Cap. 3 "¿Adrien?"

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Narra_____:

Salí de aquel baño en busca de Cristina, pero ella ya había desaparecido y no había rastro de ella.

Al mirar a mi padre observé que esta vez había terminado de hablar mas rápido que antes, por eso me estaba esperando. Me apuré en ir con él.

Papá: Nuestra casa todavía no esta lista, así que nos quedaremos en la casa de un viejo amigo, la limusina nos espera afuera.

¿En la casa de un amigo?
Personalmente me incomodaría estar en una casa ajena, pero órdenes son órdenes. A él ni le parece importar en que lugar se quede hospedado.

Papá: Al parecer mi amigo me contó que tiene un hijo de tu misma edad, tal vez se lleven bien.

_____: Yupi —hablé sarcásticamente y algo desanimada.

Mi padre y yo ya nos dirigíamos a la salida del aeropuerto, desde lo lejos pude observar una limusina.

Papá: Esa es nuestra limusina —la señaló.

No sentía emoción, no sentía nada en realidad. Siempre viajaba en limusina, así que ya no era de esperarse que viajáramos en una, otra vez.

Mi padre y yo estábamos acomodando las maletas en la cajuela. Yo me senté en la parte de atrás y mi padre iba hasta adelante, así que toda la parte de atrás de la limusina era solo mía.

Pasaron varios minutos y todavía lo que había visto en el baño seguía dando vueltas a mi cabeza. Sin darme cuenta la puerta de la limusina se estaba abriendo. Habíamos llegado. Me perdí en mis pensamientos durante todo el trayecto del viaje.
Delante de mí había una mansión, cosa que también era de costumbre en nuestra familia estar en mansiones o lugares lujosos constantemente.

Recogí mis maletas y vi que en la entrada estaba una señorita muy elegante, su expresión facial era de una persona aburrida.

Al final, la señorita nos abrió las puertas para entrar a la casa. Noté que mi padre se quedó atrás hablando con la señorita de hace un momento. Así que decidí observar la casa por dentro. Era gigantesca y había dos escaleras en medio de todo que conducían al piso de arriba, en medio había un retrato de un señor y un chico con las mismas expresiones faciales que la chica de la entrada
¡¿Acaso todos aquí son aburridos?!
El chico del retrato tenia el pelo rubio y ojos verdes y el señor, tenía el cabello entre blanco y rubio y los ojos color azul.
Supongo que son padre e hijo, de tal palo tal astilla.

Mi padre me tocó el hombro, eso hizo que me asustara y diera un saltito del miedo.

Papá: _____, la señorita me dijo que tu habitación está arriba, a lado de la de Adrien
La reconocerás fácilmente, ya que la tuya tiene la puerta abierta.

_____: ¿Adrien? ¿Quién es Adrien?

Mi padre solo señaló al chico joven del retrato.

Ah...

Decidí subir a ver mi cuarto, sinceramente esa mansión era muy elegante así que suponía que mi cuarto también.

Y estaba en lo correcto, tenía sillones, una gran computadora y ventanas que eran gigantes, el cuarto tendría mucha luz natural, era increíble.

Dejé mis maletas y salté a mi gran cama.
Después de unos minutos me senté y observé a mi padre, pasó adelante de la habitación.
De seguro va a su nueva guarida, donde se encerrará por años, como lo hacía en nuestra antigua casa.
Comencé a escuchar una conversación en el piso de abajo. La señorita estaba hablando con alguien, una voz masculina pero joven.

Corrí a cerrar la puerta, porque sabía que era Adrien, el chico que no conocía y no estaba lista para presentarme formalmente. Me quedé recargada en la puerta suspirando. Pero de manera repentina...

Detrás de esa mascara |Chat Noir y tú| (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora