Chico malo
Lunes. Odio los lunes, y más la escuela, salgo de mi casa y me pongo mis audífonos.
Cuando al fin llegó a la escuela, me dirijo a mi loker para poder sacar los libros de mi primera clase. Los saco y empiezo a caminar a mi aula. Cuando sólo quedan unos metros para llegar, unas manos tocan mis libros haciendo que cayeran al suelo.
- Hay pobre niña.- dijo una voz femenina, que resonó por los pasillos, ya vacios.
Sin decir nada me agacho y los tomos, dispuesta a seguir con mi camino.
Pero su mano en mi brazo jalandome hacia atrás me lo impide.
- Dejame en paz.- le digo con rabia.- Eso no está en mis planes.- dijo con una sonrisa malévola.
- Ya dejala en paz, Violet.
Violet me soltó de mala gana, y salió de los pasillos haciendo rechinido con sus tacones.
- Estas bien.- dijo y lo mire. Asentí.
- Si.- susurré y lo mire. Era Michael, el chico malo de la escuela, estaba completamente paralizada, cada vez que lo veía en los pasillos estaba molestando a alguien, o algo por el estilo.
- Tranquila no siempre soy un chico malo.- dijo como si estuviera leyendo mi mente.- Ven te acompañó a tu clase, y también podría acompañarte a tu casa.- me sonrió.
- No es necesario.- lo mire a los ojos.
- Lo se, pero quiero hacerlo, y también quiero conocerte a ti.
