Sucrette Valentine se muda a Argentina desde España en plena adolescencia. Su familia ha atravesado una historia que le pone la piel de gallina con tan solo recordarla, aunque no sabe con certeza cómo se siente al respecto.
El interés de Castiel Vei...
Mi nombre es Sucrette aunque, para acortar el nombre, la gente suele llamarme Su. Tengo dieciséis años, mi estatura es... promedio, supongo, y mi cabello es castaño y mis ojos azules; me gusta mucho escuchar música y tocar la guitarra. Mi mejor amiga se llama Laeti, prometo seguirla viendo después de todo lo que está pasando. Bien, me explico. Me cambiaron de instituto; por asuntos familiares, tuve que mudarme desde España hasta aquí, Argentina, dejando a todos mis amigos, incluyendo a Ken y a Laeti, quienes eran los más importantes para mi. Todavía estoy intentando adaptarme al acento de aquí, se me hace difícil pero doy lo mejor de mi. Estoy viviendo con mi tía por lo mismo; todo por lo que estamos viviendo mi familia y yo.
No me explayo más; el caso es que me mudé a Argentina y mañana es mi primer día en mi nuevo instituto, el Sweet Amoris. No conozco a nadie y, si soy honesta, me aterra no encajar del todo entre mis nuevos compañeros.
Sucrette's POV:
Su- (Hoy es mi primer día, estoy muy nerviosa).
Tía- ¡Su! ¡Vení, bajá rápido! ¡No podés llegar tarde a tu primer día, querida!
Su- ¡Un segundo, Tita! (Antes de irme, veré el chat a ver como les va a mis compañeros; de saludarse pasaron a pelearse porque, por supuesto, Viktor, mi ex, no pudo aguantarse las ganas de tirarme mierda encima. Me encantaría poder decir que me resbala, pero no es cierto. Le puse un freno, por supuesto, le dije que no se meta con mis amigos y su madura respuesta se basó en eliminarme del grupo. Genial). (No he podido evitar soltar un par de lagrimas después de lo que me dijo. ¡Es un idiota! ¡Sé que yo terminé con él pero, no puede tratarme así! Es muy cruel).
Tía- ¿Sucrette, venís?
Su- E-esto, si, ahora mismo bajo (respiré para calmarme; qué va, él no se merece mis lágrimas. Déjalo ir, Sucrette. Bajé las escaleras tras recomponer mi ánimo) ¡Aquí estoy!
Tía- Acá está el desayuno, cuando lo termines vamos; te llevo.
Su- Oh, gracias Tita, pero no quiero molestarte, puedo ir por mi cuenta, ya me enseñaste como llegar (dije mientras terminaba mi desayuno; no era muy abundante).
Tía- ¡Ay nena, como crecés! Dale. Te amo, cuidate.
Su- ¡Nos vemos luego! (cogí mi móvil y me dirigí al instituto).
Su- Vale, entones voy por la izquierda y... ah, ¡por aquí! (Al llegar a una cuadra cercana al instituto, me encontré una chica de pelo castaño claro y, al ver que iba en mi misma dirección y parecía tener mi edad, decidí acercarme a hablarle) ¿Hola? Oh, em, ¿cómo te llamas?
Melody- ¿Es a mí? Eh, me llamo Melody, ¿vos sos?
Su- Oh, lo siento, Sucrette. Soy Sucrette.
Melody- Ah, ya entiendo todo. Sos nueva en el Sweet Amoris, ¿verdad?
Su- Em, si ¿cómo sabes que soy nueva? (soltó una ligera risa tras mi pregunta)
Melody- Fácil. Primero; soy la delegada de mi clase, y, normalmente, a las personas con estos cargos siempre nos comentan las novedades, como por ejemplo, alumnos nuevos. Segundo; siempre esta Peggy, ella se encarga del diario escolar, y cuenta todo que sea una primicia, y la ayude con su "carrera".
Su- Oh, ahora entiendo mejor. Venga, no quiero llegar tarde a mi primer día.
Pasan los minutos y llegan al instituto con veinte minutos de antelación.
Melody- ¿Querés que te enseñe el instituto?
Su- ¡Por favor! Me vendría de maravilla.
Melody- Mirá, seguime.
Las chicas recorrieron el lugar mientras Melody le mostraba y explicaba que se hacía en cada zona del instituto, hasta que llegan a la sala de delegados.
...- Hola Melody. Ah. ¿ella es nuestra nueva alumna? ¿Sucrette Valentine? ¡Un gusto!
Su- Hola si, Sucrette, aunque podeís llamarme Su, si gustaís. Un placer conocerte (dije y nos dimos un apretón de manos). Bueno, aparentemente todos saben mi nombre pero yo no sé el de nadie ¿cómo te llamas? (el muchacho de cabello rubio se rio levemente).
Nathaniel- ¡Mi nombre es Nathaniel! Lo siento.
Su- Bueno, adiós Nathaniel, luego nos vemos, tengo que entregarte el papeleo de inscripción (dije y lo saludé con la mano).
Salen del aula y siguieron caminando mientras Melody le enseñaba el instituto. No volvieron a encontrase con nadie más, debido a que era la hora de la clase para la mayoría de los cursos, pero ellas todavía tenían unos cuantos minutos de permiso para recorrer el instituto. Todo estaba tranquilo con los pasillos vacíos, hasta que Sucrette se detuvo al ver un chico peliblanco, cuyos ojos eran cada uno de distinto color. Cuando lo miro fijamente a los ojos, ella se llenó de miles de sentimientos, se percató de que el chico, también la miraba de la misma forma, y, según ella, fue amor a primera vista.
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Su- (Sentí una sensación extraña que me hizo titubear a la hora de hablar) H-hola.
...- Hola.
Melody- Sucrette, él es Lysandro; Lysandro, ella es Sucrette.