Entre ellos

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- Hoy saldremos a buscar algo de comida...¿como esta Lisa?

- Lo esta tomando bien, sigue dormida en cama pero no se cuanto tiempo le tome volver a preguntar algo sobre su madre.

- Ya te dije, a todos ellos se los llevaron en camiones si ella no estaba infectada debe estar a salvo con los militares.

- Es algo que me deja el beneficio de la duda- dejó de apretar el botón para pensar, era verdad que el y Marta se llevaban mal pero seguía siendo la madre de su hija y con todo lo que estaba pasando debía preocuparse como cualquier persona lo haría- espero que cuando todo esto pase ella esté bien.

- Descuida los militares vendrán a rescatarnos solo estate atento a la radio e infórmame...aquí nuestro gran problema es la luz, ahora se va la mayor parte del día y todos los congelados que teníamos están jodidos- suspiro- creo que en unos días más tendremos que salir a por comida.

La ventaja que les llevaba Daniel era el panel solar, al no depender tanto de las horas de luz eléctrica sus baterías estaban completamente llenas, y eso le ayudaba a poder ver los noticieros ( si se podía llamar así a los mismos anuncios de tres días ) en el televisor. Su nevera también funcionaba por lo que aún tenía algunos filetes de cerdo y algunas verduras frescas.

- Dan la 99, cambia la frecuencia a la 99.

Sus dedos se movieron en automático mientras buscaba la frecuencia en su radio de onda corta.
Una voz masculina apareció en la habitación con un mensaje de la guardia nacional.

- San Francisco, Turín, Caracas, Jamaica, Buenos Aires, Santiago...- el tipo decía una serie de ciudades sin ningún sentido, Daniel escucho también la capital de su país, quedaba cerca, a un día y medio en carro.

- De que va todo esto- preguntó Daniel a Kantu.

- Puntos de extracción, nos van a sacar de las ciudades a todos los que podamos- su voz sonaba alegre y con esperanza.

Las ciudades siguieron hasta que la lista se acabo. Entonces el hombre volvió a hablar.

- Si tienen gente cerca que no esté informada sobre este echo informen- hizo una pausa de respiro - la extracción será dentro de cinco días, tienen hasta entonces para llegar a sus ciudades, caso contrario estarán a su suerte...si escuchan o ven algún camión del ejército salgan de sus casas que los ayudarán a llegar al punto de extracción, seguiremos transmitiendo este mensaje cada hora. FINAL DE TRANSMISIÓN.


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- Estaré ahí en unos minutos, alístate para cargar todo en la camioneta- aún con las ventanas cerradas Daniel escuchaba las risas de los infectados que se acercaban tambaleando en un vago intento de agarrar a su presa.
Dan tenía la BlackBird en la cajuela del auto estaba cargada con seis balas y tenía otras tres en el bolsillo. En un rápido movimiento estaciono la camioneta y bajo con el revolver.
El espectáculo que se veía en la ciudad era lo mas gris que había visto en su vida y el terror lo generaban las risotadas de fondo.
Carros en llamas, edificios en llamas, algunas sirenas que aún se escuchaban desde algunas zonas del pueblo. Había sangre en muchas partes pero lo más escalofriante era ver a todas esas criaturas acercarse. Si de algo se dio cuenta ese día fue que los infectados no eran simples enfermos. Sus rostros eran mas grises que la ultima ves que los había visto, tenían ojeras y pequeñas venas reventadas notorias en la piel, todos se acercaban riendo a paso lento, midiendo a su presa.

<< No intentes razonar con ellos >>

Daniel agarró la radio y apretó el botón.

- Estoy afuera.

Con la otra mano apunto al mas cercano. Era un hombre mayor, tal ves de unos sesenta años, flaco y llevaba bermudas con una típica cámara de turista, que estaba destruida. Se acercaba con su gran sonrisa demacrada.

<< No están bien, ¡son ellos o tu! ¡Aprieta el gatillo! >>

Un rugido se extendió en todos los alrededores del pueblo, un gran disparo, el anciano salió disparado contra el suelo con un agujero en el corazón.

- Dan, apunta a la cabeza nada mas los mata- era Kantu y atrás suyo estaba su hermano con una caja de latas de comida.

Al voltear Daniel se dio cuenta que el anciano se volvía a levantar, con su gran sonrisa negra abrió la boca y emitió un pequeño grito infrahumano.

-Dios.- empezó a retroceder a medida que este avanzaba, esta ves mas rápido, levantó el arma y reventó su cabeza. Una gran masa de materia gris y pus salió disparado hacia el suelo. Dan empujó al cuerpo y miro su camisa. Tenía rastros de sangre en todas partes. Se quedo estático sin saber que hacer.

- Daniel se están acercando demasiado, necesitamos tiempo aun tenemos cosas ahí adentro.

Daniel observo sus manos manchadas de sangre frío sin poder moverse, pero se obligo a reaccionar. Temblando empezó a eliminar a los que se acercaban. Uno a uno caían con sus sonrisas macabras, cada ves que le hacia un agujero a uno Daniel escuchaba una pequeña risa macabra, como si fuera un alivio para ellos revivir aquel disparo.

- Kantu, necesito ayuda aquí- Cuatro sonrientes se acercaban con los brazos extendidos hacia Daniel. Abrió el cargador y boto las balas. Puso las tres restantes y disparo.

La ultima era una chica, en sus días había sido una chica guapa pero esos no eran sus días, las ojeras y la sonrisa la hacían ver macabra y le faltaba un pecho.

-Kantu estoy limpio no hay mas balas.

La chica se abalanzó contra Daniel y le hizo golpear la cabeza contra la puerta del coche. Esta rebotó y también impactó contra la muchacha. Cuando la razón volvió a el la mujer había vuelto a saltar sobre el. Daniel la agarro del cuello.
Un poco de su saliva ennegrecida empezó a caer hacia su rostro mientras ella intentaba morderlo.

Tras ella algunos sonrientes caminaban ansiosos el festín que se darían con su víctima.

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