Capitulo 13

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super maratón jkskdss 3/?

Capitulo 13:

Me limpié un poco las lágrimas, pero la desesperación aun estaba en mí. No sabía qué hacer, no podía encontrar una solución a mi problema. Pensé que iba a morirme. Miré al cielo, como buscando una respuesta. Cerré los ojos y comencé a desvariar. Entonces un recuerdo llegó a mi mente.

-¡Estás loca! - grité y mis ojos estaban desorbitados, no podía ver a Leslie lastimándose.
Ella me miró con suplica, yo la tomé de las muñecas pero su fuerza era increíble a pesar de su estado. Me atrajo hacia ella hasta que su boca quedó en mi oído.
-No conseguí dinero..., era...casa o droga - susurró - No podía... quedarme sin casa, tuve que recurrir... a este método - dijo pausadamente.
-¿Funciona? -pregunté en un murmullo.
Ella se apartó de mí y me sonrió.
-¿Tu qué crees?

Abrí los ojos de golpe y comencé a levantarme. Bajé las escaleras con rapidez, aun tenía la vista un poco nublada por las lagrimas que había derramado. Cuando me encontré en la planta baja comencé a correr en la dirección por la que había llegado.
No sabía qué aspecto tenía, pero sabía que no era el mejor, las personas me lanzaban miradas desaprobatorias. El viaje de regreso me estaba resultando eterno, necesitaba llegar ya. Una vez más apretaba mis puños con fuerza y revolvía mi cabello. La ansiedad y desesperación aun no se iban, ni por un rayo de esperanza.

Cuando llegué de nuevo a la habitación del hotel, lo primero que hice fue revisar la habitación por si Justin había llegado pero no, estaba sola aun. Me fui directo al baño y me despojé del abrigo, el vestido azul y las zapatillas. Me paré frente al espejo en ropa interior. Tomé un rastrillo y lo rompí hasta sacar las navajas.
Mi respiración y mi pulso se aceleraron, podía sentir una adrenalina recorrerme el cuerpo. Abrí la llave de la tina y mientras esperaba a que se llenara observé las navajas. Nunca antes había intentado ese método, pero Leslie había dicho que si funcionaba. En unos momentos más lo descubriría. Si, tenía miedo, pero las ansias eran más grandes.
La tina se llenó y yo me introduje en ella, en ropa interior. Tome la navaja con fuerza y luego la dirigí a mi brazo. Mi respiración agitada y el corazón palpitándome a mil por hora. Entonces hice una cortada en la muñeca y la sangre comenzó a salir a borbotones, pintando de color rojo el agua. Dolió, dolió mucho, pero no importaba, necesitaba seguir haciéndolo. Dirigí la navaja más arriba e hice otra incisión, más sangre y dolor. Seguí haciendo lo mismo unas diez veces más, el dolor cada vez era menos. Después de ese brazo me pasé al otro, el mismo procedimiento.
Cuando pensé que era suficiente dejé la navaja fuera de la tina y yo me recosté. La adrenalina desapareció y una sensación de calma la sustituyó. Una relajación tan buena, tan rica. Podría quedarme ahí en el agua siempre. Todo estaba bien, toda había salido bien. Las ansias se fueron al igual que la frustración. Ya estaba bien, había funcionado.
Estaba cerrando los ojos cuando escuché un ruido fuera del baño, estaba tan cómoda que no me moví, solo me limité a agudizar el oído.
-_________ - me llamaban -¿_________?
Entonces tocaron la puerta del baño. Me mordí el labio ligeramente, no quería contestar. Mejor que Justinse fuera, que creyera que me había ido.
-¿________? - volvió a tocar la puerta -¿Estás ahí?
No contesté y dejé que mi cabeza se fuera hacia atrás, ignorándolo. Miré el techo y entonces escuché que la puerta se abría. No miré a JUstin, porque sabía la cara que iba poner al verme de esa forma. No quería arruinar la imagen bella de él.
-¡_________! - gritó y vi como se acercaba a mi - ¡__________!
Lo miré, su expresión era de completa preocupación.
-Estoy bien - dije, en una forma de que se tranquilizara pero no funcionó.
-¡¿Pero que te has hecho? ¿Qué te ha pasado?!
-Estoy bien - repetí.
-No, no estás bien.
-¡Estoy bien!- dije, quería que me dejara ahí.
Entonces sus brazos se adentraron en la tina pintada de sangre y me tomó en brazos. Fruncí el ceño con enfado y comencé a patalear mojándolo todo.
-¡Déjame Justin déjame! - gritaba.
-_______, ¿Qué está pasando? - decía mientras me tenía en sus brazos, a pesar de que pataleaba y me retorcía no me soltaba.
-Todo está bien.
-Necesitas un doctor - dijo alarmado y fue en ese momento en el que reaccioné.
-¡NO! Un doctor no - grité.
Me miró confundido.
-¿Cómo no? ¡Te estas desangrando! - dijo exasperado.
-¡Ya te dije que estoy bien! - grité - No te atrevas a llamar a un doctor - le advertí aun en sus brazos.
Empapada me tumbó en la cama. Me detuvo de las piernas, inmovilizándome. Me reincorporé en la cama y lo miré mal.

call girl, no phone || j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora