v

3.5K 383 109
                                    


Not all it's pink; welcome, alcohol


Su amanecer había sido uno de los pocos que había conciliado sueño como se debía. Abrigado alrededor de un cuerpo más pequeño que el propio, estaba ahí esa persona que había disparado todos sus sentidos a mil por hora. El tiempo se había realentizado. SeHun no quería salir de la paz que LuHan le estaba entregando. Nunca se había sentido tan calmado y mullido en un lugar por tanto tiempo. No había sensación de asfixia ni inquieta. Sólo la respiración de LuHan inundando sus oídos.


El mal sabor estaba ahí, ni bien despertó, los recuerdos volvieron a hacerse lugar en su mente. Lentamente, uno por uno. A pesar de que había tratado de evadirlos con mucho trabajos, llenándose de viajes, de ir y venir por todos lados, ofreciéndose en la directiva creativa de su empresa o en guiar a los novatos. Su manager le vigilaba los pasos, no se quejaba de que SeHun estuviera trabajando tanto, pero sí le preocupaba que se sobre-explotara, a fin de cuentas, un producto gastándose antes de lo requerido; jamás sería positivo. SeHun insistió en que podía manejarlo y aceptó ayudar en otro proyecto de Louis Vuitton para recaudar dinero en beneficio a una ONG. 

Cada invitación y propuesta era bien aceptada. Lo que sea, cualquier cosa servía. Así no se sentiría patético. 

Porque cuando su agenda quedaba vacía, se inundaba de miradas gruñonas, de besos con sabor a bollos y barbacoa, de 'clic' provenientes de una cámara en especial. En conjunto apuntaban hacia una sola persona. Y ese par de semanas había estado evitando a LuHan, con todas sus ganas, a pulso, no se descuidaba. Si lo veía venir, SeHun tomaría otro camino o fingiría demencia. 

LuHan tenía prometida.

¿Qué se suponía que hiciera o dijera?

¿Nada?

¡Exacto! Él nunca tuvo voz en la vida de LuHan. Seguían siendo dos completos desconocidos con un trabajo en común. No podía decir nada. No era absolutamente nadie para LuHan. Sin embargo, seguía sin comprender lo que estaba sucediendo en su interior, como todo había cambiado y mutado a algo que estaba saliiéndose de su control. Simplemente el imaginarse a LuHan con esposa... era un"no" muy claro y explícito en su cabeza. No obstante, seguía sin poder decir nada, no se le ocurría ninguna buena excusa para entrometerse en ello. El sentimiento era asquerosamente frustrante.

Su ceño se arrugó, no lograba canalizar con exactitud lo que corría en su interior -¿desde cuándo se habían albergado en él esas sensaciones? Hasta su cabeza se estaba quejando por exceso de trabajo. Ni hablar de su estado de ánimo, si normalmente era un chico con una cara de póquer ahora parecía de póquer asesino, mismo Joker.

Era muy nuevo lo que estaba experimentando —más migraña, hasta la sien le estaba comenzando a latir— y lo peor es que sólo por el fotógrafo. ¿Qué tan corde sonaba eso? ¡Era tonto! -Y miserable. No podía estar sintiéndose mal porque el chico- con el cual se había acostado, preocupado, acosado de manera ligera —agregó, SeHun, mentalmente—, robado un beso y, finalmente, tenerlo justo como lo quería, al chico que había marcado suyo- ¡lo había marcado!

Y con unas simples palabras le había sido arrebatado de su lado.

—¿Capricho? —Había preguntado JongIn, dedicándole una preocupada mirada.

—No lo sé, sólo es curioso como no se sale de mi cabeza.

—¿Has pensado en una lobotomía? —Bromeó su mejor amigo, haciendo que SeHun le fulminara con la mirada, pero, al fin y al cabo, soltando una pequeña carcajada, saliendo de ese sopor tan tergiversado y enredado.

Two to nine; HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora