Sasuke despertó de golpe gracias a un líquido frío, que más tarde reconoció como agua helada, frunció el ceño mirando a los culpables.
-Puedes irte al demonio, Suigetsu.
-Relájate, Sasuke. Era sólo una broma porque parecías no querer despertar. Estaba a segundos de traer una doncella para que te despertara -explicó Suigetsu con una larga sonrisa-, pero el presupuesto sólo alcanzó para un pelirrojo.
-¿Gaara? Joder, váyanse de mi habitación. Los veo en cinco minutos en el estudio -ordenó el azabache, sacando ropa limpia de su closet.
-Qué problemático -murmuró Shikamaru saliendo de la habitación junto con los otros dos adolescentes.
Sasuke quitó la sábana mojada para ponerla en la cesta de ropa sucia, para después cambiarse la ropa por algo limpio y cómodo; unos jeans, una camiseta a cuadros rojos y negros y una chaqueta de cuero.
"Estúpido, tiburón". Maldijo a su compañero antes de salir directo al estudio.
Se asombro al ver a todos en sus lugares, ensayando una de las viejas canciones. En uno de los bancos de madera estaba un pelirrojo, que Sasuke reconoció de inmediato.
-Gaara, cuánto tiempo, ¿qué haces aquí? Creí que seguías en tu viaje en Francia -se quedó justo en frente del pelirrojo.
-Lo sé, he vuelto hace unos días y me he enterado que no tenían vocalista. Así que aquí estoy.
-Estupendo -escupió Suigetsu con sarcasmo desde la batería, dejando lo que estaba haciendo.
-¿Aún no le has enseñado modales a tu perro? -sentenció el rojizo sin una pizca de gracias.
-Lo dice el tipo que hace unos años era el perrito fiel de Sasuke, hasta que se la trataste de chup...
-Basta ya, Suigetsu, estamos aquí para ensayar no para pelear. Lo mismo va para ti, rojito -un enojado Jugo había calmado lo que hubiese sido una futura pelea.
Sasuke agradecía tener a alguien como Jugo en su banda, siempre era el que calmaba las discusiones que en algunas ocasiones sucedían; producto del estrés. Se sacudió el polvo imaginario de su jeans, para ir dónde su guitarra.
-Venga, Gaara, para ese trasero y ven a ensayar -el azabache pidió, aunque fue más una orden.
-Vale, sólo porque extrañaba estar aquí -aseguró Gaara, levantándose del banco, yendo hasta donde estaba el escenario, tomando el micrófono.
-¿Qué canción? -preguntó Shikamaru desde su posición.
-Bang x2.
Todos asistieron, incluso Gaara. Esa fue la primera canción que se dio a conocer de ellos, aún cuando el pelirrojo seguía en la banda. Ya que sí, el pelirrojo fue el primer vocalista de la banda; «Blindles» como se hacían llamar en aquel entonces.
Los sonidos de las guitarras de Sasuke y Jugo, el bajo de Shikamaru, la batería de Suigetsu y la ronca voz de Gaara, creaba una perfecta melodía de Rock.
Por otro lado, Mikoto e Itachi regresaban hasta su hogar, después de haber charlado con los Uzumaki y haberles dejado la carne junto con la invitación de venir el fin de semana a cenar con su familia.
-¿Cómo es qué te has sabido el nombre de ese chico rubio antes de qué se presentara, madre? -un interesado, pero a la vez curioso, Itachi preguntó.
-De qué me hablas, hijo, yo no lo sabía hasta que él se presentó. -respondió con firmeza Mikoto, sacando las llaves de su bolsillo.
-Tienes razón, debo haberme equivocado.
Itachi resistió de insistir, ya que sabía que su madre lo negaría. Pero aún tenía esa duda en la cabeza. «cómo se ha sabido el nombre de ese chiquillo»
Mikoto abrió la puerta, excusándose de su hijo para ir hasta la cocina, donde soltó un suspiro, cometió un error al haber mencionado el nombre del rubio, pero por suerte, sólo su hijo había notado el error.
Decidió preparar limonada para la banda de adolescentes, ya que estaba escuchando los sonidos que provocaban, de hecho, la mujer ya estaba más que acostumbrada a esos ruidos. Al acabar de preparar la limonada, tomó una bandeja junto con vasos de cristal y la gran jarra.
Cuando la sostuvo escuchó el timbre de la puerta, por lo que esperó que Itachi abriera ésta, y así fue. La mujer caminó hasta sala, llevándose una grata sorpresa.-Madara.
El aludido dejó de lado el abrazo de su sobrino mayor para concentrarse en la hermosa mujer, esposa de su hermano.
-Mikoto.
***
Kakashi miró el lugar donde se encontraba con el azabache. Era un puesto sencillo de Ramen. Tenía que decir que a pesar de ser un lugar pequeño, contaba con una cantidad enorme de personas. No exageraba, era un aproximado de veinte personas para seis lugares. Más tarde el mayor descubrió que eso se debía a que era el único puesto que vendía ramen en Konoha, creyó que tendría que esperar horas para tomar asiento, pero no, el azabache había pasado entre las personas para sentarse en dos asientos que un empleado les había traído con una sonrisa amigable. Por alguna extraña razón la gente no se enojó ni hizo alguna protesta, como si el acto fuese de lo más normal.
-Sabes, conozco este lugar desde hace tiempo. Fui el primer cliente que tuvieron, y eso me hace sentir orgulloso... -relató Obito, apoyando sus brazos en la barra.
-Me lo puedo imaginar -soltó Kakashi.
Después de aquél intento de "conversación" ambos pidieron su orden. Esperando unos minutos para que el mismo joven les llevara dos platos redondos con ramen dentro.
-¿Cómo se siente trabajar con Jiraya-sensei? -preguntó el azabache, tomando los palillos chinos.
-Como estar en un prostíbulo, todo es erotismo.
Bromeó Kakashi, para proceder a comer del ramen.
-Algo así pensé, debe ser difícil -dijo el Uchiha con una sonrisa.
-Lo es cuando trata de buscar mujeres para inspirarse...
La charla siguió entre los dos hombres, que al parecer iban adquiriendo confianza con el paso de los minutos, hasta que la hora y los platos vacíos les avisaron que era tiempo de irse.