Another last goodbye.

No estas.

Son casi las doce, y me encuentro sola, como siempre. 

La luna espera reencontrar miradas de parejas ajenas, lejanas. Espera juntar almas y pieles. Espera que la noche parezca bella, así no estén al tanto de como se vea.

Quizá no esta claro que mis ojos te encuentran en distancia, y que me labios te desean como al vino. Que mi piel se quema cuando estas, y que mis cachetes se llenan de fervor, se encienden de pasión. 

Quizá no esta claro que mis manos recorren muros, guerras, solo por tocar un mundo que no se encuentra, que mis labios se astillan si no te sienten. Que mi piel se enfría, y que mis ojos son opacos. No tienen que más belleza encontrar si no estas.

Quizá, por costumbre, mire las fotografías viejas y rotas, y les de un beso de bienvenida con sabor a despedida. 
Quizá, por costumbre, grité tu nombre a las paredes, y golpee las almohadas con desesperación, la puerta esta abierta.
Quizá, por costumbre, llore de agonía, nombre lejanía y me coma las uñas. Es que sigues sin llegar.
Y quizá, por costumbre, si no te sabes el camino de vuelta a casa, a la cama, a mis labios o a mi piel, ten en cuenta que trazare mapas, dibujare vías, gritaré ¡Estoy aquí! para que sea más fácil encontrarme.

Y es que, quizá sea, que ya me acostumbre a esperarte cada noche, 
a sufrirte cada madrugada,
y a gozarte con cada lagaña, 
a permitirme ser tan ilusa, 
y por supuesto, 
dejarte las puertas abiertas, cada noche, como siempre. 

Es que sigues sin llegar, y dejarte vías trazadas, y puertas abiertas me sabe como a la soledad acompañada que sigue sin estar. Me da impresión de bienvenida con sabor a despedida. 

Es que sigues sin llegar.

Te suplico.