Capítulo 3

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Por un momento sentí su mirada sobre mí pero no le tome importancia ya que debió ser por algún asunto del equipo, nos reunió a todos y nos dio las reglas, no soy muy buena para esto de los deportes pero para mí suerte no soy la peor.

Luego de 15 minutos de juego me descuido viendo a Lía, que está en la banca con cara aburrida, ella al igual que yo no es nada buena en todo lo que tiene que ver con deportes pero en su grupo no le daban la oportunidad de siquiera intentarlo, así que al parecer se aburrió y prefirió sentarse. Veo como Lía me descubre mirándola y empieza a gritarme, yo estaba algo lejos de ella asique no entendía muy bien lo que me quería decir, cuando giro mi cabeza en dirección donde está la red, me percato que la pelota viene directo hacia mí, no tengo tiempo de reaccionar, cuando la pelota impacta contra mi cara y caigo de trasero al suelo.

Por unos segundos me sentí mareada, para calmar un poco esa sensación mantengo los ojos cerrados, al sentirme un poco mejor los abro y veo desde donde estoy unos zapatos de deporte delante de mí, levanto la cara y me topo con la mirada de Trason en mi y de algunos otros compañeros, me hubiera gustado poder rodar los ojos pero no me sentía muy bien, Trason me miraba fijamente y en sus ojos se veía una pizca de preocupación no sé porqué pero de momento yo no podía apartar la mirada, veía en esos ojos oscuros algo que me inquietaba y por unos momentos tengo curiosidad de saber todo sobre él, luego de unos segundos que parecieron minutos, tal vez horas se acercó hacia mí y me tendió una mano para levantarme.

-¿Piensas quedarte ahí para siempre?- pregunta con una sonrisa de amabilidad.

Lo fulmino con la mirada y al final aceptó su mano. Veo como Lía y Amanda se acercan a mí y empiezan con un interrogatorio.

-¡Beth!, ¡¿estás bien?!- me pregunta Amanda con un tono de mamá protectora, a veces suele ser la más preocupona.

-Tranquilas, no fue para tanto- le respondo tratando de que mi sonrisa no pareciera una mueca. En el momento que trato de caminar hacia las gradas para tomar asiento y descansar del golpe, siento como todo el suelo se mueve y estoy a punto de caer, rápidamente los tres me sostienen y me ayudan a pararme firme.

-Mira como estas, debes ir a la enfermería- me dice Lía, por la forma que habla parece que se le hubiera olvidado que está a centímetros de Trason.

-¡No!, yo estoy bien, solo necesito descansar- les digo lo más relajada que puedo para que no se preocupen más.

El profesor que apenas parece notar que una de sus estudiantes sufrió un accidente se acerca a nosotros.

-Por favor Trason llévala a enfermería- dice el profesor, luego toca su silbato para que el resto continúe la clase.

Siento como mi cara cambia de color y miro a mis amigas, ellas solo tratan de contener una risa, claro como a ellas Trason también les cae no van a protestar.

-Pero profesor no es para tanto, me siento bien para caminar sola y si no quiere al menos deje que Amanda o Lía me lleve- digo tratando de que el profesor cambie de idea.

-No señorita, si se desmaya o se cae Trason puede con usted.

Yo trato de protestar pero el me hace un gesto con la mano para que me calle.

-Ricardo serás el nuevo capitán, ¡ya!, no ah pasado nada, sigan- empieza a tocar nuevamente el silbato y me duele más la cabeza.

Suspiro y empiezo a caminar aunque el mareo no se allá ido. Por el rabillo del ojo veo como Trason me sigue el paso y me alcanza. Los pasillos están desolados ya que todos están en sus clases.

Siento la mirada de Trason en mi, cuando levanto la vista me mira a los ojos por tercera vez en el día, ¡un momento!, ¿porque estoy contando sus miradas?.

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