero en la guerra todo vale, así que los jinetes siguieron acabando con lo que era la infantería defensora y fácilmente esquivando las mortales flechas de los arqueros ocultos en la fortaleza, pues los caballos se movían ágiles y hacia todos lados, y la puntería de los rodas era casi nula por ello, así que al disparar no solo no le daban a los espartanos si no que también algunos le daban a sus propios compañeros, y por ello su general los derivó a que esperen junto al resto del ejército que aguardaba adentro de las puertas de la fortaleza, esta decisión fue clave en la guerra pues las bajas por flechas en la caballería, aunque eran pocas, disminuyeron a ninguna y así pudieron destrozar mas fácilmente a los defensores que quedaban, los caballos aplastaron, literalmente, a los soldados rodas y los jinetes mataban a cuantos podían y sin la necesidad de cubrirse de las flechas adquirieron las agilidad porque su escudos podían engancharlos en su espalda y pelear mas fácilmente, así fue la masacre roda en las afueras de sus propia fortaleza, mientras que las tropas caían por montones, los comandantes ordenaron que se cerrase la entrada para evitar el paso espartano, así que los que alcanzaron a escuchar el aviso corrieron a adentro, y lis que no, se quedaron afuera y cuando se dieron cuenta, suplicaron porque se les abriera las puertas pero no hubo respuesta, los reducidos soldados murieron rápidamente y los espartanos se apresuraron a traer los arietes para derribar la entrada, decenas de hombres empujaban la pesada y colosal arma, la colocaron en frente de la entrada y comenzaron a balancearla, pues su ariete funcionaba como un columpio, cada vez que los soldados los balanceaban estos golpeaban mas fuerte la entrada roda. Los golpes se hacían mas ruidosos y cada vez amenazaban con derribar lo que para los rodas era su única defensa, estos estaban atemorizados dentro de su fortaleza, esperando que los espartanos se cansaran y se vayan, aunque ellos mismos sabían que eso no iba a pasar, solo deseaban que no tuvieran un final tan horrible, pero eso no era lo que tenia pensado Evan. Después de un largo tiempo, los arietes lograron astillar la entrada, los rodas quedaron aterrorizados y se pusieron pálidos como nieve, los soldados defensores tomaron lanzas y espadas pero el miedo las hizo soltarlas, los espartanos siguieron golpeando la entrada hasta que hubo una abertura lo suficientemente grande para que los hombres puedan pasar por allí, quitaron el ariete y todos los espartanos ansiosos de cobrar su victoria, presenciaron algo horrible; ante la inminente victoria...

Vida Espartana :VolumenI Guerra por EspartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora