- Te enviaremos con diez de mis hombres, seguirás sus rutas, sus ordenes, y todo cuando tenga el maletín tu y los tuyos son libres...si mueres y no consigo ese maletín tus amigos mueren- el hombre naranja sacó una fotografía- está en este edificio, ¿lo reconoces?.
- Si, la posta médica.- Daniel se puso la mano al mentón- escuche por radio que fue el primer punto en caer, debe de estar plagado por sonrientes.
- Ahí está tu trabajo, mis hombres te protegen, consigues el maletín y regresan...no puede tomarles mas de unas horas.
-¿Como se que cuando obtengas el maletín no me mataras?
- Créeme, si consigues ese maletín no habrá necesidad de esto, ahora camina.
Daniel cruzó unas escaleras de cemento hasta llegar a un patio gigantesco. Era tarde. Tal ves unos minutos para que sean las seis de la tarde.
La prisión.
Tras las rejas el espectáculo espantoso empezaba. Cientos de miles de sonrientes aporreaban las rejas de la prisión intentando tomar un bocado de carne de los hombres naranjas. Entre esos dos bandos solo había una diferencia, el olor putrefacto y las risas desquiciadas.
Un camión de correos los esperaba junto a diez hombres naranjas armados vagamente con rifles, todos rifles desiguales. Daniel pensó por un segundo que tal ves ellos estaban mas necesitados que el en ese mismo momento, pero nada de lo que hacían tenía excusa.
Daniel se acercó al camión a paso lento, viendo todo el panorama. No eran muchos. Como mucho treinta y tres hombres naranjas en el patio de la prisión, contando los del camión. Y no todos estaban armados.
- Imbecil- le grito uno de los hombres acercándose a su posición- apresura el paso no tenemos todo el día.
Daniel dio grandes zancadas y entró en la zona trasera del camión. Daniel aún no entendía el como saldrían con todos los sonrientes que estaban amontonados en la puerta.
Una gran sirena respondió a su pregunta. También unas cuantas luces contrastaban con la luz diurna que casi ya ni había. Era un cielo rojizo, algo que Daniel no había visto nunca por el pueblo. Los sonrientes al escuchar la sirena y ver las luces empezaron a moverse hacia los lados. Algunos rezagados que no se movieron fueron abatidos por los tiradores que se encontraban cerca de ellos. Al ver que las puertas se abrieron de par en par el camión salió disparado hacia el infierno que les esperaba.----------------------------------------------------------------
-¿Crees que vuelva?- el cadaver de Carlos seguía aun en los brazos de su hermana.
- Lo único que sé es que cuando Daniel vuelva no nos dejaran salir , el mismo les esta ayudando a que lo puedan matar.
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Una caravana de carros abandonados los observaba desde lejos. La única manera de recuperar aquí el maletín que tal ves le ayudaría a volver a ver a Lisa cada ves se hacía más difícil.
- Bueno gente- habló el naranja que parecía estar a cargo de la misión- no llegaremos más lejos que ellos, iremos a pie desde aquí- el tipo amartilló su rifle- si ven a los Z ya saben que hacer - miró a Daniel y se acerco lentamente con un arma en mano- no te dejes atrapar por ellos, tu vas primero.
Daniel asintió. Por un momento sus preocupaciones por Lisa se desvanecieron. Empezó a ver el panorama.
Filas de carros abandonados, algunos de ellos empotrados contra paredes o con los mismos coches. Algunas sirenas de policía, o de bombero tal ves. Sangre en considerables zonas. Al levantar la vista observó un humo negro, producto de algunos incendios lejanos. Y de algún lugar...de algún oscuro lugar...sus risas le decían que estaban ahí...
...esperando por el.
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Zona Z
HororNo hay civilización. No hay autos circulando. No hay luces en las noches. Solo ellos deambulando por las calles en busca de los vivos. Daniel un hombre de treinta y siete años emprenderá un viaje a la supervivencia por todo el mundo en busca de su h...