Live Forever (The Walking Dead) (Daryl/OC/Merle)

Capítulo 45: Terminus (Final de temporada)

Al despertar mi cabeza comenzó a palpitar, cómo si alguien o algo me estuviera golpeando constantemente. Estaba en una habitación, traté de sentarme en la cama pero algo me lo impidió, vi lo que era, estaba atada, no podía moverme. Escuché pasos, cerré mis ojos e hice como si aún no hubiera despertado. Sentía la presencia de la persona, me estaba mirando, cerca, sentí su respiración "Tienes que enfocarte, Ally, tú no estás despierta y esa persona no está frente a ti" me hablaba a mí misma en mi cabeza, pero aún así, no me lograba concentrar, mi maldita cabeza no dejaba de retumbar.

-No hace falta que finjas ser la bella durmiente-habló una mujer e inmediatamente abrí mis ojos-Así está mejor, ¿Cómo te sientes?-

-¿Quien eres? ¿Dónde estoy?-pregunté en tono amenazante, no quería que viera o sintiera lo asustada que estaba en ese momento.

-Eso no es muy educado, yo pregunté primero, cuando me contestes te daré respuestas-se sentó en una silla cerca de la cama en donde me encontraba atada.

-No. No estoy bien, siento que me están martillando la cabeza-traté de levantarme-¿Por qué me tienen atada? ¿¡QUIENES SON USTEDES!?-fue una mala idea gritar, fue como si toneladas me cayeran encima.

-Es normal que te duela la cabeza, caíste de una gran altura, te atamos porque no sabíamos si morirías y te convertirías, aparte que te tratarías de levantar y tienes una herida muy profunda en la espalda, pero sanará, nuestro doctor se encargó de tus heridas-
-¿Dónde estoy?-pregunté en tono bajo, hablar hacía que mi cabeza palpitara más fuerte. La mujer se paró, me sonrió de una forma que no me causó mucha confianza y habló.
-Terminus-dijo y se marchó dejándome sola en esa habitación, nada me daba confianza.

Al parecer me había quedado dormida, toda la habitación oscura. Alguien entró y encendió la luz, era un hombre.

-¿Quien eres?-pregunté antes de que dijera alguna palabra, no me causaba confianza, como nada en este lugar.
-Gareth-habló con una sonrisa de oreja a oreja y se acercó a desatarme.
-Me han dicho que tengo una herida en la espalda, ¿es grave?-
-Ya fuiste revisada, estás bien, sólo no tienes que hacer movimientos bruscos o se abrirán los puntos, mañana veremos que hacemos-
-No me quedaré mucho, este tiempo he estado bien sola-mentí-Agradezco que me hayan ayudado, pero no puedo quedarme-
-Sólo descansa esta noche, ¿Tienes hambre?-asentí-Miranda te traerá comida, descansa-se fue. A los minutos de su partida, llegó Miranda, o eso supuse ya que traía un plato de comida, resultó ser la misma mujer que vi al despertar.
-Aquí tienes-tenía un golpe en su pómulo derecho
-¿Que te paso?-no pude evitar preguntarle. Se notaba que estaba mal
-Nada, come, necesitarás fuerzas-se fue.

La carne del plato era repugnante, no la probé, su olor y aspecto era diferente a la carne "normal". La tiré por la ventana, siempre me enseñaron a no desperdiciar la comida y, en momentos como éstos, no nos podemos dar ese lujo, pero no podía comer eso, prefería tener hambre. En la pequeña habitación había un baño, cuando entré y prendí la luz, me asusté, esa persona en el espejo, esa persona que se reflejaba en ese gran espejo...no era yo...mi cara en un estado deplorable, mis huesos más marcados de lo normal, múltiples moretones en mis brazos y en mi estómago, tenía rasguños en mi cara, me bajé el pantalón y me saqué la polera, estaba mucho más flaca que antes. Las lágrimas invadieron mi rostro, parecía muerta, parecía uno de esos monstruos come carne que estaban vagando allá afuera. Me vestí y lavé mi cara con el hilo de agua que cayó de esa llave. Me acosté y traté de no pensar en la Ally del espejo, pero esa imagen era todo lo que tenía en mi cabeza, cerré mis ojos y al fin pude dormir.
Pasaron cuatro días desde que había llegado a ese extraño lugar, no comía nada de lo que me traían, siempre era esa carne de extraño aspecto. Miranda entró pero ahora no traía carne, era una manzana.