Poder, el poder es tuyo

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"Señores...hoy...hicimos historia en Esparta...esta..."

Fue interrumpido por algo inesperado, una flecha le traspasó el pecho y se le quedó saliendo por delante. El público se impresionó mucho, y sus ojos se les abrieron como platos. Oscar se retorcío de dolor, y cayó de donde se encontraba, Evan y Orfeo fueron los primeros en su auxilio, se arrodillaron y alcanzaron a escuchar sus últimas palabras, pero antes, Evan le dijo suplicante:

"Mi rey, no nos abandone ahora, hemos ganado y no podemos sufrir su pérdida, porque entonces este triunfo sería una copa vacía"

Oscar le miró con los ojos ya semicerrados y le dijo con voz agonizante:

"Evan...esta no será una derrota, porque aquí hoy morirá un rey viejo, y nacerá otro nuevo"

Evan tartamudeo un poco tratando de responderle algo, pero él prosiguió:

"No he sido muy buen rey, pero creo que tu lo podrías ser, mejor que yo"

Evan le respondió apresuradamente:

"No, mi rey, yo no puedo, soy aún joven e inmaduro, en cambio usted, tiene experiencia, por favor, no nos deje"

El rey, ya casi muerto, reunió las fuerzas que le quedaban y le dijo:

"Evan, yo no he dejado herederos al trono, ni siquiera tengo algún sobrino, o familiar hombre, serás tú, mi mejor elección ahora, lleva a Esparta a la gloria muchacho..."

Después Oscar expiró, Evan lo tuvo en sus brazos y luego se levantó, la gente los comenzó a rodear, él los miraba a todos con tanto asombro y aún estaba perplejo por lo que había sucedido. Orfeo que todavía permanecía arrodillado, se dió cuenta de eso, se paró enseguida y exclamó:

"¡Todos arrodillais frente a su nuevo rey...Evan!"

Nadie del pueblo dudó, y todos se arrodillaron enseguida, Evan fue el único de pie por un momento, hasta que él mismo dijo:

"Todos de pie"

Y todos se levantaron

"Ahora, nuestro rey a muerto, y su última voluntad fue nombrarme rey sucesor de Esparta, no os pido que me aceptéis como rey, porque no siento que estoy listo, solo he ganado una batalla y fue mi única, sé de guerra pero no tengo suficiente experiencia, todos vosotros necesitáis a alguien más capacitado..."

Le interrumpió Orfeo diciendo:

"Tonterías, sois un gran guerrero, valiente, osado, astuto y buen luchador, creo, al igual que toda Esparta, que debéis ser nuestro rey"

El pueblo espartano exclamó en señal de afirmación y comenzó a dar porras con su nombre, por todos lados personas gritaban a lo que sus gargantas les daban:

"!Evan, Evan, Evan,..."

Orfeo le dijo:

"Vez mi señor, el pueblo lo quiere, y también lo necesita"

Evan estaba maravillado y feliz por dentro, en su mente sucedía una explosión de decisiones, pensaba en ser el rey, en rechazar la oportunidad, pero lo más sensato era aceptar, así que Evan decidió y dijo:

"¡Pueblo de Esparta, he tomado una desición,....aceptaré el cargo de rey, y os prometo que los lideraré de la mejor manera, en lo que me sea posible"

Todo el pueblo aplaudió y se alegró mucho, pareciera que nadie hubiera sido asesinado horriblemente hace unos momentos.

Pasados unos cuantos días, se hizo el funeral del rey Oscar II, al cual asistió toda Esparta, y pasada una semana después de ello, se realizó la coronación de Evan, como nuevo rey. Fue todo muy cordial, hubo un festín, y todos venían con sus mejores vestimentas excepto los esclavos y sirvientes; nada malo ocurrió durante unas semanas, así que Evan decidió que su ejército debería mejorar sus técnicas de ataque y los soldados reforzar su entrenamiento en otro lado, aprender cosas nuevas, expandir horizontes, fue con sus consejeros reales y les preguntó si sería buena idea lo que estaba pensando, pero la mayoría opinó que no, pues Esparta quedaría indefensa al mandar a sus soldados a otras regiones, esto a Evan no le agradó, y no se opuso a nada por ese momento.

Ya transcurridos unos meses, los soldados espartanos habían dejado de entrenar y se estaban dedicando a otras actividades menos a la guerra, Evan ya tenía un mal presentimiento.
Una noche, Rodas, una legión de guerreros rebeldes, que pertenecían a una región del mismo nombre, no amiga a Esparta, atacaron las fronteras espartanas porque en su pueblo escaceaba la comida.
Un ejército de aproximadamente cinco mil hombres atacó en la madrugada el lado Norte del territorio espartano, los guardias de allí, no pudieron contenerlos por su gran número, los soldados en sus casas tampoco, pues estaban indefensos, los rodas saquearon lo que pudieron y secuestraron a algunas mujeres y niños. La noticia viajó rápidamente a oídos de Evan, que se encontraba durmiendo, y mandó una fuerza de trece mil hombres para exterminar a los rodas, con ordenes claras de no tener piedad en absoluto, los trece mil soldados llegaron rápidamente y comenzó la lucha, como aún estaba todo a oscuras y los espartanos carecían de antorchas y los rodas en cambio no, la ventaja de la numerocidad espartana se vino abajo, los rodas aprovecharon eso y mataron a cuan espartano se les cruzara, para suerte de los espartanos amaneció de repente y pudieron contrarrestar a los rodas, la ventaja numérica ya no existía así que peleaban iguales, pelearon y lucharon durante toda la mañana, unas veces estaban ganando los rodas y otras veces los espartanos. La batalla no iba a ningún lado, ambos bandos ya heridos y con muchas bajas, no sabían si rendirse e irse con la derrota o seguir luchando para obtener una derrota, ya no habría victoria que conseguir si todos morirían para alcanzarla, Evan comprendió que esto no se ganaría si no se utilizaba todo el poderío espartano, así que llamó a todos los soldados faltantes que habían en Esparta y les ordenó que vayan y ayudaran a los suyos, los veinte mil soldados fueron a ayudar. Una vez allí, se dieron cuenta que los rodas habían aumentado su número, caballería e infantería nueva habían llamado también, así que nada había cambiado, la batalla no cesó, los hombres caían y se desangraban, la tierra se convertía en lodo rojo y viscoso por tanta sangre derramada, las espadas se desgastaban y algunas se rompían por tanto que las chocaban entre sí mismas, los escudos eran astillados y quebrados por la magnitud de los golpes y todo lo que estaba pisando el campo de batalla o era usado en el, ya no iba a volver en una sola pieza.

Vida Espartana :VolumenI Guerra por EspartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora