-Regina Jones y Dakota Sullivan, pasen por dirección ahora mismo.- indicaron por el monitor del pasillo momentos después de llegar al instituto. Ambas sabíamos a que se debía aquella visita al director, ya que era obvio que no íbamos a salir impunes por el intento de mojar a aquella personificación del mismísimo diablo. Nos sentamos en secretaría, esperando a que aquel hombre nos reclamase. Una vez la puerta se abrió, un señor canoso nos indicó donde sentarnos dentro de su despacho, una al lado de la otra.
-Supongo que sabréis lo que hacéis aquí. Dada la incursión de ayer, me veo obligado a tomar medidas.- posó ambos brazos en la mesa marcando terreno.
-Escuche director, la idea fue mía...- se auto sacrificó Regina. Yo por mi parte, le di un codazo porque no quería que ella sola se llevase toda la culpa siendo que era "mi venganza" y no la suya.
-No lo dudaba. Corrompe a todo el que se le acerca. Aun así, tengo que castigaros a las dos: a partir de la semana que viene tendréis que limpiar la biblioteca durante una semana. Además, he ignorado el hecho de que salierais corriendo cuando fuisteis descubiertas. No estáis en posición de quejaros.- dijo, haciendo caso omiso a las palabras de Regina. Las dos bufamos y desaparecimos de la sala sin darle contestación alguna, aunque mi acompañante atisbó alguna palabra malsonante cuando se cercioró de que no pudiera oírla. Al fin y al cabo, solo eran libros, no podía ser tan malo ¿No?
Faltaban algunos minutos escasos para que diera comienzo la jornada. El pasillo estaba repleto de alumnos desorientados, que corrían de un lado para otro agobiados. Luego había algunas animadoras que como siempre, intentaban llamar la atención con sus absurdos comentarios, y entre ellas estaba la tan odiosa Hayley. Pero algo iba mal. Aquella muchacha estaba gritando más de lo normal, y ninguna de sus amiguitas estaba cerca para apoyarla. Me moví unos centímetros hasta mi taquilla para poder ver quien era la víctima de su ira. Para mi sorpresa, se trataba de Lena, la cual la observaba con preocupación más que con enfado. Me aproximé un poco más para poder oír mejor aquella discusión.
-Sigo pensando que es muy precipitado. Las cosas tienen un límite, y esto lo sobrepasa con creces.- dijo mi ex mejor-amiga cruzando sus brazos. No sabía de lo que hablaban pero al parecer, Lena se había dignado a plantarle cara a Hayley, por muy sorprendente que fuese. Qué raro, pensaba que para ser una de las esclavas de ella, había que chuparle el culo, y no oponerse a sus ideales.
-Si eres mi amiga apoyaras el plan... ¿A caso no recuerdas quien fue tu amiga cuando te quedaste sola?- las palabras de aquella harpía fueron como una puñalada en mi corazón. Si era posible hacerme sentir peor persona que ella, felicidades, lo había conseguido.
-Lo llevéis a cabo o no, yo no quiero colaborar esta vez. Prefiero mantenerme al margen.
Me quedé mirando la escena un largo tiempo, puede que más de lo debido. Las dos chicas siguieron hablando, pero bajaron algo el tono provocando que tuviera que afinar mi oído para poder captar cada palabra. Por desgracia, seguía sin intuir lo que andaban maquinando.
-Que susto, joder... ¡Siempre igual!- gritó Regina a mi lado, llevándose la mano al pecho para tranquilizarse. Yo seguía ensimismada así que antes de girar mi cabeza para ver a que se refería Jones, abrí mi taquilla para coger una libreta. La puerta de esta golpeó al individuo que se ocultaba tras ella, y la volví a cerrar llevándome la mano a la boca, preocupada. Fletcher sujetaba su nariz, de la que salía un líquido rojo y viscoso.
-Oh, madre mía. Lo siento... yo...- el pobre Owen era siempre el blanco de todos los males -Vamos a la enfermería.-Regina como siempre, soltaba grandes risotadas por la boca, incapaz de aguantar mi intento de romperle la nariz a su amigo. Ahí se terminó mi tarea de descubrir el propósito de Hayley.
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Adicción ||Luke Hemmings
FanfictionObservé como las gotas de agua se deslizaban por la ventana del taxi como si fueran reptiles al acecho de su presa. Mi frente absorbía el frío del cristal mientras mis ojos seguían las líneas de la carretera poco iluminada de aquella noche tormentos...