El final del final:

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Y no... la fiesta para los directores definitivamente no había sido una buena idea, pensaba la pobre profesora McGonagall, mientras se paraba y decidía enfrentar de una vez por todas a los retratados directores. Todo estaba fuera de control y habían traspasado los límites de su paciencia.

Cuando había vuelto del banquete de Navidad para apagar la música y dar por concluida la fiesta de los retratos, lo que había encontrado al abrir la puerta no se lo esperaba. Quizás fueron demasiadas bebidas... Quizás fue sólo la tensión que había entre ellos que por fin estalló, como una bomba. Lamentablemente, la "bomba" alcanzó al colegio entero. Además de que no contaba con un pequeño detalle que se llamaba: Peeves.

Peeves, al igual que todos los retratos del colegio, se había enterado del rumor que corría y cuando comprobó que la profesora McGonagall les había hecho una fiesta privada a los malditos directores, enfureció como nunca. Él siempre le rogaba, al igual que hizo con el profesor Dumbledore, que lo dejara participar del banquete de navidad, pero la profesora muy sensatamente se había negado sin dejar que discutiera.

El asunto estaba fuera de discusión ya que Peeves a duras penas se podía contener al ver comida sin morirse de las ganas de tirársela en la cara a alguien. ¿Se imaginan? Si el hombrecito entraba en su perfecto y bien preparado banquete iba a arruinar todo. Así que le dijo que no de manera tajante y no prestó atención al berrinche que le agarró.

Peeves había destrozado el aula de encantamientos, se había metido a la lavandería y había colgado de todas las lámparas del colegio cuanto calzón encontró y hasta medias, se había colado en la cocina y había metido un sapo en la sopa, y había alterado a la profesora de adivinación al lanzar sus bolas de cristal al lago. Sin embargo, con nada de esto consiguió que la directora lo dejara participar del banquete de navidad, entonces, como verán, cuando se enteró de la fiesta privada de los directores enfureció como nunca.

Los directores, por su parte, disfrutaron mucho de la pequeña fiesta, se cansaron de bailar y pronto se tomaron todas las bebidas del nuevo cuadro. El amigo pintor del profesor Slughorn había entendido mal la orden y, en vez de pintar sólo botellas de sidra, se había esmerado en hacer bebidas de toda clase, en especial de las más fuertes. Pequeño detalle que la profesora al colgar el cuadro no advirtió, ya que estaba apurada porque debía ir a cambiarse para asistir al banquete.

— Ehhhh, se to-tomarrron... toodooo —dijo Dilys, al aparecer frente a la mesa. Se apoyaba en una silla, ya que su equilibrio ese día parecía que no era el mejor.

— Esa fuiste... tu....tu... tutú —dijo Phineas, que estaba sentado en una silla al lado de la mesa. Bueno para ser honesto más que sentado estaba echado en la silla. Una botella vacía había rodado justo debajo de ella.

— No soy un tutú... Snaap... sssnnneep... sssseenp... saaaanp...—trató de decir Dilys, pero las palabras se le enredaban, entonces comenzó a reír—. Snnnnaaaaapeeee... Ahí salió... Sssnapppeeeee, ve... y ¡trae mássssssssssssss!

Dijo entonces la señora casi a los gritos, pero el profesor Snape no se dio por aludido, entonces la bruja se corrió un poco y pudo observarlo. El profesor Snape dormía tan indignamente en su sillón que daba risa. Su impecable túnica negra estaba levantada hasta las rodillas, dejando al descubierto sus huesudas piernas blancas. Su boca estaba abierta y hasta babeaba el sillón. Al lado de él había unas cuantas botellas vacías.

Dilys al verlo comenzó a reír a las carcajadas.

— ¡Hay esteee niñññño! Es el más joooooven... y el priiiimero... quee... se duerrrrme —dijo exasperada la bruja—. ¡Diiiiiiiiiippet, ve tú!

— ¡Está loca, señora, yo estoy bailando! —dijo el anciano director.

Dippet no había tomado mucho alcohol pero bastó un solo vaso de vino elfo para que sus pies se pusieran en movimiento y desde entonces no paraba de danzar, junto a la bruja de la vara gruesa, que reía como una criatura.

La Batalla de los RetratosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora