- Ayer, usted me pidió que escriba cada día un poco de mi historia de amor- Me dirijo a mi psicóloga- pero no puedo escribir dos palabras que ya empiezan a brotarme lágrimas y pienso "qué hubiera pasado si ese día en vez de...hubiera hecho..." No sé si logrará entender lo que quiero decirle.
- Entiendo a la perfección, Luján. Pero esto que te pedí no fue para yo saber sus aventuras, es para que vos las leas y capaz así sientas que podes seguir adelante, que no tenés que tener miedo de olvidarte de cosas que hicieron juntos, el miedo solo te hizo quedarte parada en dónde estabas. Te propongo algo, si te parece.
- Claro, está bien y ¿qué sería lo que me propone?
- Vos te quedas sentada, parada, acostada, caminas pero cada vez que vengas acá conmigo vas a contarme cómo fue su tiempo juntos, no importa que te acuerdes de algo que paso después o antes de lo anterior, van a ser sus historias y vos te las vas a poder contar sola o contarle a alguien y después como trabajo vas a acomodar en orden y fecha las páginas de la historia. ¿Te parece bien así?
- Gracias, creo que esto puede ayudarme, gracias de verdad. ¿Podemos empezar ahora?
- Sí podemos, cuéntame lo que quieras o por donde quieras empezar.
- Bueno, voy a empezar por donde nos conocimos, me parece un buen inicio.
- Ya estoy tomando nota, te escucho.
Empiezo por contar que él es Bastían, dos años más grande que yo, un chico alto, hermoso de pies a cabeza, atento, con una sonrisa que te deja queriendo hacerlo sonreír siempre. El día que nos conocimos estábamos en una pileta y empezamos a hablar, terminamos contando nuestros lunares, resulta después que el iba a la misma escuela que yo, a veces lo saludaba porque me daba vergüenza si el capaz no quisiera saludarme, dos años después del día en la pileta tuvimos una fiesta juntos, ese día nos volvimos a hablar, nos reíamos, disfrutaba su compañía entonces tomamos la iniciativa de besarnos y así fue ¡nos besamos! Al otro día de esta fiesta Bastían me escribe por una red social, comenzamos a charlar y acordamos en vernos.
- Hasta ahí está bien Luji, por hoy vas muy bien y creo que desarrollaste mucho más de lo planeado.
- Esto es gracias a usted también, me ayuda mucho.
- Es mi trabajo y un placer poder ayudarte, nos vemos mañana, que tengas un buen día.
- Gracias igualmente, hasta mañana.
Salgo del consultorio y voy caminando a mi casa.
Cuando llegué a mi casa me quede pensando en el día de la fiesta, se veía hermoso y eso me lleva a la primera vez que decimos juntarnos y fuimos a un bulevar, el único en mi ciudad, cuando lo vi llegar se me llenó de "mariposas" el estómago y pensaba que ese pequeño hombrecito no podía ser tan hermoso. No besábamos, reíamos, éramos nosotros mismos tan seguros de sentir que esta relación que recién empezaba podía durar y durar, era la esperanza y la fe.
Enseguida agarré un cuaderno y birome, empecé a escribir como eran sus besos, su perfume y su voz. Me ponía tanta atención y me aconsejaba, así empezaba nuestra historia de amor.
Solo éramos Bastían y Luján.
Ambos teníamos la edad suficiente para saber qué era el amor, el tenía una pasión, el fútbol, desde que empezamos a estar juntos hice lo posible para ir a verlo jugar en todos los partidos, acompañarlo en sus alegrías y tristezas, capitán de su equipo, morocho, ojos marrones, sentimientos profundos y encontrados, alto, simplemente HERMOSO.
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Una Corriente Mágica.
Lãng mạnQué triste sería la vida sin aquellos que nos hacen creer en el amor. Esta es la historia de Bastían y Luján, dos adolescentes que enfrentan situaciones un poco duras. Entre risas, sueños, llantos y caídas va creciendo su amor. Final incierto ¿Por q...