Harry.
Habíamos tenido una grandiosa noche en la cabaña, la mejor desde hace años y ahora volvíamos a la realidad.
Emma dormía plácidamente en mis brazos cuando llegábamos a las puertas de casa, abro la puerta y me llevo una gran sorpresa.
Todos se encontraban dormidos en la sala de estar... Theo y Lux dormían de espalda uno del otro, Zoe con Brooke en brazos, Chelsea y Kian casi abrazados, Trisha con Madie en él sofá grande, Darcy con John en un sillón mientras que Pete estaba parado recargado en la pared, él era él único despierto.
Estaba mirando fijamente hacia mi hija, Darcy, no era tonto.
Me acerco a él y lo saludo en un susurro a lo que él responde de igual.
—¿Que tanto miras muchacho?— pregunto sonando inocente.
—Yo... Nada.— tartamudea.
—¿Miras a Darcy? No mientas.— cuestiono.
Baja la mirada sin responder aún a mi pregunta.
—Prácticamente. — responde en un susurro y sonrío.
Su mirada era un dilema al notar que había sonreído con lo que admitió.
—Tio Harry.. — pronuncia confundido.
—Esperame aquí, voy a llevar a mi reina en su habitación y luego salimos a caminar, como tío y sobrino ¿Que te parece?— propongo y este asiente estando de acuerdo.
Llevo a Emma a nuestra habitación y aun seguí dormida, tenia él sueño pesado cuando se lo proponía. La coloco suavemente sobre la cama y parece despertar.
—¿Donde estamos amor?— bosteza.
Se veía hermosamente tierna así, que me daban ganas de olvidarme del mundo y hacerla mía una y otra vez.
—En casa cariño.
—Tengo que ir a ver a Dean.— intenta levantarse pero la detengo.
—Yo estaré con él, tu solo duerme.— asiente medio dormida.
—¿A donde irás? — pregunta mientras se acomoda para volver a dormir.
—Iré a caminar con Pete.— susuuro suavemente y sonríe.
Me acerco a ella y beso su frente.
—Te amo.— digo.
—Y yo a ti.— dice en sueños.
Me encamino a la habitación de Dean, y me encuentro con que mi niño y James juegan con los juguetes.
—Hey campeones.— llamo su atención.
Dean se acerca a mi a tropezones, aun le costaba caminar correctamente, aunque ya tenia dos años, cuando esta a mi lado lo alzo.
—Papa.— agarra mi rostro entre sus manos y besa mi mejilla, eso le había enseñado Emma.
—Tio Hady.— escucho a Mames, este me hace manitos para que lo cargara también.
—Son pesados niños.— digo una vez ya teniendo a los dos en brazos.
Bajo nuevamente a la sala y aun nadie ha despertado.
—¿Vamos Pete?— inquiero saliendo ya de casa.
Nos dirigimos a un parque cercano y entonces bajo a los niños, estos corren hasta llegar a un columpio mas cercano.
—¿Que sientes por mi hija Darcy?— pregunto sin rodeos.
Le sorprende mi pregunta y tose.
—Tranquilo muchacho.— palmeo su respaldo suavemente.
—Ehm yo...— se traba con sus palabras.
—No te mataré si me dices, me agradas. — comenté y él ríe nervioso.
—Ella me gusta.— susurra y sonrío nuevamente.
Se que dije una vez que me desagradaba la idea de que mis niñas tengan novio o le guste alguien, pero también mencioné que lo consideraría, y en este caso Pete me agradaba y era un perfecto partido.
—¿Desde cuando?
—Hace cinco años.— susurra tímido.
—Hey porqué tan tímido.— cuestiono alegre.
¿Por qué estaba tan alegre?
De seguro es por la noche del día anterior, estoy completamente seguro de ello.
—Es raro e incomodo decírtelo a ti.— admite.
—¿Por qué?
—Eres su padre, y es raro.
—Bueno, lo admite es raro, pero también soy tu padrino y tío.— trato de animarlo para que me diga más.
—También, pero sigo diciendo que es raro.
—¿La molestabas para llamar su atención?— pregunto.
En el rostro de Pete surge una leve sonrisa y asiente.
De alguna manera me veía reflejado en él, en algún momento también había molestado a Emma solo por llamar su atención.
—Es divertido verla enojada, se ve muy tierna y me encanta.— confiesa ahora mas seguro.
—Sabes alguna vez también me comportaba y me sentía así con una chica.— relato y él me mira curioso.
—¿La tía Emma?— pregunta y afirmo con la cabeza.
—Y miramos ahora, sigue siendo mi revoltosa y yo su idiota.— sonrío recordando los momentos que habíamos vivido juntos.
—¿Entonces crees que podríamos...?— no termina su pregunta pero asiento.
—Te apoyo en esto hijo.
