Capítulo 19:

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HOLA!!

QUE TAL!!!

WASAAA!!!!

Ya sé que los anuncios normalmente van al final, pero ésto es muy importante.

En primer lugar, y casi meacerco al final :PTengo algo muy especial preparado para este capítulo... así es... LEMON... bola de pajeros XD. Pero como soy un chico justo lo pondré en negritas para que aquel que no quiera leerlo sepa por dónde debe pasar sus bellos e inocentes ojos....... Adiós inocencia :v

Sin nada más que decir vamos a lo principal: ¡¡A LEER!!

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"Bienvenido a la familia Nick Wilde" por fin. Después de tanto esperar por fin soy aceptado en la familia de mi prometida. Ahora sí estoy totalmente convencido de que no necesito nada más. Cada día hay algo nuevo por lo cual alegrarse, por lo cual saber que tu vida vale la pena, es cierto lo que dicen, cada día que estas vivo es un regalo, por eso debes aprovecharlo al máximo. Y eso es lo que voy a hacer, lo aprovecharé al máximo, solo yo y mi Judy, cambiando al mundo, haciéndolo un lugar mejor.

Nuestro turno de patrullar las calles había terminado, dejamos la patrulla en la comisaría, nos despedimos de nuestros compañeros y salimos de la ZPD. Tomamos el tren hasta la estación más cercana a nuestro hogar y aprovechamos para ir por un helado al Jumbeaux's Café. Solo para hacer una ligera observación, Judy y yo nos dimos cuenta de que los modales de la gente, incluso de la que no es de mucho dinero, pueden variar dependiendo del animal con el que tengan que tratar, ¿por qué lo digo? Porque al entrar, lo primero que hicieron los empleados elefantes al vernos fue decirnos "Buenas tardes oficiales ¿en qué podemos servirles?" pero en cuanto vieron que yo, el zorro estafador al que siempre trataron mal por ser de diferente especie, se había convertido en el primer zorro policía de Zootopia e incluso representaba a la ciudad junto a la coneja reparte multas que alguna vez retó a los empleados de ese local, se quedaron asombrados, boquiabiertos, con los ojos cuadrados y la trompa colgando de sus rostros.

-Ya basta señores, ésta es la tercera vez que vengo esta semana, no deberían estar sorprendidos al verme con el uniforme – les dije a los elefantes.

-¡No es eso! – dijo el animal del mostrador.

De repente, el grito de un pequeño elefante que miraba a la coneja a mi lado me alarmó, por lo que voltee a verla para asegurarme de que todo estuviera bien.

-¡¡JUDY!! – mi tierna conejita se veía débil, más que lo de costumbre, sus ojos apenas podían mantenerse abiertos, puse mis dedos índice y medio en su cuello, su poco pulso y la ligera brisa de aire que salía de su nariz junto a sus orejas caídas me daban la señal de que algo no andaba bien.

-¡Llamen a una ambulancia! ¡Háganlo ahora! – grité con una voz que daba a entender que estaba al borde del llanto.

Nadie hizo nada, solo nos miraban con los ojos bien abiertos, se notaba que no iban a hacer nada para ayudarme, la escena era demasiado para ellos. La cargué en mis brazos y corrí a toda velocidad al hospital más cercano, dejando un camino de pequeñas lágrimas a mi paso. Llegué al hospital corriendo y tratando de contener el llanto, todos los animales ahí presentes voltearon a verme y algunos hasta gritaron por el susto de ver a Judy inconsciente.

-¡Guardias! ¡Seguridad! ¡Quien sea! ¡Ayuda! ¡La oficial Judy Hopps necesita atención médica inmediata! – gritaba una y otra vez.

Los paramédicos no tardaron en llegar. Al vernos se frenaron por un momento, pero reaccionaron de inmediato cuando les grité que me ayudaran. Subieron a Judy a una camilla y la trasladaron a urgencias, yo la acompañé hasta la puerta, tomando su mano y diciéndole que se quedara conmigo, que todo iba a estar bien y que se iba a recuperar. Quise ir con ella y quedarme a su lado, pero los doctores no me dejaron.

Zootopia: Nuevos tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora