Capitulo 25

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Capitulo 25

Incluso me estaba olvidando de respirar. Él se mordió su labio y sonrió - todo este tiempo que he pasado contigo ha sido muy bueno, como te digo... te he conocido y he aprendido de ti, y espero que también tu hayas aprendido de mí - arrugó la nariz, una expresión tan tierna en él - Pero a pesar que en un principio no te abriste completamente conmigo, pude conocerte bien. ________..., tienes una actitud tan admirable, eres inteligente, astuta, pero lamentablemente enfocaste esas cualidades en hábitos malos... pero al mismo tiempo eres la persona más tierna, dulce e inocente que conozco;... eres una gran persona... tienes un gran corazón, y creo... que con esos pequeños detalles, que están muy por encima de lo que eres por fuera...tu... pues... me... me enamoraste...
En ese momento sentí que las piernas me temblaban, mi corazón dio un vuelco emocionado y un estremecimiento me recorrió el cuerpo. ¿Estaba escuchando con claridad? ¿Él lo había dicho de verdad?
-¿Enserio? - dije con un hilo de voz.
Él soltó una risita y asintió.
-Estoy loco y perdidamente enamorado de ti, __________ - dijo mirándome fijo - Y sabes que... yo creo que tú serás esa persona que me querrá más allá de lo que soy, más allá de mi éxito, me querrás por ser yo mismo. Por favor, dime que no me equivoco - suplicó.
-Justin... esto es- solté una risa nerviosa - es increíble - sin perder tiempo me atrajo más a su cuerpo, pegó su frente con la mía y me miró más de cerca.
-¿Acaso crees que te mentiría?
-No - susurré muy cerca de sus labios - me siento como en una película - dije con una risita.
Él se rió al igual que yo, pero no me despegó de su cuerpo.
-¿Sabes desde cuando me di cuenta que te amaba? - suspiró - Desde que entraste a la clínica, y te separaron de mí. Estaba tan acostumbrado a ti, a tu presencia, tus abrazos y esos leves roces de nuestra piel. Y que de un de repente te fueras... fue un golpe en la cabeza que me dijo "Hey, tú la amas".
Suspiré mirándolo, no podía creer todo lo que estaba diciendo.
-Dame esa oportunidad de enseñarte lo que es el amor de verdad, date la oportunidad a ti de ser feliz - murmuró - Estoy dispuesto a darlo todo por ti. Creerás que estoy loco, pero tú me has hecho así. Dime...
Le tapé su boca con un dedo y sonreí.
-Yo me siento igual Justin, de la misma manera, loca y perdidamente enamorada de ti... solo que... - pero no pude terminar la frase porque sus labios presionaron los míos.
Fue la sensación más hermosa que en mi vida había sentido, sus finos labios sobre los míos. Podía sentir como mis terminaciones nerviosas comenzaban a cobrar vida, como electricidad. Él acarició mis labios con dulzura, con cuidado, con amor. ¿Cuánto había deseado este momento? Y ahora simplemente parecía lo mejor. Atrapó mi labio inferior, entre caricias, mientras yo atrapaba el suyo. Abrí ligeramente mi boca, tratando de profundizar el beso, pero era él quien me llevaba así que decidí dejarme llevar. Delineó cuidadosamente mis labios con su lengua, para después volver a presionar sus labios contra los míos. Mis manos se movían torpemente por su cuello y su mentón, así que decidí dejarlas en su cuello, mientras él acunaba mi rostro en sus manos. Podía estar así para siempre y sería feliz. Nuestro cuerpo ya no pudo soportar otro momento sin aire, así que nos obligó a separarnos, pero solo un poco. Abrí los ojos, y él ya estaba mirándome con un brillo especial en ellos. Podía sentir un ligero roce de nuestros labios, y nuestro aliento seguía combinándose. Respiraba entrecortadamente al igual que él.
-Te amo - dijo temeroso.
Una lágrima resbaló por mi mejilla, pero era pura felicidad. Nunca pensé que esto me pudiera haber pasado a mí.
-Te amo - contesté en un susurro y con una sonrisa.
Justin me limpió la lágrima con un beso y sentí que mis mejillas se encendían. Las sensaciones que estaba teniendo eran muy nuevas para mí.
-¿Siempre? - pregunté.
-Siempre - aseguró.
Ahora sí, mi felicidad estaba en el grado más alto. Nunca en mi vida me había sentido tan feliz, tan amada por alguien. Y finalmente había llegado alguien.
-Si pudiera llevarte conmigo, para que no regreses a la clínica. Quiero que te quedes conmigo - me susurró e hizo un puchero.
Cerré mis ojos y sentí como él me besaba mi frente, mi nariz, mis pómulos y finalmente mi boca. Se sentía tan bien, esos pequeños y ligeros roces.
-Si pudiera, pero tengo que estar bien - suspiré y abrí mis ojos para toparme con su hermoso rostro -Tengo que ponerme bien por ti.
Él sonrió con ternura y me abrazó.
-Vas a estar bien, yo lo sé - aseguró.
-Por ti - repetí.

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