La "cita"

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Para mi sorpresa no era un críptico mensaje de un desconocido, simplemente era Leila.

Ni se te ocurra cagarla e irte o te juro que te mato!!!

Ella siempre tan comprensiva. Miré hacía Abel y le expliqué que no era nada importante, el me invitó a dar un paseo por la avenida.

-Bueno, parece que nos han hecho una encerrona - rompió el hielo Abel.

-No te creas, más bien somos una coartada-le respondí.

-Bueno esperemos que la coartada le sirva a Leila para lanzarse, ¿no? Me guiñó un ojo Abel.

Lo mire estupefacta.

-¿Pero tú cómo sabes eso? le respondí. -Mi primo César lleva años detrás de ella y por la cara que ella
a tenía creo que tambien, aunque parezca un poco chulo Cesar es muy vergonzoso espero que ella tenga la valentía de dar el paso-me respondió.

- Vaya Abel que observador eres.
El me miró dubitativo, y finalmente habló , - también he observado que desde que recibiste aquel mensaje y fuiste al baño algo ha cambiado en tu forma de actuar conmigo si quieres puedes contármelo...
- Ahh!! Era mi madre diciéndome que no tardara en regresar, creo que con esto de Mark anda sensible.- Improvise.
-Lo entiendo,  mi madre cada vez que cojo el coche se pone histérica, dadas las circunstancias es comprensivo

-ya... - si, no me iban a dar el premio a la dialéctica ese día la verdad..

-Bueno, vamos al grano querida Janet, me dijiste que algo te preocupaba
-Si bueno, es una tontería...
-Si te preocupa no lo es.- me respondió.
Hice caso omiso al mensaje del desconocido, ¿Qué mal podía hacer abrir una parte de mi? Ninguno. Así que se lo dije.

- La muerte Abel, me preocupa la muerte.

Juraría que vi una chispa de malicia en sus ojos grises, quizás el maldito anónimo me estaba sugestionando, pero rápidamente cambió su semblante, haciéndome dudar si eran imaginaciones mías.
-Es normal Janet, has sufrido una pérdida temprana,  no lo esperabas y te ha golpeado de frente, lo raro sería que no tuvieras miedo.

-No se como explicar lo que me atormenta.- dije sinceramente.

-Prueba -. Me animó.

-Vivos en una época en la que ya no creemos los humanos en dioses y cielos, ni en el infierno, vivimos al día, sin preocuparnos en el futuro, y a veces pienso,  no sé me aterra que más allá no haya nada, me aterra pensar que mi existencia durará un lapso de tiempo insignificante , en comparación a los años que han pasado y que quedan por pasar.

-Vaya, ¿te aterra que pase rápido?

-Me aterra lo que pase después.  Confesé.

-Bueno si nadie ha vuelto tan malo no será lo que hay más allá ¿No?.

- Y si no hay nada. Susurre con miedo.

-La nada no existe-, dijo con convicción.

-Me angustia pensar que si exista.

-Si quieres podemos investigarlo-  me sugirió.

Los miré incrédula,  ¿en plan cuarto milenio Abel? ¿Vamos a poner grabadoras en casas abandonadas y hablar con gente que haya tenido experiencias cercanas a la muerte? No me creo nada.  -Bufé .

-Lo de las cacofonías me parece de risa, pero las ECM (1) no me resulta tan descabellado, -. sugirió.

-Yo creo que las ECM son una preparación del cerebro para que no te cagues del miedo- le respondí desganada.

¿Que perdemos por investigarlo? Preguntó

-Nada.

-Nada.

En ese momento apareció Leila, no supe descifrar su cara, tendría que esperar a otro momento, me dijo que su madre la había llamado y que se iba a casa, mire la hora,  9 de la noche, hora de hacer lo mismo, pensé 

-Gracias por la charla Abel, pero me tengo que ir a casa.

-Una cita un poco ¿existencial? - me comentó.

- Bueno no sé  si llamarlo cita dudé.

La próxima  será para hacer una investigación- afirmó.

Investigaremos.
En ese momento, el móvil de Janet vibró:

Número desconocido: Cuidate de lo que investigas con el chico de ojos grises,  no vaya a ser que él te haga descubrir lo que más temes de la peor forma. Gran cita, por cierto! 🤗

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2019 ⏰

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