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Wen llegó y abrió la puerta de su casa sin que ella necesitase levantarse. La escuchó tropezarse con los zapatos que había dejado en la entrada; y probablemente también lo hizo con la ropa que se había quitado al regresar de su desayuno-almuerzo.

-Dios. Realmente estás mal ¿ésto no es lo que llevabas esta mañana?

Se puso de pie mientras contestaba afirmativamente, se limpió las lágrimas que habían caído de sus ojos rápidamente antes de que Wen entrara en el salón y se reacomodó el pelo. Sonrió sin darse cuenta cuando notó la flor que aún no se había caído de su pelo tras ser acomodada por el nuevo hombre de sus fantasías.

-Traigo helado. Y los pendrives con la serie completa de cómo conocí a vuestra madre; así que no sé qué haces que no me estás besando los pies, Sussssi -.Ella se demoró pronunciando la ''s'' mientras colocaba las tarrinas de helado encima de la mesa de café. Después, sin si quiera mirarla, giró su televisor y conectó el pen en la televisión. Cogió el mando antes de sentarse y tirar de ella para que se sentara a su lado. La tapó con una manta que siempre mantenía en su sofá para tenerla a mano cuando se acostaba a ver algún programa, y sólo entonces la miró fijamente-. Bien. Empieza a soltar ahora mismo. ¿Por qué lloras, Su?

Se lamió los labios como tres veces antes de abrir la boca para contestar, porque sentía que necesitaba más tiempo para pensar.

-No lo sé. Algo me supera.

Su amiga manejó su mando buscando la carpeta de la penúltima temporada, y mientras Ted comenzaba a hablar, se estiró para coger dos pequeñas tarrinas y dos cucharas de plástico. Le tendió una a ella después de abrirla y enterrar una de las cucharillas en el cremoso helado de vainilla y chocolate.

-Sé que no debo tomármelo a la ligera, pero a mí lo que me parece es que necesitas descargar energías. Conseguir eso, ya sabes, las líneas superiores.

-No me digas, Wen. Pero ahí la cuestión no es qué. Es cómo, ¿no crees?

Mientras pensaban observaron a Barney hablando como un loco, dando una explicación de prácticamente toda la serie en menos de un minuto a su casi futura esposa.

-Tal vez...-Echándose los mechones de pelo moreno hacia atrás, la miró- Probando algo nuevo. Siento ser yo la que te diga ésto, pero todos tus ex's - ella esperó unos segundos para contestar, buscando la expresión más adecuada - han sido bastante monótonos. Planos. Un mismo perfil, no sé si me entiendes.

Por su mente pasaron las imágenes de todos los chicos con los que había tenido relaciones mientras comenzaba a devorar el helado. No era verdad, ninguno se había parecido al resto. Puede que la mayoría fueran rubios, pero eso era todo lo que tenían en común. Se mordió el labio inferior mientras negaba con la cabeza.

-No lo pillo.

-Susan...-Suspiró- Todos esos chicos eran un poco sosos para ti, demasiado dulces y empalagosos. Te demostraban su cariño y amor a todas horas, te asfixiaban. Y aún así, aunque dejabas atrás a ese chico, buscabas a otro que te quisiera de la misma forma y con la misma intensidad. -Puso los ojos en blanco mientras seguía hablando- Quisite a todos y cada uno de ellos, lo sé. Pero sólo ahora te estás dado cuenta de que la forma en que lo hacíais no era la correcta para ti. -Le sonrió compasivamente, recordando las palabras que ella había dicho antes-. Y te está superando, sí.

Ella lo pensó por un tiempo, dejando que las voces de los personajes de la serie llenaran el silencio de la habitación.

Recordaba querer más, y, cuando ellos le daban todo lo que tenían, decepcionarse y alejarse... Comió una gran cucharada de helado de chocolate ...Ella había sido tan cruel... Ahora se decantó por una más grande aún de vainilla ...Pero ella no quería lo que ellos le daban: por eso ella nunca les había pedido nada, lo guardaba, lo quería en sus pensamientos; no en los de ellos... Llenó tanto la cuchara que casi se cae el helado, pero su lengua amortiguó la caída ...Ella sólo había querido agradarlos, les pedía que le contaran sus fantasías porque, siempre, deseaba llevarlas a cabo; hacerlos felices. En cambio (joder, el helado estaba tan bueno) había visto ''hechas realidad'' las que ella atrevía a contar... Lamió la cuchara ...Siempre se preguntaba si creían que pedía saber algo esperando que ellos preguntaran por ella, como una doble intención o algo así... Volvió al helado de chocolate, comiéndose dos cucharadas seguidas, manteniendo después la cuchara dentro de su boca ...La realidad es que le gustaba ser sincera. Si le echaban un piropo lo agradecía, no daba uno de vuelta. Si se interesaba por el trabajo de alguien, no era para que lo hicieran también. No pedía información, esperando que le pidieran que contara un cuento. Era directa, en ciertas cosas al menos... Mierda, el helado se le había acabado ...¿Por qué ninguno de sus novios había podido verlo?

Pero, ¿qué?   [EN VISTAS DE FUTURO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora