Pov Ainara:
Seguí a Demetri por el pasillo mientras me llevaba a mi habitación. En cuanto llegamos él se paro en la puerta para dejarme pasar. La cama estaba perfectamente echa y había ropa oscura y una capa encima de ella.
Escuche un golpe de cuando Demetri cerró a puerta a su espalda me sobresalte girándome de golpe.
Él se empezó a acercar a mí mostrando sus dientes blancos en una sonrisa muy encantadora definitivamente no comprendía a aquel vampiro, primero parecía furioso conmigo y ahora parecía demasiado feliz, empezaba a creer que era bipolar, o quizás simplemente estaba loco, vivir tantos años debía pasar factura.
Pero pese a todo, era dolorosamente hermoso, me quedaba totalmente atontada mirando sus bellas facciones, ahora entendía por que les resultaba tan fácil cazar humanos, eran como una droga, tan hermosos que resultaba imposible alejar tus ojos de ellos. Cuando me quise dar cuenta, ya se encontraba casi encima de mi, por lo que me encogí un poco y retrocedí totalmente intimidada por su cercanía.
- ¿Me tienes miedo?- me pregunto con burla, definitivamente me había convertido en la nueva diversión de aquellos vampiros, resultaba patético, alcance a negar con la cabeza sin demasiada convicción.
- ¿Acaso se te ha olvidado como se habla?- pregunto en el mismo tono que antes, empezaba cansarme de que se burlase de mi, ahora era igual que él, era una vampiresa y no tenía derecho a tratarme de esa manera.
Me di la vuelta soltando un gruñido, quizás si le ignoraba acabaría cansándose y dejándome en paz.
Alcance a escuchar una especie de risa salir de sus labios, cerré los puños respirando hondo tratando de calmarme, no podía saltarle encima por muchas ganas que tuviese, pese a ser una neófita, él era un guardia entrenado y no tenia ganas de desperdiciar mi recién adquirida inmortalidad.
Una mano de acero se cerro sobre mi brazo obligándome a darme la vuelta y para cuando quise darme cuenta, su cara su encontraba a centímetros de la mía y me enseñaba los colmillos, al menos había logrado enfadarle. Abrió la boca dispuesto a decir algo cuando el sonido de la puerta al abrirse le hizo enderezarse, le empuje lejos de mi aprovechando ese descuido y me gire hacia mi salvador.
En el marco de la puerta se encontraba apoyado Alec totalmente frío como el hielo, empece a preguntarme si su rostro seria capaz de demostrar algún sentimiento, parecía esculpido el mármol y temía que si sonreía que partiese en miles de pedazos.
Demetri también se giro y se quedo observando a Alec.
- ¿No te han dicho que hay que llamar a las puertas antes de entrar?- preguntó Demetri con una voz neutra, estaba tratando de ocultar su enfado del estático vampiro que se hallaba en la puerta de mi recién adquirido dormitorio.
Alec ni siquiera se movió, en esos momento con la leve iluminación que entraba por detrás de él iluminándole el cabello castaño parecía un ángel recién caído del cielo o un Dios, ni siquiera parecía pertenecer a este mundo.
- Las ordenes de nuestro amo fueron claras y no se han cumplido. -clavo sus ojos borgoñas en Demetri a modo de advertencia y dio la vuelta con un elegante movimiento saliendo de la habitación sin mirar a nadie, dejó la puerta abierta invitando a Demetri a salir de allí para que pudiese cumplir lo que Aro me había perdido, bueno mas bien ordenado. Demetri me dirigió una ultima mirada antes de seguir el camino de su compañero de la guardia.
¿Que había sido eso? Ni siquiera me dio tiempo a procesar lo que había pasado, pero agradecí infinitamente a Alec ya que de manera inconsciente había logrado librarme de la ira de Demetri.
Me giré hacía la cama, cogí la ropa y entre al baño a ducharme y para después poderme poner la ropa limpia. Al entrar al baño me miré al espejo por primera vez desde que había despertado y tenía que reconocer que era realmente hermosa tenía la piel pálida y mi pelo parecía mas rubio y brillante, también tenía mis ojos de un color rojo carmesí como siempre había soñado. Aquello parecía un sueño y temía que fuese a despertarme en cualquier momento.
Al salir de la ducha ya vestida me encontré una nota encima de la cama escrita con pluma y con una letra alargada y angulosa.
Decía "Mañana por la mañana entrenas con Alec espero que seas puntual no le gusta esperar.
Aro Vulturi".
Si entender el por que, me sentí nerviosa de tener que entrenar Alec y al instante me vino la imagen del él apoyado en el marco de la puerta minutos atrás, estaba dispuesta a tratar de hacerlo lo mejor posible, quería poder impresionarlo.
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Triangulo amoroso dos Vulturis y una humana
FanfictionUN TRIANGULO AMOROSO ¿A quien elegir cuando los dos te aman y tu los amas a ellos? Ainara Anderson ¿Al chico con aspecto de duro pero dulce en el fondo? Demetri Vulturi ¿O al chic...