Me acerqué al coche, bueno mejor sería decir: "Leila me arrastró al coche vilmente sin darme oportunidad escapar". Me paré en frente de Abel, como si su instinto lo hubiera avisado (o mis pisadas que a veces me pongo muy telenovelesca) giró su mirada hasta mí.
-¿Qué haces aquí tú?- no lo dijo feliz, y eso no me hizo mucha gracia,pues parecía que mi presencia le molestara, claramente no había venido a verme.
-¿Crees que estoy de fiesta?¿Qué voy a hacer en un instituto, beberme un cubata?-¡Ja! a mi chula no me gana nadie.
El me miró sorprendido y a mi parecer, algo dolido, como si no esperara mi respuesta, pero seamos justos el empezó, no me voy a ablandar.
- Holaa, mi amiga esta en shock porque suspendió un examen de lengua - dijo la mentirosa de Leila - soy Leila, encantada.
- Hola Leila - alzó la cabeza y dirigió sus grises ojos hacia mi- perdón Doña simpatía, no esperaba encontrarte en el instituto de mi primo.
Espera ¿primo? ¿César? Dios creo que me voy a marear, es más me pongo pálida y me apoyo en el capó.
- ¿Qué tan feo soy que no te crees que seamos familia? Dijo César riéndose.
- No, claro que no, sólo que no lo esperaba.
-Yo era amigo del primo de Janet, por eso nos conocemos - le explicó Abel.
-Nos conocimos en su funeral.- dije con voz triste.
-Vaya, lo siento mucho - respondió -¿por eso estabas tan triste? Eso quería preguntarte esta mañana.
A Leila se le escapó una sonrisa, sé que no era el momento, pero no la culpo, estaba preocupada.
- Justo íbamos a comer, ¿Os apetece venir? - dijo Abel.
Iba a negarme, pues quería llegar a casa y estar con mi madre un rato, pero Leila fue más rápida que yo.
- Si, por supuesto, esperen a que avisemos a casa y vamos.
Nos apartamos un poco para hablar mientras enviamos un mensaje a nuestras madres.
- Dios Leila, ¿no se te ocurre preguntarme?
- No, porque me dirías que no - sonrió - y estoy decidida a decirle lo que siento hoy a César y así tu te quedas con el chico ese que ¡dios! Ñ, ¿lo has visto? No seas tonta.
Suspiré, quizás tenía razón, nos dirigimos al coche y me senté atrás con Leila mientras los chicos iban hacia el McDonald's
- Será mejor que nos sentemos dentro y comamos con mas tranquilidad- dijo Abel.
Después de pedir y sentarnos, Leila me empujó al lado de Abel, no es nada obvia ella, y empezó a hablar con César de clases, que original... instintivamente miré a Abel.
- ¿Cómo lo llevas? - me dijo.
- Pues gracias a las locuras de Leila un poco mejor, aunque por la noche me como un poco la cabeza y no puedo dormir, la muerte de Mark me ha dado miedos que no conocía que tenía- me sincere.
-¿A que te refieres? Dijo con interés.
Dudé en contestar, en hablarle sobre mi miedo a la muerte o a lo que hubiera en el mas allá, decidí que debía ser sincera con él, sin contar con Mark, que ya no estaba, no tenía nadie con quien compartir mis inquietudes, Leila era buena niña, pero no alcanzaba a entender que mis preocupaciones iban más allá de perder unas tallas, o de maquillaje.
- Pues me refiero a que desde que Mark murió no paro de pensar en que estamos de paso.
-Eso es normal, no hay que volverse loco con ello.- contestó sin sorprenderse.
- Si, pero hay más- me aventuré a contarle.
- Más de qué- me animó a continuar abriendo más lis ojis.
- Pues anoche a las tres de la mañana... - iba a continuar y contarle la llamada pero mi móvil sonó en ese momento.
Numero desconocido: No te fíes de él.
A ver, no sé porque debería confiar más en alguien que probablemente me estaría siguiendo y acosando, y por quien debería estar muerta de miedo, pero, decidí hacerle caso.
- Disculpa, tengo que ir al baño- me excusé dejándolo solo con Leila y César, que estaban criticando a los profesores muy animados.
Me senté y leí el mensaje, el número desconocido me había bloqueado en Whatsaap, al llamarlo saltaba el contestador, que dilema.
¿Quién se preocupaba por mi conversación con Abel?
Alguien que estuviese cerca, claro, que tonta, debí mirar alrededor.
Cuando salí del baño mire a las mesas, cerca de la nuestra había restos de hamburguesas, pero ya estaban vacías.Miré a Leila al acabar de comer indicándole que nos fuéramos, pero César le dijo a Leila de dar un paseo a solas, y ella casi se muere de la emoción. Así que no se lo pensó para abandonarme.
-Vamos a dar un paseo y me cuentas, que antes me dejaste hablando sólo - sonrío.
-Yo debería irme a casa- le dije.
- Tranquila, no te voy a raptar, puedes confiar en mí.
- Apenas te conozco- le recordé.
Él miro al horizonte, fijo sus ojos grises en mi haciéndome respirar entre cortada mente, posó su mano en mi hombre haciéndome sentir nerviosa y contestó.
- Por eso vamos a pasear, para que me conozcas y yo a ti. Pero tienes que darme la oportunidad.
Dios mio que me da algo, abrí la boca para cerrarla de nuevo, pues no tenía palabras, y como la vez anterior, cuando iba a decir que sí. Sonó otro mensaje.
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Vida Mortal
Mystery / ThrillerEstaba obsesionada, lo sabia. Pero no podía parar de preguntarme que pasaría después de la vida. No sabía por donde empezar, ya que era un tema con el que la gente no se sentía Cómoda. ¿Por qué tenía tanto miedo y no evadía mi destino como el res...