Una Corriente Mágica.

13.En pijamas.

Desde que se fue, cada día me despierto con ganas de él, ganas de sus besos, sus abrazos, sus caricias, su confianza conmigo para soltarse y hacer las cosas tranquilo. Me levanto con ganas de escuchar "Mi amor, te amo" con ganas de leer un mensaje de buenos días, con saber que está bien. 

Me hace mal saber que para verlo tengo que estar en un hospital donde pase de verlo casi todos los días a solo verlo 30 minutos por día, me rompe el corazón, tengo tantas ganas de disfrutar con Bastían la llegada de la primavera, los días de calor, despedir las hojas secas del otoño juntos...pero no, la realidad es que no lo tengo y de solo pensarlo me aferro a mis recuerdos.

Son las 3 de la mañana de un sábado 27 de Septiembre, doy vueltas y vueltas en mi cama, giro la almohada, me tapo con las mantas, me destapo y no logro dormirme, creo que el llanto se apoderó de mis noches. Tengo presente que ahora además de insomnio, son noches de llanto y recuerdos medio atados. 

Para darme una idea de lo mucho que lo extraño puedo decir que duermo con sus pijamas, que releo las cartas que me escribió, que cuando lo voy a ver me trago las lagrimas de la tristeza que siento por verlo así. Maldito tubo en su boca, maldita noche, malditos momentos de no poder verte ni estar con vos. 

Ya para todo lo que pensé son las 4:30 de la madrugada y sin poder dormir me levanto al baño, en el momento en que entro al baño siento que escalofríos me recorren todo el cuerpo y caigo al suelo en un leve mareo (no entiendo qué me pasa), me tiemblan las manos y siento ganas fuertes de vomitar, me levanto como puedo, en el lavadero de manos comienzo a vomitar pero sin tener fuerzas, caigo al suelo más fuerte que antes. Cerré los ojos viendo como la silueta de mi hermana mayor me tomaba por los brazos agitándome y gritando "¡LUJAN!". 

Te amo hermana, es lo último que recuerdo antes de cerrar los ojos.