Capitulo 26

1K 45 0
                                    


Capitulo 26:

No podía estar más impaciente por volver a ver a Justin. Había sido una semana dura. Desde el día en que nos habíamos confesado el amor que sentíamos el uno por el otro, sentía una necesidad más grande de estar con Justin. Quería tenerlo cerca, quería abrazarlo y besarlo hasta que me ardieran los labios.
Trataba de concentrarme en otras cosas, pero era imposible. No podía olvidar aquella noche, tan especial para los dos. Ahora solo hacía falta esperar que terminara mi rehabilitación, y así podría estar siempre con él.

Aquél día Justin fue a visitarme. En cuanto pasó el umbral de la puerta no pude contenerme y me abalancé sobre él dándole un abrazo.
Él se río con ganas y me estrechó fuertemente.
-Te extrañé - dije acariciando su espalda.
-¿Y crees que yo no? - dijo riéndose entre dientes.
Me separé un poco de él, para poder mirar su rostro. Sus ojazos se clavaron en mi rostro. Entonces en un movimiento rápido, Justin me cargó. Solté un gritito, por el gesto tan inesperado y me apreté más a él. Pasé mis piernas alrededor de su cintura y miré hacia abajo, topándome con su mirada. Él alzó su cabeza y sus labios besaron primero mi barbilla, la comisura de mis labios y finalmente me plantó un dulce beso en la boca. Solo sentir esa caricia me hizo estremecerme. Posé mis manos en su cara, sin dejar de besarlo y noté que nos movíamos.
Justin se sentó en la cama y yo no me quité de encima de él. Bajé mis manos por su cuello, acariciándolo y llegué hasta su pecho. Podía sentir su corazón latiendo con rapidez. Él acariciaba mi espalda con cariño. Nuestros cuerpos necesitaban aire, así que nos separamos, pero solo un poco.
Respiraba entrecortadamente, pero aun así le sonreí. Él se acercó un poco más y pegó su frente con la mía, obligándome a mirarlo directamente a los ojos. Me sentí atrevida, con un movimiento hice que nuestros labios se rozaran con delicadeza. Pude sentir que él se había estremecido al igual que yo. Se río, tomó mi cara en sus manos y presionó dulcemente sus labios en los míos, en un beso rápido.
No despegué la mirada de su rostro y él tampoco, nos quedamos así, sintiéndonos cerca, compartiendo el espacio. Fue en ese momento cuando noté algo extraño en su semblante, había una media sonrisa en su rostro, pero esa felicidad no le llegaba a sus ojos.
-¿Pasa algo? - le pregunté confundida y un poco temerosa - ¿No estás feliz de verme?
Justin ensanchó aquella sonrisa.
-Claro que estoy feliz de verte - dijo y se acercó para plantarme un corto beso - No podría estar en un mejor lugar que en tus brazos - murmuró y suspiró.
-Pero... - dije y lo miré con los ojos entrecerrados -Hay algo mal, ¿verdad?
Lo conocía muy bien, cuando algo andaba mal no era ese chico alegre y juguetón. Guardaba más silencio y sus ojos lo delataban. La idea de que no se encontrara feliz conmigo cruzó mi mente, haciendo que se me formara un nudo en la garganta. Miré hacia abajo y traté de apartarme de él. Pero antes de quitarme Justin me apretó más a él, tomándome por la cintura. Levanté el rostro y él hizo una mueca.
-Si - susurró - vas a odiarme...
Tragué con dificultad. ¿Qué demonios estaba mal? ¿Qué era? Mi mente comenzó a pensar en que había sido todo demasiado bueno como para ser verdad. No me moví y fijé mi vista en su rostro.
-Yo... me voy de gira... - murmuró y dejó caer la cabeza, recargándose en mi pecho.
Solté todo el aire que había estado aguantando, pero el alivio no llegó. Justin se iba. Abrí la boca para decir algo, pero simplemente las palabras no me salieron, la cerré.
-me acaban de decir en un par de días atras - me explicó él, que aún estaba recargado en mi pecho y con la mirada hacia abajo - No me lo esperaba.
-Te vas a ir - dije con un hilo de voz.
Él levantó la mirada, tenía los ojos vidriosos y pude sentir como mi corazón se oprimía por aquello.
-No quiero irme, no sin ti - dijo con pesar.
Miré el techo y suspiré dificultosamente.
-Si pudiera llevarte conmigo, lo haría pero... simplemente no puedo. Hablé con Macy y me ha dicho que no puedes dejar la rehabilitación, no es conveniente.
Pude sentir como una lágrima resbalaba por mi mejilla. Tenía miedo, no podía creer que ya no vería a Justin en tanto tiempo. Si pensaba que un día a la semana no bastaba, iba a ser peor por no verlo durante tanto tiempo.
-¿Por cuánto tiempo? - pregunté con la voz rota.
Justin me limpió la lágrima con su pulgar.
-Unos cuantos meses - hizo una mueca - Diablos, no quiero irme - se quejó.
No me contuve más y lo abracé con fuerza, quería aferrarlo a mí, que nunca se fuera de mi lado. Escondí mi cara en su cuello y lo empapé un poco con mis lágrimas, pero no importaba, quería sentirlo cerca.
-¿Me prometes que vas a estar bien? - preguntó acariciando mi cabello.
Yo asentí.
-Voy hacer un esfuerzo por estar comunicándome contigo todo el tiempo que pueda, ¿ok? - Prometió - Tienes que saber que no me perderás, te prometí que siempre estaría contigo y así será.
Me despegué de su cuerpo y lo miré con una media sonrisa.
-Si vamos a empezar a hablar de los puntos positivos de esto- comencé a decir- pude que cuando vuelvas yo ya pueda salir.
Él se río y acarició mi mejilla.
-Exacto - se acercó y me besó, atrapó mis labios dándoles caricias con dulzura, un beso que representaba más que una acción.
Al separarnos, solté un suspiro. No podía hacer nada para cambiar las cosas, y eso me llenaba de impotencia. Lo único que podía hacer era aguantar por esos meses que él no estuviera.
Lo miré fijamente, tratando de grabar cada centímetro de él en mi memoria. Ladeé mi cabeza y acaricié el arete en su oído izquierdo, él sonrió. Mi mano recorrió toda su mejilla hasta llegar a su barbilla. Llevé ese mismo dedo a sus labios y los delineé, Justin cerró sus ojos dejándose llevar por los pequeños roces que le daba.
Mi mano fue hasta su cuello, me acerqué a él y lo besé en el cuello. Una media sonrisa se posó en su rostro y yo solté una risita. Seguí el recorrido, pasando por su pecho hasta llegar a sus abdominales. Me maraville al notar la forma en que se marcaban sus músculos. El posó su mano en una de mis piernas, y con suavidad la acarició. Mientras yo, acaricié la palma de su mano. Con un dedo recorrí su brazo, pasando por sus hombros y llegando de nuevo a su cuello. Respiré profundamente. Como me encantaba ese hombre.
-Te amo - susurré haciendo que nuestros labios se rozaran.
Él abrió los ojos y me dedicó una hermosa mirada.
-Y yo a ti - dijo también en un susurró.

call girl, no phone || j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora