-¿Preparada para el primer día?- mi padre ajustó el espejo del coche segundos antes de mirarme mediante él. Yo me encogí de hombros acomodándome en el asiento trasero, puesto que me repuse a sentarme junto a él tras la conversación de anoche.
Solo se trataba de mis antiguos compañeros del Royal College, no había de que preocuparse, ya que dos años no eran suficientes para convertir a niños ruidosos en peligrosos asesinos en serie... O sí, quien sabe. Y es que, refugiada en el coche junto a mi padre, ajena a todo el caos de la ciudad todo parecía tan seguro, tan pacifico. Mentira, solo era una falsa sensación de seguridad. Sin saberlo, iba de camino al matadero, y yo era el mejor cerdo de la granja.
-Ayer...Bueno, ayer estaba un poco sentimental de más.- terminó con el silencio mi padre aun con la vista fija en la carretera. Si con "sentimental de más", se refería a borracho, definitivamente lo estaba -Te pido disculpas si te incomode en algún momento, yo solo quería hacer las cosas bien desde el principio, y no puedo evitar preocuparme.
-Oh, no importa.- contesté con tono relajado mientras observaba cada detalle de las calles de Seattle desde mi asiento.-Soy yo la que debería pedir perdón por llegar tarde, y además, hablarte de aquellas formas. En serio, tenía un mal día.- le quité hierro al asunto dignándome a mirarle mientras este sujetaba el volante.
Mi padre siguió preguntándome cosas al igual que el día anterior. A causa de mis pocas ganas de un nuevo interrogatorio, encendió la radio para apaciguar la tensión. Fue en ese momento, cuando el vehículo frenó para dejar pasar a unos peatones. Mis ojos curiosos se posaron en un rostro familiar, por no mencionar repulsivo. Si mal no recuerdo, su nombre era James Horwell, y ahora no vestía ropa de fiesta, sino un chándal desaliñado acompañado por una mochila, la cual sostenía en un hombro. Cabe destacar, que su rostro estaba contraído y lleno de hematomas, por no mencionar su ojo hinchado, que destacaba sobre el resto de sus heridas. Puede que Kyle se tomase la molestia de pegarle una paliza, pero después de mis malas contestaciones, dudo que moviese un dedo por mi causa. Supongo que James volvería a hacer de las suyas con la chica equivocada, y algún novio, incapaz de controlar su ira, la descargaría sobre él.
Una vez llegamos al instituto, mi padre me dejo allí para irse directo al trabajo. En cuanto mis pies tocaron el asfalto, noté una mirada en mi nuca, un ruido de motor apagándose... Mire en su dirección, y el conductor de la moto se quitó el casco para mostrarme a un despeinado Kyle Dixon, que no tardo en llevarse un cigarrillo a la boca mientras que con la otra mano desenredaba su cabello. Espera, ¿Aquel capullo ahora venía al mismo instituto? Las cosas iban cada vez a peor. "No habrá una próxima vez..." Qué equivocada estaba.
Instantes después, otros se sumaron al club del malote, siendo el tema principal de los murmullos de Royal College. Sin escrúpulo, y para asombro de todos allí presentes, me acerqué a él con ánimo de ser educada y tragarme mi orgullo por una vez. Ciertamente, si no fuera por él, hubiera estado en un apuro.
-¿Dixon verdad? La otra vez fui una estúpida, solo quería darte las gracias.- el resto de sus amigos me miraban con cara impertérrita mientras el humo salía de sus pulmones y hacían algún que otro chiste obsceno sobre la cantidad de chicas con las que se habían acostado. Las animadoras junto a ellos arrugaron la nariz con repulsión, en especial una rubia junto a Kyle. Ya sabes: "dime con quien te juntas y te diré quien eres".
-¿Y tú eras...?- posó el cigarro en sus labios mientras subía una de sus cejas, dubitativo. ¿No me recordaba de la pasada noche? Si así era, habría que descartar la posibilidad de que pegara a ese tío, porque de haber sido así, por lo menos sabría que yo había sido uno de los detonantes de esa pelea.
-Sabes... mejor déjalo.- me fui dejando al rubio plantado una vez más.
El pasillo estaba repleto de gente, pero pude encontrar hasta mi taquilla, la cual cerré tras observar a Lena... bueno, si es que se le podía seguir llamando así. Había cambiado radicalmente, ella entera era distinta, ya no parecía la niña alocada que fue una vez. Ella y yo solíamos detestar a la mayoría de las chicas que se dedicaban a llamar la atención yendo a fiestas y comprando ropa de marca. Su presencia, me recordó nuevamente a aquella época, y a la promesa de nunca ser como una de esas, pero al parecer, ella la había incumplido.
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Adicción ||Luke Hemmings
FanficObservé como las gotas de agua se deslizaban por la ventana del taxi como si fueran reptiles al acecho de su presa. Mi frente absorbía el frío del cristal mientras mis ojos seguían las líneas de la carretera poco iluminada de aquella noche tormentos...