xv

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La situación no había resultado tan incómoda como, LuHan, lo había premeditado. Dejando de lado que estaba sin camiseta, HaYoung no obraba alguna acción que él pudiera calificar "peligrosa". El ambiente tenía un atmósfera de empatía compartida. Los únicos momentos en que, LuHan ,la pasaba un poco mal era cuando tenía que moverse. Sus articulaciones se sentían un poco oxidadas y él notaba con exactitud cada tendón que fluctuaba en su interior, haciendo una que otra mueca. 

La habitación de SeHun se veía asombrosa y muy amplia -como todo en ese hogar-, LuHan se sentía agradecido con que tuviera unos espaciosos ventanales. El que viviera en un departamento no significaba que le agradaran los lugares cerrados, era todo lo contrario; él adoraba el paso de la luz y que pudiera infundirse con su alma, trayéndole un plus de paz que sólo la magnífica naturaleza podía prodigar. El edredón sí era algo que le estaba costando coger costumbre, no se había dado por enterado que las plumas podían pesar tanto- espera, él no debería estar pensando en esas cosas. Muchísimo menos como si la habitación de SeHun fuera muy cómoda e ideal para él.

El sonido pegajoso que hacía la bandita al despegarse del plástico, lo sacó de su ensoñación. Sacó su rostro escondido en las almohadas, para encontrarse con una HaYoung que peleaba con el parche para que éste no se pegara en sí mismo y terminara siendo echado a la basura - un par ya estaban en el tacho, de hecho.  

—¿Has pensado en que mejor es no hacerlo? —cuestionó la menor de los Oh, una vez que estuvo cerca de LuHan, colocando lo mejor que podía el parche a la altura de los riñones, pues LuHan estaba experimentando incomodidades en dicha zona.

—¿Qué cosa? 

—Pensar.

Haciendo todo lo contrario a la petición recibida, la cabeza de LuHan trabajó a mil por hora en todas las probabilidades de a lo qué se estaba refiriendo HaYoung. Tenía la certeza de que ella no lo decía con un propósito negativo. Salvo que pedirle eso a LuHan era como decirle que no respirara. El pensar era totalmente natural en él, pensaba en cinco improbabilidades antes de comenzar un día. Le gustaba pensar fuera de parámetros, sólo que sucedía que, a veces, se expandía demás, cruzaba una línea que le aterrorizaba, donde estaban las cosas más seguras y estáticas; por ejemplo, sus sentimientos por SeHun. Algo terriblemente y temiblemente innegable, lo cual había empeorado muchísimo más con la confesión de SeHun.

—Huh, es complicado —resolvió LuHan, terminó de meditar, escogiendo las palabras más correctas para no hacer algo más enredado de lo que de por sí—, mi vida se ha basado en siempre complicarme la existencia —dejó caer las palabras lentamente, una por una. Él sabía que su forma de ser era lo suficiente densa para ahogar a las personas que intentaban cruzar toda esa neblina.

—A SeHun le gustan las cosas peliagudas —comentó como quién no quiere la cosa. HaYoung pasó suavemente su mano por la superficie del último parche que posicionó, así no se movería de su lugar e hiciera bien su trabajo.

—SeHun es un bobo.

En el inicio del estómago de LuHan se formó un menjunje muy extraño. Él se había estado obligando a no imaginarse más cosas, queriendo mantener los pies en las tierras, desconfiar de todo lo que sucedía. Pensar lo peor de la situación y así quizá estaría seguro. Siendo lo más tonto, LuHan estaba asustado porque SeHun era más que la persona que él que quería, le daban ganas de golpearlo por ser tan 'él', que su corazón palpitara con mucho más intensidad de sólo evocar aquel nombre. El hombre no hacía más que grabarse con fuego en el alma de LuHan.

LuHan sintió que un estremecimiento lo recorrió al volver a rememorar esas dos palabras tan tabúes. 

—¡Y no lo dudo! —HaYoung le dio una palmadita en el costado a LuHan, éste saltó sorprendido. Se sumergió tanto en controlar sus propios sentimientos, que no se había percatado que HaYoung se encontraba parada a su lado—. Pero, sí hay algo puedo decirte, es que no se ve a SeHun así todos los días, tan dispuesto a todo y no lo sé, tiene algo cuando está cerca de ti.

Two to nine; HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora