"Y me acostumbre a no contar con nadie, a guardarme todo, a no llorar frente a nadie, a la soledad y creí que estaba bien, ya que no molestaba a nadie con mis problemas, pero no, ahora, estoy pagando todo eso, con mi insomnio junto con voces en mi cabeza que me incitan al suicidio, no tengo miedo, creo que tienen razón, debo irme, ya he sufrido demasiado".