Capítulo 9

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Después de las halagadoras palabras de Cristóbal hizo que me sonrojase, me levanté de mi cama y llamé al hospital para saber por Daniel, dijeron que está mejor y que lo más probable es que quede con secuelas, me daba pena su situación, si hubiera podido hacer algo para evitar eso, lo hubiera hecho.

Al rato fui al baño y me arreglé para ir al velorio de Javier. Ya lista Cristóbal me acompañó y estuvimos dos horas, no pudimos ver a Javier porque tenían tapada la urna, seguramente está todo desfigurado; hablé con la mamá de él y me saludó como si me conociera desde pequeña, y me dijo:

- ¿Cómo estás Melanie?

-Bien dentro de lo que se puede y ¿usted?

-Igual, tu primo era muy joven para morir

En ese momento me quedé en shock y me empecé a preguntar ¿cómo que mi primo?, ¿entonces Daniel es familiar mío?; y dije:

- ¿Cómo que mi primo?

- ¿No lo sabes?

- ¿Qué?

-Daniel y tú son medios hermanos

En ese momento mi corazón se terminó de romper y me di cuenta de que en mis ojos había un mar de lágrimas, me pare y dije a Cristóbal que nos fuéramos a mi casa.

Al llegar a mi casa me tiré en el sofá y lloré hasta que ya no salieran ojos de mis lágrimas, Cristóbal se acostó a mi lado y me abrazó y acarició mi cabello hasta que dejara de llorar, cuando vi sus ojos mostraban dolor y le pregunté:

- ¿Pasa algo?

-No soporto verte así, de verdad me importas. Y mucho, no soporto verte mal

Lo abracé y me causó ternura sus palabras, nunca nadie me había dicho eso.

Después de un rato abrazados, me levanté y dije a Cristóbal que me llevara a ver a "mi hermano" al hospital.

Fuimos y vi a Daniel, me arrodillé a su lado y lloré y me preguntaba ¿hermanos? ¿No habrá equivocación? ¿Y si no es verdad? Me comienzo a enamorar y me dicen que es mi hermano, así nunca encontrare al soñado príncipe azul, en el cuál no creo, eso es un cuento de niñas.

Una infancia sin madre te hace creer eso, nunca creí en las princesas ni en el príncipe azul, normalmente jugaba con los chicos, pero conservaba mi feminidad, me junté con hombres hasta que llegó María José a mi vida en el jardín de niños, desde ahí somos amigas, mi vida sin ella no sería lo poco feliz que es, sería triste y amargada.

Luego de estar llorando arrodillada al lado de Daniel, me paré y fui a la sala de espera por Cristóbal, que seguramente estaba aburrido, me vio y me abrazo, nunca había sentido un abrazo tan necesitado de parte de él hacia mí, me empecé a convencer que Cristóbal si sentía algo por mí y no quería engañarme.

Sentí que en mí se formaba una tranquilidad, creo que siempre he tenido miedo de salir lastimada de alguna decisión, pero casi siempre me arriesgo en algunas.

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Cristóbal me ha invitado a salir mañana después del funeral de Javier.

Lo más seguro es que busque a la mamá de Javier y la interrogue preguntándole sobre mi pasado, además pienso hacer una prueba de ADN para ver si en realidad soy hermana de Daniel, ojalá no sea cierto, no soportaría pasar por eso, necesitaría urgente a María José. Me di cuenta que sin ella no puedo liberarme, a parte no he sabido nada de ella, ya que en el hotel no hay internet; la extraño un montón.

Fuimos al funeral y me encontré con la madre de Javier, estaba llena de ojeras y bolsas en los ojos, me dio mucha me acordé cuando perdí a mi padre, me sentí tan mal que necesitaba respirar para no llorar a mares, luego de un rato me di cuenta de que por mis ojos caían lágrimas como cae el agua de las nubes, la madre de Javier me abrazó y dijo:

Por Qué Me Enamoré De Ti? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora