Volumen II: Un nuevo amanecer

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Los dos bandos, corrían uno contra el otro, el espacio que los separaba aún, se hacía cada vez más insignificante. La sangre estaba a punto de derramarse como si de una cascada de agua de río se tratase.

Las primeras filas impactaron al fin...el golpe fue estremecedor, los caballos de los oponentes se entrecruzaron como los dedos de una mano cuando uno reza, las jinetes de Iris por la ventaja del terreno pudieron abatir con cierta facilidad a alguno que otro espartano desorientado, y los espartanos por su experticia y su mejor condición física también lograron acabar con alguna mujer, así que el choque fue parejo en cuestión de pérdidas.

Una vez que los ejércitos se hubieron mezclado completamente, todo se volvió caótico, mujeres y hombres masacrandose unos a otros mientras el ardiente sol del desierto hacia mella en ellos, pero los espartanos aquí tenían la ventaja, sus mejores equipamientos les ofrecieron obvia mente una mejor protección, en cambio las mujeres apenas estaban envestidas, así que después de unas cuantas horas las hombres se hallan ganando.

Evan que se encontraba en el medio de la batalla, luchaba con valor, pero con melancolía a la vez, recordaba que él no tenía mujer, ni siquiera siendo rey ahora, y le preocupaba hace algún tiempo que no dejase herederos como el rey que le dio el trono, además, luchaba con el peso de que sus hombres estaban acabando con sus propias mujeres, trataba de imaginar lo que esas pobres almas estaban pasando, no serían los mismo sin duda, así que, justo en ese momento se encontró con Iris que venía dispuesta a asesinarlo, blandeó su espada contra la suya, se separaron y Evan bajó de la montura de su caballo, los que luchaban a su lado no se atrevieron a intervenir en esa contienda, Iris también bajó del suyo, y se formó un pequeño sendero donde ellos se batirían a duelo; Iris no perdió tiempo y se abalanzó con Evan, el con cierta facilidad desvío su movimiento, contraatacó y cuando estuvieron muy junto y mirándose le dijo:

"Porque os habéis revelado, nosotros luchamos por una causa, y es defender a Esparta, y eso las incluye, estos hombres, sus esposos, hermanos, hijos, pelean con vuestra patria"

Iris se libró de él y mientras le apuntaba con su espada le respondió:

"Tú, mi rey, no defendéis Esparta, fuisteis a luchar sin ninguna razón, estábamos tan bien viviendo en paz y en armonía, todo era bello y bueno, tu ambición hizo que otros pueblos nos desearan atacar, y mientras no estuvisteis Esparta fue saqueada, apenas y pudimos huir, los que se quedaron no fueron suficientes, no estuvisteis listo para ser rey"

Evan lo meditó un escaso segundo, pues era cierto, tal vez y no había echo lo correcto, pero sabia que si se acostumbraban mucho a la paz y a estar defendidos por unos muros, Esparta se volvería un pueblo dócil y ese nunca había sido su propósito, y le respondió mientras ambos giraban con las espadas apuntándose uno al otro:

"Mucho de algo siempre resultó ser malo, inclusive la paz, no dejaré que Esparta se convierta en un pueblo de granjeros y ganaderos acostumbrados a la libertad que le ofrece una ciudad fortificada supuestamente impenetrable, no espero que me entiendas, pero si espero que pienses en que esto no es justo para nadie -chocan espadas- es inhumano hacer que esposos y esposas, padres y madres espartanas y espartarnos se dispongan en bandos contrarios y luchen a morir, lleguemos a un acuerdo, mira a tu alrededor..

Iría volteo rápidamente y vio lo que había provocado, pero, lejos de recapacitar, aprovechó el momento y colocó fugazmente el filo de su arma en el cuello de Evan, colocó su boca en en el oído de este y le dijo casi susurrándole:

"Esta bien, su majestad -en un tono irreverente- hagamos la paz, me retiraré de nuevo tras aquella duna, tú si deseas refugiate en la ciudad, mañana lo arreglaremos de un modo más, amigable"

Evan reaccionó y le contestó:

"No, por favor vayan ustedes a la ciudad, nosotros tenemos tiendas y provisiones aún del viaje -hizo una pausa- y gracias por aceptar mi propuesta"

Iris le alejó su espada del cuello y le volvió a reponer:

"Que caballero -rió- esta bien, entonces, mañana al medio al medio día"

Evan asistió y ambos lideres anunciaron la retirada, todos los y las combatientes bajaron sus armas y se alejaron, se comenzaron a recoger los cuerpos y a armar las tiendas, las mujeres ingresaron a la ciudad y cerraron la entrada, un ambiente extraño inundaba ese escenario, la batalla había terminado ese día, mas todo había quedado inconcluso, el día siguiente sería importante para la historia de toda Esparta.

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Y bueno, después de taaaanto tiempo, eh decidido continuar esto que me encanta tanto, lo deje hace unos años pues la continuación que ahora ya no existe de este libro, que lo tenia pensando hacer, no tuvo el impacto que yo hubiera imaginado y eso me desanimó, pero ahora gracias a algunos buenos consejos de una amiga, continuaré esto que es mi arte según ella jaja, sin importar que muchas lo lean o no, yo seguiré haciendo lo que me guste, espero alguien aun tenga interés por seguir la historia de Evan jaja, le daré mucha vida aun y estoy emocionado por los planeas que tengo, gracias por los que me han apoyado y me ganare su confianza de nuevo, mil gracias, hasta la siguiente ^^

Vida Espartana :VolumenI Guerra por EspartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora