Cap. 9

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- ¡Abuela! ¡creo que se ha movido! - es lo primero que oigo antes de abrir los ojos. En los primeros segundos con los ojos abiertos veo unas manchas raras de colores que desaparecen enseguida.

- ¡Al fin! - responde una voz anciana al otro lado de la casa a la vez que se oyen pasos acercándose. Miro desconcertado la habitación en la que me encuentro sin mover ni un músculo, es bastante pequeña pero tiene algo que la hace acogedora. Me encuentro tumbado en una cama de madera antigua como toda la decoración del cuarto. El chico al que he oído hace un instante, pelirrojo con pecas, está en una silla junto a la puerta observándome con una sonrisa en la cara.
- ¿Qué tal, muchacho? ¿Te encuentras bien? - dice la anciana que acaba de entrar en la habitación a toda prisa.
- Ehh... si, un poco mareado. Pero, ¿dónde estoy? - respondo extrañado ya que desconocía a esas personas y ese lugar.
- Estás en mi casa, Will. Saltaste delante de ese coche para salvarnos a Zoe y a mi, ¿recuerdas? Y como te quedaste inconsciente te acercamos a mi casa y le dije a mi abuela que viniera ya que mis padres están fuera. - contestó el chico pelirrojo lleno de admiración.
- ¿Cómo? ¿Will? ¿Salté delante de un coche? Pero... si no te conozco. Y, ¿Zoe? - le digo intrigado, no entendía nada. Justo al decir esa última palabra una niña muy mona y llena de alegría viene gritando  y abalanzándose encima mio para abrazarme:

- ¡WILLIAM! ¡Te has despertado! - intento abrazarla quejándome ya que me dolía todo el cuerpo. Será cierto que salté delante de un coche porque me siento exactamente como si acabara de hacerlo.

- ¡Zoe ten cuidado! ¡Tiene los vendajes puestos! - le avisa la anciana. En ese momento fue cuando me di cuenta de que llevaba las piernas y brazos llenos de vendajes un poco manchados de sangre.

- ¡Si que me conoces! Me llevaste contigo cuando nos encontramos aquel día, ¿recuerdas? Y salvaste a Jack de esos abusones. - dice, señalando al chico pelirrojo.

- Zoe, seguramente le ha afectado más de lo que pensábamos el accidente y por eso no recuerda nada. Ya lo dijeron los médicos. - dijo la anciana al observar que no entendía nada.

- ¡NO! ¡Seguro que se acuerda! - dijo la niña conteniéndose las lágrimas.

- Lo siento, chica. Me gustaría acordarme de vosotros. - le respondo para intentar calmarla.

- Lo único que tenemos tuyo es esta carta que había en el bolsillo de tu sudadera. - me dijo Jack dándome un papel doblado. Lo desdoblo y lo empiezo a leer. Por mucho que lo intento no consigo recordar nada, pero hay una cosa en esa carta que me resultaba familiar... Firmado, Riley.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2017 ⏰

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