En una compleja simbología y mitología propia de un pueblo tan antiguo como fueron los griegos, Cronos, hijo de la segunda hueste de los Titanes que gobernaban el mundo, derroca a su padre Urano, y haciendo uso de una hoz de pedernal lo castraría y lanzaría sus genitales al océano.
Desde la espuma que surgía de ellos nació, ya adulta, la diosa de la belleza, el amor y la sensualidad, Afrodita.Si bien existen diferentes versiones sobre cómo sucedieron estos hechos, lo cierto es que la más hermosa de las diosas acabó casada con el dios herrero, Hefestos, considerado el más feo del panteón griego.
¿No es curioso? Dos criaturas que encarnan ideales en principio tan opuestas, hasta contradictorios, estaban unidas presentando la dualidad en esos mitos primitivos cuyas ramificaciones uno puede rastrear hasta hoy en día.A fin de cuentas es para todos sabido que el placer y el displacer, a través de sus múltiples formas se conectan mostrando que cualquier análisis a priori sobre los gustos y la conducta humana puede estar equivocado si parte de la base de asumir simplezas donde solo existen complejidades.
El golpe y la caricia, por ejemplo.
El asco y la excitación.
El dominio y la sumisión.
¿Son tan distintos estos opuestos atrayentes de otros tales como la belleza y la fealdad?
Por no hablar ya de palabras tan en desuso como recurrentes.
Normalidad/anormalidad/perversión/correcto/incorrecto
La verdad de un acto disfrazado por la mentira de una ficción que puede ser necesaria para que este se de. La palabra que esconde a la par que muestra, que exige ceder al tiempo que castiga con firmeza. Lo que es y lo que se espera.
El deseo, sin más. Eterno faro que no es de todos igual pero está presente de una forma o de otra y en su interior se desata esa batalla entre Afrodita y Hefestos, batalla que es por momentos abrazo, caricia, amor pero también rechazo, frustración y hasta confusión.La misma que puede sentir aquel que busca escribir literatura erótica intentando respetar por momentos los cánones del arte de la escritura y al mismo tiempo queriendo causar bajo la piel, y también bajo los pantalones de aquellos que leen, emociones específicas y muy puntuales.
El complejo arte de escribir cuentos eroticos está entonces en poder crear algo que el lector sea capaz de apreciar como una pieza literaria, al mismo tiempo que pueda leerse con una sola mano sin ningún perjuicio a la lectura en sí misma.Es por ello que a lo largo y ancho de los cuentos que vendrán se narra una filosofía, la de que la sexualidad es una parte indisociable de los seres humanos. Nos acompaña desde nuestro nacimiento y jamás nos abandona.
Bien aprovechada, bien enfocada, correctamente escuchada, nos transmite la idea de que es allí donde se expresa más que en ningún otro lado la "fuerza de la vida". Nada más que la afirmación, la potencia, que despliega todo aquello que está vivo a lo largo de este universo en que existimos.Mucho más amplia que el acto sexual en sí, o el mero orgasmo, abarca aspectos tan generales y complejos como nuestra capacidad de amar, de empatizar con los demás y sobretodo con nosotros mismos teniendo la capacidad de escuchar nuestros deseos y pasiones para disponer de ellas de la forma más adecuada.
La disposición a ser queridos y a querer, a sentir y hacer que otros sientan.
Todo eso y más entra en el campo de la sexualidad humana.Y por supuesto la otra cara. Expresada ya no en una filosofía sino en un acto. Uno que todos pensamos o imaginamos alguna vez en nuestra vida, uno que evoca prendas cayendo con lentitud o arrancadas, manos recorriendo un cuerpo desnudo atrayéndolo, labios que rezuman sensualidad, olores que hacen la delicia de los sentidos, sonidos más placenteros que cualquier canción jamás creada.
Un joven rey que asciende al trono de su pueblo pero antes debe aprender una valiosa lección.
Mujeres poderosas y dominantes que buscan ser las sumisas de alguien más en este mundo de pocos acuerdos donde pareciera que todos deben dominar.
Amas de casa tradicionales y madres de apariencia tranquila, que cada tanto dejan salir sus más profundos deseos. Unos que nadie imaginaria.
Hombres que buscan algo distinto, incluso aunque ello implique jugar con su propia identidad.
Parejas unidas en el amor, descubriendo que cada encuentro puede generar el fuego de la pasión dentro de ellos. ¿El odio y el amor pueden estar juntos en la misma cama? Todo eso y más, se imprime en las siguientes páginas al son de los cuerpos que se entrelazan.
Extraña melodía que es gemido a la par que el martillo de un herrero trabajando.La vida, no debe perderse de vista, se potencia en lo bueno. En aquello que nos hace bien, que nos compone con otro y nos exalta a ser mejores, a estar plenos y conscientes de nuestras capacidades y límites. De las capacidades y límites de los otros. Cuando algo nos sucede y somos capaces de atravesarlo viviéndolo como una experiencia placentera, estamos en presencia de "lo bueno". Cuando el amor se multiplica, la pasión se enciende, la vida se encuentra a la vida y ambas se funden en La Vida, entonces allí estamos en presencia de "lo bueno".
Hacía este camino quisiera poder guiarte, estimado lector, si me das tu mano y juntos nos asomamos por las historias que vendrán.
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Los rostros de Afrodita
Romansa¿Por qué reprimir lo que solo hace bien? ¿Por qué no disfrutar los placeres que en esta vida tenemos? En esas premisas se encuentran enmarcadas varias de las historias presentadas en este compendio de cuentos cortos y relatos acerca de personas que...