Capítulo 3 - El Loco

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Una disculpa si hay errores ortográficos o la repetición de algunas palabras. Los quiero mucho y espero que les guste este nuevo capítulo.

No olviden comentar y compartir si les gusto. Ayúdame a crecer. :)

«Tal vez estoy loco

Tal vez tú estás loco

Tal vez ambos estamos»

Alguna vez en nuestras vidas hemos querido que un deseo se haga realidad. Sin importar las consecuencias. Así pensaba Sebastián. Deseaba que su madre saliera de todo lo que pasaba, inclusive si daba su vida por qué ella viviera. Él no se consideraba nadie ni nada importarte. Y su madre tenía un buen corazón, era muy enojadiza como muchas veces lo demostraba. Sebastián veía en ella que cuando no discutía con su esposo y no reñía con sus hijas por tonterías, siempre cantaba y sonreía, llevaba a su hijo a donde ella deseaba. Marta quería muchísimo a todos hijos por igual. En todas las familias siempre estaba el favorito de mamá y el favorito de papá. Marta nunca coincidía con sus hijas, ellas siempre tenían planes también incluida Abril. Desde pequeñas las 5 hijas tenían un carácter demasiado fuerte igual al de su madre pero desordenas. Sebastián en cambio era un chico que le gustaba mucho más dibujar e imaginar todo el tiempo, el chico podía durar horas pensando. Sus hermanas lo llamaban loco. Chiflado, Ido, entre un centenar de cosas. Así es como Marta y su hijo único, eran demasiado unidos.

Ahora lo que rondaba en la cabeza de Sebastián "¿Qué fue lo que pasó?" "¿Por qué su madre hizo lo que hizo?" o "¿No pensó en ellos antes de hacerlo?"

— Te toca abrir el portón — Olivia negó con la cabeza.

— Yo la he estado abriendo desde que llegue a casa.

— Si llegaste ayer y solo la medió abriste ya que Ingrid lo termino haciendo. Y yo vengo manejando así de que bajas tú o bajas tú.

— No se preocupen yo la abro. — Sebastián alzó el botón de seguridad del carro y salió. De un jalón alzó todo el portón, este como siempre chillo oxidado y dejó caer polvo.

Frida estacionó el carro y todos se metieron a la casa. Nadie dijo ni una sola palabra no ánimos de hablar. Frida y Carla limpiaron desganadamente el comedor. Carla tomo el mantel blanco y lo hizo bola disparándolo al suelo.

— Chicas si no les importa iré a costar Rogelio. — Olivia tenía al pequeño en brazos y se le veía dormido. Frida solo asintió. Como si estuviera a punto de caer rendida.

— Anda Sebastián ve a dormir tú también. — Le ordeno.

— No, yo te ayudaré. Carla tiene que ir mañana al colegio.

— Puedo faltar.

— No. El mundo no se detendrá porque nuestra madre este en un hospital. — Los ojos del castaño se humedecieron.

— Tiene razón, anda sube. Sebastián me ayudara. — Carla no titubeó ni se negó. Subió antes que Olivia.

— A por cierto Ingrid y Abril se quedaron dormidas en el sofá. Sabes que esas dos pueden dormir en donde sea. — Olivia mostró una pequeña burla. Y canto para ella y su bebé en un susurro en lo que subía por las escaleras.

— Ayúdame con los platos. Los vas apilando y yo los dejara en la puerta de la cocina. — El chico sabía el porqué. Acepto apilando los platos y vasos. Sebastián no miro demasiado a su hermana mientras limpiaban el desastre.

El gay, la gorda y la fea (G.G.F.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora