XXIV

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Su- (Hablé unos minutos más con Rosa; me invitó a su casa mañana antes de la fiesta. Nos arreglaríamos juntas. No tengo que ponerme, por lo que Rosa se ofreció a prestarme uno de sus vestidos. Me basta, realmente. Además, Rosa me comentó que había invitado a Alexy y Armin a la fiesta también, como si se tratase de una bienvenida). (El resto del día siguió su curso normal. Conversé con Lysandro, quien lentamente parece estar regresando a la normalidad. No concentré mi día en los estudios. Después de todo, tuvimos que hacer grupos para decorar el instituto para la fiesta sorpresa que organizaba lla dirección. Yo tuve que hacer grupo con Kentin, Alexy y Kim y fuimos los encargados de limpiar el sótano. Cuando llegamos allí, parecía que no seríamos manos suficientes como para poder ordenar todo eso).

Kentin- Bueno, manos a la obra.

Su- (Nos dividimos en subgrupos; Kim y yo limpiamos una mitad del sótano y Kentin y Alexy la otra. Ese par... parecían llevarse bastante bien. Bueno, por lo menos Alexy no dejaba de atormentar a Kentin con preguntas. Este se quejaba cada vez que le preguntaba algo, pero aún así seguía respondiéndole con una sonrisa. Por mi parte, cooperamos más bien en silencio. No es como que nos llevemos mal, pero por hoy no parecíamos querer intercambiar muchas palabras, además de mirarnos con una sonrisa al oír a los otros dos. Terminamos mucho antes de lo pensado, resulta que nuestra forma de colaborar lo hizo aún más rápido, aunque si fue agotador). 

Kim- ¡Finalmente! Casi me muero en esta pocilga.

Alexy- Oh, vamos. No estuvo tan mal.

Kentin- Para tí, quizás. Madre mía tío, ¿no sabes callarte por un segundo?

Su- (Alexy no se ofendió, se lo tomó con humor y todos nos reimos. Cuando salíamos, Alexy me tomó del brazo).

Alexy- Hey, Su. ¿Que vas a ponerte para la fiesta de mañana?

Su- Ah, todavía no lo sé. De hecho, Rosa iba a prestarme algo, pero realmente no tengo qué ponerme.

Alexy- Pues, ¿quieres que vayamos de compras? Puedo ayudarte a encontrar algo lindo.

Su- ¡Me encantaría! ¿Hoy?

Alexy- Si, si quieres.

Su- Bueno. Vamos. (Alex y yo tomamos el colectivo para ir al shopping. Es una persona muy graciosa, apuesto a que poca gente podría aburrirse a su lado. Pasamos por varias tiendas y vi como a Alexy le brillaban los ojos. Parece realmente gustarle el asunto de ir de compras. Es curioso, no a demasiados chicos les gusta esta actividad. Me siento realmente cómoda con él. Finalmente, entré a una tienda en la que vi un vestido negro con brillos. Entré al probador y salí tras probarmelo. A Alex pareció gustarle como me quedaba; me aconsejó que me lo comprara. Le hice caso, a mi también me gustó mucho. Me sentía realmente linda en él. Inmediatamente, le escribí a Rosa; no hacía falta que me preste su ropa, ya tenía lo mío. Mi compañero y yo salimos bastante contentos de la tienda. Lo acompañé a un par de negocios ya que él también quería ver algo de ropa; logró comprarse una remera y una campera. Queda bien con su estilo, en mi opinión. Luego, nos despedimos y yo fui a mi casa. Son las cuatro de la tarde y, para aprovechar mi tarde, seguí emprendiendo mi camino como intento de guitarrista. Fue tiempo de puro ocio. Me dormí temprano tras cenar). (Desperté el sábado a las ocho de la mañana, mi tía acababa de llegar de su pequeño viaje). ¡Bienvenida! ¿Cómo estuvo tu viaje? (Mi tía suspiró).

Tía- Ah, estuvo bien. Algo agotador; no hay como volver a casa. ¿Estuviste bien sola?

Su- Si, estuvo bien. (No sé cómo voy a tirarle la bomba de que saldré esta noche. Supongo que va a dejarme, pero aún así tengo que pedirle permiso).

lo que menos esperé | cdmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora