*Marianne*
Los días y las noches pasan la verdad ya no se que mas hacer últimamente, la escuela esta bien y eso pero estoy cansada de que mis padres me regañen para todo, mis amigos, mis momentos a solas con el chico que me gusta, todo para ellos esta mal. Hoy voy en el auto rojo platino rumbo a la oficina, mamá me dijo que quería que le llevara unos papeles a mi padre, mi madre esta delicada por su embarazo, ya tiene 4 meses pero el medico dice que duda que mi hermano o ella vivan, la verdad no me interesa, mejor para mi, de todas maneras ¿Quien necesita una madre que siempre te fastidie con sus regaños?, la verdad yo no.
El día esta nublado el agua cae al cántaro y la oficina agitada como puede verse las personas salen y entran, salí del auto poco a poco cuando un estúpido me tiro junto con los papeles me levante rápidamente.
-Pedazo de idiota ¿Que acaso no vez?-
-Perdóneme- El chico que me daba la mano era buen mozo alto y de ojos lindos me hizo recordar a mi mejor amigo que hace tiempo que se había ido a estudiar a otra parte.
Aquel chico me ayudo a levantarme y despues me ofreció acompañarme para ayudarme a secar mi ropa, había algo en el me atraía era algo mas que físico así que decidí hacerle caso, entramos a la oficina donde salude a los empleados todos me conocían desde niña incluso algunos de sus hijos eran parte de mis grupos de amigos.
-Anda Palacios deja de coquetear con la señorita Marianne- dijo un conserje vacilando al chico. Al oir su apellido hice una mueca ¿Y si era un primo mio? ¿Que tal si era mi tío?.
-Jaja muy gracioso Lorens solo la acompañare con el jefe-
Al llegar a su oficina me dio una toalla pequeña y me pidió que me secara, al hacerlo note como se sentaba en la orilla de su escritorio al observarme se acariciaba el mentón, me sonroje al cruzar mirada con el y al caminar para entregarle la toalla tropecé callendo en sus brazos me abrazo suavemente cuando ¡Oh sorpresa! Mr. Papá entro a la oficina y lo miro con unos ojos que parecían poder atraesar el corazón de cualquier fierro me separe un poco del chico para saludar a papá mientras este lo veía con cara de molestia.
-Marianne a mi oficina ¡Ahora!-
-Pero... pá dejame explicar-
-¡Ahora dije!-
-Si señor. Gracias por todo Palacios hasta pronto- Mientras salia mi papá cerro la puerta me tome la molestia de escuchar un poco de su conversación.
-Cristian concentrate hijo, tu padre me rogo para darte empleo y si te lo di es por que mi mujer me lo pidio y como me pagas, estando asolas con mi hija en una oficina asolas, si vuelves a cometer un error mas te iras a la calle junto con tu padre. Desde ahora estas aprueba-
Al terminar de escuchar corri a la oficina de mi padre me sente en la silla que estaba frente a su escritorio, jugueteaba con una pluma.
-Marianne cuantas veces te he dicho que debes estar en casa con mamá ella te necesita ahorita, hija estoy preocupado por ella tu hermanito viene en camino se que eres tan solo una niña pero ayudame ¿si?-
-Papá no soy una niña tengo 17 años no soy una niña y no me interesa lo que le pase a mamá- Al decir eso sentí como mi padre me dio una bofetada
-Basta Marianne ya basta no voy a permitir que sigas hablando así. Ahora a casa señorita-
-¡TE ODIO!- al gritar aquello vi como la cara de mi padre cambiaba de su gran enojo a una expresión de tristeza y con lagrimas en los ojos me eche a correr, el auto me esperaba afuera pero yo decidí correr hacia otra dirección.
Corriendo bajo la lluvia entre mi llanto pasaba a medidas de empujones pase atra vez de la gente sin rumbo ni lugar a donde ir a la larga termine en la alameda el lugar donde mis padres se habían conocido cuando niña e gustaba venir aquí incluso una vez que pelee con Cristian vine a llorar aquí mi padre me recogío en medio de la lluvia, mientras me profundizaba en mis pensamientos sentí que alguien me cubría de la lluvia cuando levante la mirada vi a aquel chico que me habia ayudado, me sonrío y me seco mis lagrimas sonriendome.
- Ya no llores Izumy-
Al escucharlo mire con cuidado y me di cuenta que era mi querido amigo Cristian, me había sorprendido la idea que trabajase para mi padre pero me alegro verlo y solo pude abrazarlo y llorar en su hombro le platique lo que había sucedido, me dijo que fuéramos a su casa para cambiarme de ropa, acepte pues era mi mejor amigo y hace tanto que no le veia que valia la pena ser castigada por el. Nos fuimos rapidamente en su auto, llegamos en un par de instantes lo primero que me dijo es que me cambiara me señalo donde estaba su habitación y me dijo que buscaría ropa de su madre en el armario, fui a la habitación y me quite la falda senti claramente que Cristian se asomo de apoco con el vestido en manos, decidí quedarme en camisa y bragas para abrirle la puerta.
-Disculpa, ten este es el vestido de mi madre no importa si lo usas- note el rubor en sus mejillas al mirarme asi, le bese la mejilla pero tropece con un cable del suelo y caí encima de el senti sus manos apretando mis muslos me sonroje y solté un leve suspiro me sentía apenada, solo una vez había estado así con un chico, cuando iba en prepatatoría mi novio se llamaba Marco era el tipico delincuente juvenil que me manoseaba enfrente de sus amigos para sentirse hombre aquella vez me llevo a un hotelucho barato para acostarse conmigo al estar el sobre mi desabrochándome el pantalon llego mi papá lo golpeo y me llevo con el, pero esta vez era distinto nadie interrumpiría, senti que el agarre aumentaba y su mano se deslizaba por mi pierna no pude evitar besarlo dulcemente un beso delicado tierno nuestros labios se presionaban uno con el otro moviendose mientras sus manos llegaban a mi trasero y lo apretaban poco a poco me acaricio la cara mientras nuestras miradas se cruzaban en un deseo sensato de pasión su mano se seguia deslizando por mi camisa besándonos y acariciándonos hasta terminar en la cama haciendo el amor, al estar el sobre mi envistiendo poco a poco sentía un extasis increible arquendo la espalda poco a poco se liberaba el placer, después de un tanto me quede dormida, despues de aquel hermoso placer quede dormida en la cama de mi querido Cristian.
A la mañana siguiente llegue a casa donde mamá me abrazo como nunca le pedí disculpa por a ver echo que se preocupara bese su pancita saludando a mi querido hermano, despues corri a ver a papá a su estudio de la casa pidiendo disculpas por el terrible percanse de ayer, el me disculpo llorando, al dar la noche mis padres estaban acostados mamá se veía un poco palida entre descalza con un peluche en brazos, apesar de su embarazo se veia completamente esqueletica.
-¿Mamá puedo hablar contigo a solas?- ella me sonrío y miro a papá tocandole el brazo
-Bien, ire a la cosina ¿alguien quiere algo?-
-¿Trairias mi gelatina cielo?- dijo mamá sonriendole
El asintio y salio del cuarto tomando me senté al lado de mi mamí y le confese lo que habia pasado con Cristian y lo muy enamorada que estaba de el desde muy pequeña, ella tambien me contó sobre su pasado y cuando joven que su primera vez había sido con el padre de Cristian y solo me dijo que esperaba que ese chico no fuera como su padre, tambien le suplique que guardara mi secreto para no causarle predicamentos en el trabajo con mi papá. Solo se que nunca me sentí tan feliz y llena de gozo.
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El otro lado del espejo
RomanceHistoria de amor que comienza cuando Susan nuestra protagonista una chica dulce y amorosa que esta cansada del amor pues su ultimo novio Arthur la lastimo pues durante sus 3 años de relación termino engañandola con su mejor amiga, la golpeaba y d...