C A P Í T U L O 3.

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Niego por segunda vez consecutiva al cuestionario de Alessandro

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Niego por segunda vez consecutiva al cuestionario de Alessandro. Este solo rueda los ojos pero sigue anotando mis respuestas.

Nos encontrábamos en clase de Inglés , clase donde nada más él y yo compartimos. Para mi mala suerte.

Como dije anteriormente, no lo odio, pero tampoco lo soporto al cien por ciento, me incómoda un poco su presencia, no es porque me haga sentir incómoda él en si, sino más bien siento que no tenemos nada en común que nos una, por lo cual la química no fluye del todo.

— Bien, al pacer vamos a por la quinta pregunta y sigues negando todo, ¿acaso eres la chica más aburrida del mundo? — Alessandro suelta en sarcasmo, se recarga con sus dos brazos sobre la mesa y siento su aliento chocar con mi frente. Levanto mi mirada y entrecierro mis ojos, viendo lo cerca que se ve.

— Ni que tú fueras el hombre más interesante.

Me acerco un poco más, tratando de intimidarlo, arrugo mi nariz y le lanzo un beso.

Alessandro sólo me mira serio, y baja su mirada a mis labios.

— Cállate por favor, ojitos.

Se aleja de mi lo más rápido posible y echa su cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos.

— Como ordene el patrón.



===


Suena la campana y por fin damos por terminada la clase de inglés, tomo mis cosas rápidamente y las hecho a mi mochila, la cuelgo sobre mi hombro y espero a Alessandro con la mirada.

— ¿Vamos juntos o vas a esperar a Venus?.

— Vamos juntos.

Asiento, y me encamino a la puerta, sabiendo que Alessandro venía pisándome los talones. Observo desde el marco de la puerta el ancho pasillo lleno de adolescentes, buscando entre ellos a nuestros amigos.

— ¿Vas a ir a tu casillero o vamos a ir directo a la cafetería? — Pregunta seriamente, mientras se recuesta sobre su hombro, recargado en el primer casillero junto al marco de la puerta.

— Iré a mi casillero, necesito ver algo — Sonrió un poco de lado, pensando en ver si encontraré o no una carta nueva. Alessandro me mira atentamente y sonríe.

— Vamos ojitos.

Caminamos por unos segundos más, doblando unas cuantas esquinas de pasillos hasta encontrar el mío. Coloco la combinación para poder abrirlo y cierro mis ojos, dejando salir un suspiro.

— Apresúrate, que quiero comer algo, Katherine.

Alessandro me hace abrir mis ojos y saltar un pequeño grito del susto, me llevo mis manos a mi pecho y nuevamente suspiro.

Para Katherine.  |en edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora