Capítulo 4: Me elegiste a mí

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"Oh, angel sent from up above
You know you make my world light up
When I was down, when I was hurt
You came to lift me up..."

Las luces de la ciudad son el destello que ilumina nuestro camino, intento evitar que me importe el simple hecho de tenerlo a mi lado, compartiendo un momento que no es mío, pero sin embargo quiero sentirlo como si lo fuera. Meto mis manos dentro de las bolsas de mi abrigo, Derek hace lo mismo, esperando cualquier cosa que mi boca pueda articular, al fin, esto fue mi idea porque yo le pedí que viniera, pero ¿qué podía hacer? Tampoco iba a fingir que me no me interesa en lo más mínimo que espere en las escaleras por mi aparición, o que acabe con la suela de mi botín porque no podía dejar de pensar en él. Así que sí, me declaró culpable y aquí estoy sin decir una sola palabra.

—Entonces... esto es un poco raro

Aclaró mi garganta. —No. —Sí

—Venga, que ni he dicho ninguna estupidez y ya me has dejado de hablar. Eso dice muy poco de mí Sophy.

Sonrió y me golpeó mentalmente, es todo tan jodido pero  es correcto, desde hace 20 minutos que salimos del edificio y he dicho nada, tan sólo me dediqué a caminar y Derek sólo me siguió. —Supongo que sí, pero te diré algo, en esa esquina, cruzando la avenida, puedes elegir seguir tu camino y ambos fingiremos que nada de esto sucedió, que fue una mala idea. —Me detengo mirándolo a los ojos. —O puedes dar la vuelta conmigo y hacemos lo que ambos queremos. —Como mucho mucho contacto físico para aliviar el dolor que siento al no poder tocarte.

Derek intenta hablar, pero levantó una mano callando lo que tenga que decir. —No, no me lo digas... sólo elige en el momento, irte al otro lado sin mirar atrás, o continuar con esta locura. — Derek asiente en silencio, ambos continuamos caminando y no puedo evitar sentir la maldita pesadez agria correrse por mi garganta. En la esquina cierro los ojos, inhalé tanto como mis pulmones me lo permitieron y al mirar, ahí estaba él, caminando a mi lado, la mitad de su boca sé eleva en una sonrisa llena de satisfacción. Y todo se congela, mi mundo se detiene.

—Mi nombre es Derek Hamilton, el mes siguiente cumpliré 27 años, soy el tercer hermano de 5 hijos. Mi madre piensa que puedo mejorar y mi padre cree que nunca lo haré. Me gustan los gatos, aunque suene un poco extraño o afeminado, pero lo hago, entiendo el fútbol y casi siempre lo hice aunque deje de practicarlo hace más de 5 años cuando me rompí una pierna. Amo la sensación de la adrenalina correr por mis venas y nunca había estado tan jodidamente interesado en una chica que al parecer no soy lo suficiente bueno, ya que tarde casi una semana en conseguir su nombre.

— Y eres alérgico al maní.

—Y soy alérgico, tienes razón. Es un dato importante que nunca debes de olvidar, podrías salvarme de parecer un globo terrible y asquerosamente en conflicto por morir o respirar.

—Esto es ridículo, no puedes. No, no puedo hacer esto. No te conozco y tú no me conoces, no puedes soltar unas cuantas frases describiendo lo increíble e irresistible que eres para mí y fingir que esto. —Señaló a ambos con mis manos sudorosas. —Esta bien o es correcto. —Camino más rápido, derrepente no creo ser tan valiente o sensual para coquetear con Derek, soy una mujer aburrida, jodida y demente por hacer esto como si fuera yo, pero sólo soy Sophia, una chica sin pling ni plang, sólo yo.

— ¡ESPERA! —Grita él, causando el tormento tras de mi, sujeta mi brazo dando un pequeño apretón, quedándonos ahí como los extraños que somos, en medio de la gente, del ruido, del mundo. Sólo nosotros. —Tal vez tengas razón, quizá esto no sea bueno o correcto, quizá sí, es un fracaso con pase doble, pero diablos, en verdad no quiero tener esto clavado en mi pecho, atormentandome o llenándose de pensamientos absurdos que retuerzan mi razonamiento en lo que pudo ser y no ser, de lo que huimos porque teníamos incertidumbre de pisar un terreno brumoso. —Niega con la cabeza, posando sus manos sobre mí, dejando calidez en cada roce, en cada caricia. —Pero podemos serlo, intentar algo fuera de nuestros límites, hacer de lo que sea que brota de nosotros algo más que electricidad, porque tú también lo sientes, cada golpe que mi corazón emite por ti, por mirarte y esperarte, lo sabes. Dime que puedo hacerte sentir en las nubes, que tu cuerpo ansía que mis manos te toquen, que pueda ser quien te lleve a un mundo sin frenesí y volar en cada sensación. Permíteme venerarte a mi manera Sophy, permitemelo.

Y siendo la completa absurda que soy, dije que sí. Le creí y con la promesa en mis labios, me besó como nunca antes fui besada, estaba loca y obsesionada, pero sobre todo excitada por el mar de sensaciones que emergían de lo más hondo de mis entrañas. Su boca sé apoderó de la mia y como un experto, paso la punta de su lengua sobre mi labio inferior, pidiendo permiso para ingresar y robar la poca estabilidad de mi cuerpo. Accedí a probar, pero no era suficiente, deje que tomará el control, su lengua hizo maravillas junto a la mía. Mis manos llegaron a su cabello, tirando hacia mi, era como sí mi cuerpo hubiera estado esperando por esto desde que fui rota en miles de pedacitos y con desesperación tome todo lo que Derek me ofrecía. Pero necesitaba más, mucho más y sin pensarlo dos veces y olvidando que estaba en plena avenida y ante miles de espectadores. Separé mis labios y con voz ronca susurré.

—Ven conmigo...

—Siempre bonita.

Hymn For The Weekend #Hottie'sAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora