prólogo

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Do Kyungsoo se encontraba en su habitación con la mirada pegada en la lámpara que colgaba del techo y se movía de un lado a otro debido al constante ruido. Apretó los ojos decidido a levantarse después de haber estado cerca de 10 minutos pensando si hacerlo o no.

Saltó de la cama y salió descalzo hacia las escaleras, seguramente su mamá lo retaría ya que estaban en pleno invierno y andaba sin calcetines.

-¿alguien puede parar ese ruido? - Su hermana pequeña, Jisoo, estaba parada en la puerta de su habitación con su celular y audífonos en mano - ni si quiera esto me sirve para detenerlo -alzó el aparato junto a los audífonos.

-yo lo haré- Kyungsoo habló sin despegar la vista de la puerta mientras bajaba la escalera.

Justo cuando iba a abrir la puerta dispuesto a gritarle al vecino, su mamá apareció y lo primero que hizo fue mirarle los pies.

-¡Do Kyungsoo, ponte zapatos inmediatamente!

-pero antes tengo que hacer algo- salió a la calle y llego a la entrada de la casa de sus nuevos vecinos, llevaban arreglando el techo hace 5 días y aún no terminaban.

-disculpen -habló pero al parecer no fue escuchado porque ninguno lo miró - ¡disculpen! -gritó.

Los hombres se voltearon al mismo tiempo a mirar al pequeño joven, en ese momento apareció un chico que parecía tener la misma edad de Kyungsoo, sólo que era más alto y tenía las orejas grandes.

-¡hola! -dijo entusiasta el alto.

Kyungsoo frunció el ceño.

¿cómo podía estar tan contento con tanto ruido y más en su propia casa?

El chico se detuvo al frente de él y volvió a hablar.

-¿hay algún problema? - sonrió -¿vecino?

Kyungsoo tuvo que levantar la cabeza para poder mirarlo, volvió a fruncir el ceño.

¿que con la palabra vecino? ¿y cómo es eso de que si hay un problema?

-si, hay un problema -el alto no habló a si que Soo continuó- están haciendo demasiado ruido, se siente hasta en mi casa y llevan más de 3 días.

-¡ah! - abrió mucho los ojos inclinándose hacia atrás -¿era eso? No te preocupes, terminarán hoy.

-bien -Kyungsoo asintió y le dio la espalda saliendo de su territorio.

Chanyeol se quedó con la palabra en la boca así que solo hizo una mueca y entró a su casa.

«»

El pelinegro disfrutaba del silencio que reinaba en su casa, desde hace 2 horas que el ruido había terminado en la casa de al lado lo cual agradeció porque estaba a punto de darle migraña, se había puesto calcetines y un polerón porque su habitación era usualmente fría excepto en verano.

Se puso a revolver entre sus cosas buscando sus audífonos para poder escuchar música y distraerse un rato, era domingo y a él no le daban ganas de salir los domingos. Por fin los encontró y los conectó al celular cuando notó que uno no sonaba.

-¡Jisoo!- gritó. Tenía bien claro quién los usaba a parte de él, sin contar las veces que los vio en la boca del gato de su hermana.

-¿qué?- Jisoo apoyó la cadera en la puerta expectante. Su hermano levantó los audífonos y alzó las cejas esperando una explicación, al ver que su hermana no se dignaba a hablar lo hizo él.

-no suena- fue lo único que dijo.

-la última vez que los ocupé sonaban los dos- la chica se excusó juntando los labios.

-¿y entonces a quién le reclamo?¿a tu gato?

-¡Kyungsoo!- Jisoo se quejó dándole una patada al piso con el pie -está bien, yo te compro otros, pero no molestes a mi gato.

-como sea, solo quiero unos nuevos -los sacó del celular y los tiró a la cama -fuerita de aquí que me voy a cambiar de ropa - empujó a su hermana fuera de su habitación.

Mañana sería un nuevo día... o eso es lo que dice su mamá, pero para Kyungsoo era lo mismo, sólo que los fines de semana había momentos en que se olvidaba que tenía que ir al colegio y cuando se acordaba se daba golpes en la frente mentalmente recordando a cuantos tontos tendría que ver, Baekhyun por ejemplo.

Y como novedad mañana llegaría un alumno nuevo a su curso. En realidad a Kyungsoo le daba lo mismo siempre y cuando no pasara a llevar su espacio.

Friend   «Kaisoo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora