Siento el cuerpo entumecido, y algo pesado sobre mi. Abro los ojos y encuentro a Oriana abrazada a mi cuerpo. Dormimos toda la noche en el sofá, por eso me duele el cuerpo. Suavemente la sacudo para que se despierte. Necesito mear.
-No me molestes-Gruñe ella.
-Entonces te meo, porque si no te mueves es lo que va a pasar.-Ella salta del sofá.
-Te meas en mi sofá y vas a tener que comprar otro.
Sin decirle nada me paro y corro al baño. Enserio necesitaba mear. Cuando salgo ella ya esta preparando el desayuno.
-¿Estas mejor?
-Si, gracias por quedarte conmigo.
-No hay de que ¿Entrenaremos hoy?
-No, tenía pensado algo mejor- Me dice misteriosa-
-¿Algo como qué?
-Tu vas a aprender a bailar.
-En tus mejores sueños Ori.
Parece no darle importancia a mi negativa, continua sirviendo el desayuno con una gran sonrisa en su rostro. Cuando terminamos yo lavo los platos sucios. Comienzo a escuchar música, y no veo a Oriana por ningún lado. La encuentro en su estudio (si, tiene un departamento minúsculo, pero tiene un estudio de baile dentro) haciendo los movimientos de calentamiento que siempre hace.
-Tu me vas a imitar.
-Te dije que no voy a bailar...
-Si, lo haras. Sino dejaré de ir a tus clases de defensa- Me mira desafiante, se que lo dice enserio y luego de lo que pasó en el bar no pienso dejarla abandonar mis clases. Pongo los ojos en blanco y me acerco a ella.
-Okey, ¿que debo hacer?
-Una mano en mi cintura- Hago lo que me dice- La otra aquí -Posiciona nuestras manos unidas en el aire a la altura de sus ojos.- Ahora sigue mis pies- Comienza a moverse despacio, incluso parece fácil de seguir- Bien, suelta un poco tu cadera.
-Ori, soy boxeador, mi cadera tiene el mismo movimiento que una estatua.
-No me voy a conformar con esa respuesta, vas a salir de este edificio bailando o no saldrás nunca.
Su actitud caprichosa me causa gracia, así que hago lo que me dice. Me veo ridículo intentando bailar, pero me estoy divirtiendo. Damos vueltas por horas, hasta que decide que es tiempo de intentar una coreografía. Nos situamos en el centro de la sala y comenzamos a movernos como lo hicimos toda la mañana, yo la giro muy fuerte y la hago perder el equilibrio, cayendo ambos al suelo. Ella encima mío. Lo próximo que sucede me sorprende. No se si esto es un sueño, pero si lo es no me despierten. Por fin estoy besando a Oriana, aún mejor, ella me esta besando a mi. Cuando se aparta muevo mi cuerpo para que ambos quedemos sentados en el suelo del salón de baile, ella intenta pararse, avergonzada por el beso. Pero yo tomo su rostro entre mis manos y vuelvo a besarla, una y otra vez.
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La forma en que te amo
Short StoryComo todos los días desde que llegó a este gimnasio la observo bailar. Sus movimientos son tan delicados como los de un pequeño pájaro. Eh tomado la costumbre de pararme en la puerta de la sala, oculto para que ni ella ni su compañero puedan verme y...