Pov Ainara:
- Su don es el de controlar la mente de cualquier ser.- dijo Aro totalmente entusiasmado. Vi sonreír maliciosamente a Cayo.
- Ummm si que nos podría servir, ademas si luego resulta que no nos sirve siempre podemos deshacernos de ella.- dijo el rubio con tanta frialdad que tuve que controlarme para no echarme a temblar, aquel vampiro era realmente terrorífico.
- Bueno pues creo que está decidido tendremos una nueva integrante.- esta vez hablo Marco era la primera vez que oía su voz, sonaba como la de alguien que llevaba sin hablar mucho tiempo, era plana, vacía. En realidad todo aquello no le importaba en absoluto, estaba segura de que ni siquiera quería estar allí.
- Alec querido ¿serías tan amable de darle una nueva vida a nuestra invitada?- Aro cada vez parecía más entusiasmado, Alec giro el cuello hacia su amo y luego hacia mí sus rojos ojos se observándome con demasiada intensidad, parecía estar evaluandome y sentía ganas de empezar a correr, huir de allí seria sin duda lo mas sensato ¿pero a donde iría? Salir de una sala llena de vampiros era misión imposible. Tuve que obligarme a mantenerle la mirada pese a que mi cuerpo empezó a temblar de puro pánico.
Después de lo que me pareció una eternidad, Alec empezó a acercarse a mi con paso lento y calculado hasta pararse delante de mi, estaba tan cerca que su esquisto aroma inundaba mis fosas nasales aturdiendo mis sentidos, mis piernas parecían ancladas al suelo y aunque hubiese intentado huir habría fracasado sin duda alguna. Inclino su cuerpo hacia delante sujetándome por los hombros, mas que pretender que no me escapase lo mas probable es que lo hiciese para que no me cayese al suelo por los violentos temblores de mis piernas. Su frió aliento choco contra mi cuello y en aquel momento entre en pánico, forcejee tratando de escapar de su agarre, pero fue totalmente imposible, aunque lo estaba intentando con todas mis fuerzas, ni siquiera logre moverme un milímetro, lo único que conseguí fue que sus manos de hierro se aferrasen con mas fuerza a mis hombros llegando incluso a hacerme daño. Entonces recordé las palabras de los libros, si era cierto lo que decían aquello iba a doler y mucho.
- Espera un momento.- mi voz salio de mi garganta de manera ahogada, Alec paro de inmediato quedándose totalmente estático en su lugar.
- ¿Que pasa? Querida.- me pregunto Aro con un todo de impaciencia en la voz, seguro que esperaba que la transformación pasase lo mas rápido posible para empezar a utilizar cuanto antes su nuevo juguete, es decir, yo.
-Es que me va a doler.- respondí avergonzada, las lagrimas picaban en mis ojos, toda mi vida deseando convertirme en un vampiro y ahora que al fin iba a ocurrir no estaba segura de ello.
- Pues si que te va a doler pero luego todo sera mejor, te lo prometo.- esa voz no salio de la garganta de Aro si no que la pronuncio el hermoso chico que aun no había apartado sus manos de mis hombros, prácticamente me lo susurro al oído para que nadie mas fuese capaz de escucharlo. pero cuando levante mi confusa mirada de nuevo hacia él su rostro seguía estando tan inexpresivo como siempre, haciéndome dudar que aquellas palabras hubiesen salido de su boca.
- Bueno pues entonces hazlo.- dije recobrando de nuevo cierta fuerza, las palabras de Alec habían logrado calmar mis miedos en cierta medida. con un tono de miedo en mi voz. El vampiro volvió a pegar sus labios en mi cuello y al instante dos pequeños pinchazos trajeron un agudo dolor a mi cuerpo, pero aquello no fue tan malo como lo fue el fuego que estallo en mis venas segundos después. El dolor era tan fuerte que resultaba insoportable, tenia unas ganas inmensas de gritar, y así lo hice grite hasta que sentí mis cuerdas vocales desgarrarse, y aun así no pare.
Si aquello significaba convertirse en vampiro la muerte sonaba como una mejor opción.
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Triangulo amoroso dos Vulturis y una humana
FanfictionUN TRIANGULO AMOROSO ¿A quien elegir cuando los dos te aman y tu los amas a ellos? Ainara Anderson ¿Al chico con aspecto de duro pero dulce en el fondo? Demetri Vulturi ¿O al chic...