Llevo un buen rato caminando de aquí para allá. No reconozco la zona. Me quedo sentada en un bordillo esperando a cualquier persona que pasase para poder preguntar. Después de unos minutos maldiciéndome a mí misma por haberme metido en ese camión, veo pasar a una chica. Tiene el pelo corto y azul con un gorro negro y ropa cómoda. Me levanto y me acerco a ella.
- ¡Hola! Soy Riley. ¿Podrías decirme dónde estamos? Es una larga historia... - le digo esperanzada.
- Mmm hola. ¿Necesitas ir a alguna parte? No tengo nada que hacer así que si quieres podemos ir a tomar algo juntas y me cuentas esa historia a ver si te sirvo de algo. Por cierto, soy Chloe. - me dice como si me conociera de toda la vida. Sé que no es lo habitual y que no tendría que ir con una desconocida a tomar algo, pero en ese momento necesitaba que alguien me ayudara.
- Me parece bien. ¡Gracias! - respondo.
Llevamos hablando una hora aproximadamente y es más amable de lo que parecía a primera vista. Le he contado todo lo de William y ella me ha explicado dónde he llegado a parar en ese camión.
- Ahora que lo pienso. William y tú haríais buena pareja. Los dos sois personas amables escondidas tras una no tan amable apariencia. - le comento aunque piense que William pega más conmigo.
- Buena observación si no fuera porque soy lesbiana. - contesta.
- Aah, lo siento, no lo sabía. - digo avergonzada.
- Da igual, no tenías por qué saberlo. Y tranquila, que ya tengo novia. - me dice riéndose.
- Vale. - respondo riéndome con ella. La verdad es que nunca había conocido a un homosexual en persona, y, ahora que ya lo he hecho, es más maja que mucha otra gente hetero. - ¿Qué debería hacer? - digo, siguiendo el tema por el que nos habíamos conocido.
- Yo creo que te podría llevar con el coche hasta donde está él. Tenemos suerte de que sigas teniendo las instrucciones de cómo llegar. Está un poco más lejos, pero no importa. - dice convencida.
- ¿De verdad? ¿Te molestarías tanto por una desconocida? - pregunto pensando que hubiera hecho en su lugar.
- No si ya me consideras tu amiga. - dice sonriendo. - Partiremos mañana, si te parece bien.
- Si si, cuanto antes mejor. Muchas gracias, enserio. - respondo agradecida.***
De camino a su casa, mi cabeza no dejaba de pensar en William. ¿Le habrá llegado la carta? ¿Se pensará que no he querido ir y que solo se la he mandado para que me deje en paz? Espero que esté bien. ¿Y mis padres? ¿Qué estarán pensando? En cualquier caso, su última opción es que me haya escapado con un chico que ellos ni conocían sin avisarles. Solo espero que confíen en mi y que no tengan que llamar a la policía ni nada por el estilo. Aunque la verdad es que por muy responsable que sea, con la poca experiencia que tengo a los 17 años y sin la ayuda de Chloe... sinceramente no sé que hubiera hecho.
- Ya hemos llegado. - me dice, interrumpiendo mis pensamientos. - No es un piso muy grande pero espero que estés cómoda. Esta es la habitación de invitados. Dejaré que te instales. ¿Te apetece una pizza? - dice, mientras entro en la habitación que me acaba de enseñar.
- Pues la verdad es que tengo hambre. Si no te importa también quiero un vaso de agua. - digo tímida. Siempre me avergüenza pedir cosas en casas ajenas.
- ¡Oído cocina! - responde poniendo acento gracioso.
- Jajajaja. - nos empezamos a reír. Chloe cada vez me parece más simpática. Me río más con ella que con mis "amigas" del instituto. Ella es diferente.
