Entre rejas y barotes.

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Un gran dolor en el rostro lo despertó. Era un cuarto parcialmente oscuro, muy frío y húmedo. Un agujero en la pared por donde entraba la luz. A juzgar por el color del cielo eran las seis de la tarde. Daniel se movió con dificultad, grandes punzadas de dolor le venían al rostro a cada momento.

-Esta despierto.- Claudia se arrodillo ante la cama y le paso un paño suavemente por el rostro a Daniel.

- ¿Que a pasado?- preguntó Daniel sin saber mucho de lo ocurrido.

- Nos trajeron aquí en el camión-este había sido Farid, el hermano de Kantu- creo que estamos en la prision de Gambeta-Farid dio un suspiro-son de la MCU.

- ¿Médicos?

- Están experimentando con nosotros, hace horas que se llevan gente y las traen enfermas.

La habitación quedo en completo silencio. Era una típica cárcel con barrotes de metal y el baño en una esquina. Una sola cama con un colchón apestoso entre las frías paredes en donde aún estaba echado Daniel.

- Debo salir de aquí, mi hija esta sola.

- No hay nada, la única salida es por la puerta de la que salen los naranjas.

- Debo ir a por Lisa...- Daniel se puso de pie y pateo la reja una y otra vez hasta que se quedo sin fuerzas, Carlos lo agarro firmemente y lo jaló hacia atrás.

- Hombre déjalo, no hay salida, solo harás que los guardias te den una buena paliza.

Con un dolor intenso en el rostro Daniel se echó para atrás y dio un golpe a la pared con furia. De repente una puerta metálica se abrió y se empezaron a escuchar pasos con un eco siniestro. Un hombre con traje químico naranja seguido de otros tres hombres armados pero con el mismo traje empezaron a observar las celdas.

- Demonios creo que debemos limpiar algunas celdas, si seguimos así nos quedaremos sin cuartos para la gente sana- siguió caminando, parecía ser el jefe...o al menos un superior.

- Necesito un hombre de treinta y un niño.- la mascara de gas apuntó a la celda de Daniel- aquí lo tenemos saquen a...este- los hombres obedecieron al que había hablado y abrieron la celda. Uno de ellos esperaba afuera con su rifle en manos.

Al ver que venían a por el Daniel intento propinarle un golpe a uno, pero este lo frenó en un rápido movimiento, un rodillazo mandó al suelo a Daniel sin aire, Kantu también saltó a defender a su compañero pero el otro naranja le dio un potente golpe en el rostro con sus guantes de cuero.

- Déjennos ...- el golpe había privado a Daniel y hablaba con dificultad-...salir

- No, no cambio de opinión, quiero a ese, no necesitamos a gente en malas condiciones.

- Camina- el naranja de afuera apuntó a Farid y le hizo una seña con su cabeza.

Al salir Farid las rejas se volvieron a cerrar.
Todo el mundo quedo en un completo silencio.
El tipo al mando hablo nuevamente.

- La niña.- el que parecía ser el padre de la niña se puso en frente de ella con su cabeza erguida.

- Sobre mi, puto enfermo.

- Como quieras...muchachos sáquenlo también.

Los hombres naranjas entraron serenos y tranquilos. Ellos no eran científicos, solo eran matones que obedecían.Daniel miro todo con rabia desde el suelo. Cuando el hombre intentó defenderse uno lo agarro del cuello y lo lanzó hacia afuera, salió caminando y empezó a golpear al padre contra el suelo.. El otro agarró a la niña que lloraba y la llevo hacia su jefe.

- Hola, soy Harold- le dijo a la niña- ¿como te llamas?

Con pequeñas vibraciones en la voz, la niña dijo su nombre...Lisa.

Daniel la vio. Eran tan parecidas, el mismo cabello, y los ojos, y la voz.
Empezó a sudar y sintió como todo el mundo daba vueltas a su alrededor.

- Sígueme pequeña no quieres ver esto.

El hombre y su matón caminaban hacia la puerta metálica.

-Li...- el hombre intentó hablar en vano.

- Vamos idiota di su nombre- el matón le dio un golpe más- grítalo.

-¡Lisa!- Daniel gritó con todo el aire que tenía, aún le dolía el estómago pero había sacado fuerza de su interior.

El matón se acercó a la celda de Daniel a paso lento.

- ¿Tu también quieres algo de esto?- señaló al tipo ensangrentado- parece que quieres estar en su lugar.

Daniel no respondió. Tenía muchas ganas de matar a ese hombre, pero se dio cuenta de que solo lograría que lo maten a el.

- Eso pensé.

Cuando el padre de la niña levantaba el brazo para poder agarrar uno de los barrotes su cerebro estalló en un mar de materia gris y astillas de hueso. Un gran orificio en el ojo derecho observaba a Daniel, el hombre naranja se alejaba con el olor de pólvora en sus manos.


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Hola sobrevivientes de Zona Z, espero que les esté gustando la historia y si es así me encantaría que voten la historia, que den recomendaciones y que comenten 😅 eso me hace querer seguir mas a menudo con la historia.

Buenas noches y aléjense de los muertos.

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