10.

706 43 2
                                    

Chelsea.

Después de que Darcy se fuera en su cita me quedé a solas con papá. Ahora era mi oportunidad de hablar con él.

-Entonces papá... - titubeo y él levanta su mirada del periódico.
-¿Que quieres?- cuestiona.
-Solo quiero hablar con él mejor papá del mundo.- trato de sonar inocente.
-Bien.- coloca él periódico en él respaldo del sofá.
-Dime.- enfoca su atención en mi. Bien Chelsea es ahora o nunca.
-Sobre la charla de la otra vez..- empiezo pero me interrumpe.
-No cambiaré de opinión, al menos si él chico gane mi aprobación.
-Papá..- protesto.
-Chelsea no quiero ser duro, solo quiero protegerte.- dice dulcemente.

Me acerco a él cuando me hace él ademán que me siente en su regazo.

-Cariño, tu y tu hermana son mis pequeñas y es difícil para mi creer que están creciendo y además que son unas hermosas mujercitas, entiendeme.
-Lo se papá. - me rindo.

Él me dedica esa sonrisa tan famosa de él, esa sonrisa que indica lo mucho que te ama, amo a este hombre que es mi padre, aunque a veces sea demasiado protector.

-Te daré una hipótesis.- pronuncio.
-Sigue.- pide.
-Bueno digamos que tengo novio.
-Pero no tienes.- dice él y sonrío nerviosa negando.
-No tengo, pero digamos que si, pero al chico que es mi novio lo conoces y te agrada ¿Que pasa?- me muerdo la lengua.
-En ese caso tendría que pensarlo.
-¿Solo eso?- inquiero y él arquea las cejas.
-¿Por qué insistes tanto?- cuestiona, y creo que comienzo a sudar.
-Ehm, la situación podría surgir.- pronuncio lo primero que se me ocurre.
-Claramente si, pero no sucede.

Charlar con este hombre es imposible, enserio que lo es.

-¿Charla padre e hija?- inquiere mamá entrando a la sala con Dean en brazos.

-Hablamos de que hipotéticamente Chelsea tenga un novio y si lo aceptaría.- habla papá y provoca que mamá me mire confundida.
-¿Y que harías?- pregunta.
-Eso depende, pero no sucederá.- aclara él.

Eso tu crees papá, eso tu crees.

Darcy.

-Te amo Darcy.

No se que sentí cuando pronunció esas palabras, simplemente yo quedé helada, el mundo se detuvo, pero no de una manera especial.

-¿No vas a decir algo? Por favor habla.- rogaba él, con su rostro empapado de lágrimas.

No pude reaccionar con lo que dijo, aun estaba en un estado de shock, por un momento sentí pena, por él, y por mi.

Él me amaba, eso me había dicho, y se notaba que era sincero, por su vulnerabilidad, pero yo solo lo apreciaba, y nada más.

-¿Qué quieres que diga?- digo al fin.
-Cualquier cosa, no me hagas sufrir más de lo que hago.
-Pete, yo no puedo.. - dicho eso salí corriendo, dejándolo solo, en aquel solitario estacionamiento.

No se como pero llegué corriendo a casa, cuando abrí la puerta tres miradas se posaron en mi.

-¿Darcy estas bien?- pregunta mamá preocupada.
-¿Quien te hizo daño?- interroga papá.
-No sucede nada papá y mamá, solo son las hormonas. - dije tratando de contener las lágrimas.
-No nos convences cariño, pero no te presionaremos.- dice papá y agradezco eso.

-Voy a mi habitación.- susurro.

Una vez que llego a mi habitación me tiro en mi cama y comienzo a llorar, otra vez.

-¿Que ha sucedido Annie?.- pregunta Chelsea entrando a la habitación.
-No sabes tocar.- cuestiono en un sollozo.
-Te recuerdo que esta también es mi habitación.

Decido ignorarla y continuar llorando, porque era lo único que era capaz de hacer.

-Annie que ha pasado.- ella solo solía llamarme Annie cuando estaba preocupada o estaba orgullosa, esta vez estaba segura que era lo primero.
-Pete, Pete me dijo que me amaba. - lloro.
-¿Y por qué lloras?

¿Por qué lloraba? No lo sabia.

Lloraba por la impotencia, lloraba por no saber lo que sentía, lloraba por mi noche arruinada, lloraba por todo.

-No lo se.
-Darcy, no tienes porque llorar, es increíble ¿No? Pete te ama sinceramente, siempre lo hizo, deberías sentirte feliz.
-Me siento miserable.
-¿Por qué? - inquiere.
-No sé. Solo me siento así.
-Quizás te gusta.
-No me gusta.- respondo bruscamente.

No me gustaba, él era un niño odioso, que solo molestaba, era como él hermano odioso que nunca tuve, él no me gustaba y punto.

-La primer paso es la negación.
-Que no me gusta él, arruinó mi noche con Steve, que estaba siendo muy caballero.- recuerdo su trato minutos antes de que Pete lo arruinara todo.
-Me cae muy bien Steve, pero te aseguro que nadie te amará como lo hace Pete, solo debes mirarlo de esa forma Darcy.- dice ella y me planteo no mirarla.
-No hablamos de Pete ahora.- me defiendo.
-La razón por la que lloras es Pete, claro que hablamos de él.- dice con toda la obviedad del mundo, y odio admitir que es así.
-Cállate.- pido tapando mi rostro con la almohada.
-Sabes que no lo haré.

Y creeme que lo sé, lo sé muy bien.

-¿Que ha sucedido exactamente?.- se pone en plan de curiosa.
-Eres increíble.- niego repetidas veces, a veces ella jamás cambia.
-Claro que lo sé. - pronuncia con arrogancia y suficiencia.
-Tonta.- no puedo evitar reír.
-Objetivo alcanzado.- se lanza a su cama con sus manos en la nuca.

De alguna manera ella hizo sentirme menos miserable, siempre lo conseguía, ella era la sonrisa de parte de las dos, ella era él sol, ella era la que defendía lo que quería, y ella era la fuerte entre las dos.

De gemelas siempre hay una reservada y callada, y otra espontánea y activa, en este caso yo era la primera y ella sin dudas era la segunda, desde siempre fue así.

Agradecía él hecho de que viniera aquí a hablar conmigo y hacerme sonreír, cuando se que ella esta metida en un mayor problema, y él mío era una tontería. Era la mejor hermana del mundo, o al menos lo era para mi, aunque sea molesta y haga que la cubra, se que ella sabe que lo haría sin problemas, por que para eso estamos, somos gemelas, nos apoyamos, nos cubrimos,

Las Gemelas Styles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora