Hola soy Erick, soy gay y mas concretamente uke, pero no soy un uke cualquiera, no soy el típico uke indefenso que depende de su seme para todo, no me quedo en la cama inmóvil mientras mi seme se las arregla solito, no, yo soy un uke con personalida...
Miraba restaurantes por internet, los había bonitos, otros glamurosos, coquetos...
-¡Joder! ¿¡Porqué es tan difícil decidirse por un restaurante!?- grite frustrado, Ian se acercó a mi y me abrazó por la espalda
-Cálmate, sea el lugar que sea estará bien si estoy contigo- sus palabras hicieron que me sonrojara, Ian río y me cogió de la barbilla haciendo que lo mirase
-Eres el chico mas guapo y mas mono que he visto en mi vida- dijo para después darme un tierno beso
-Vete, me distraes- le dije apartándolo
-Y no creas que no noté que estabas duro- informé antes de que Ian se fuese, continué con mi exasperante búsqueda hasta que encontré el lugar perfecto, un restaurante al lado del mar, las mesas pegadas a un amplio ventanal que permitía ver a los barcos pasar
-¡Perfecto!- exclame contento, ahora solo quedaba ver trajes y encargar la tarta y el caterin, pero eso lo haré luego, la boda es en tres meses así que tengo tiempo, lo importante ahora es que nos vamos a casar pero no hemos tenido ninguna cita
-Ian ven un momento- dije en voz alta para que me oyese, a los pocos segundos Ian estaba al lado mio
-¿Que quieres cosa guapa?- dijo dándome un beso
-Nos vamos a casar pero no hemos tenido una cita... Estaba pensando que... Tu...yo...- me costaba decírselo, la vergüenza me impedía decir la frase que mi boca tanto quería decir
-En el parque a las 18:00- dijo Ian mientras se daba la vuelta para salir
-No llegues tarde- añadió antes de Irse de casa, miré el reloj y... ¡17:45! Corrí al baño para adecentarme, por lo menos ya estaba vestido.
Corrí hasta llegar al parque y localicé a Ian con la mirada, una chica estaba hablando con él, rápidamente me acerqué a paso rápido y le di un beso con lengua a Ian mientras que miraba a la chica con cara de "pierdete zorra" la chica apartó la mirada incomodada
-Erick, ella es mi prima Eva- dijo presentándonos, me puse súper rojo, me había dejado llevar por los celos y había besado con lengua a Ian en medio del parque mas grande de la ciudad.
-Soy Erick, encantado- dije mientras le daba dos besos, pocas veces en mi vida había pasado tanta vergüenza
-Ian me habló mucho de ti, dijo que eras una bestia en la cama, buen cocinero, algo celoso, directo y con un carácter algo difícil- dijo la chica sin cortarse ni un pelo, Ian la asesinó con la mirada, yo me puse chulo, no se iba a ir de rositas
-Si, soy una vestía en la cama, no veas que mamada le hice ayer- le respondí mirándola a los ojos, ella me miro desafiante, esa perra sabia jugar a esto
-Cuando éramos pequeños nos bañamos juntos- dijo con una sonrisa de victoria
-Guapita, lo hicimos en la ducha dos veces- respondí, veía por el rabillo del ojo como las madres les tapaban los oídos a los niños
-Eso no es nada niñato, yo lo conozco desde hace mas tiempo que tu- respondió algo enfadada
-Yo lo conoceré desde hace menos tiempo, pero le vi mas que tu- respondí mientras me giraba y me iba con Ian dejándola allí.
-No soporto a esa prima tuya- le dije a Ian mientras caminábamos
-No es mala, le hace esa prueba a todos los ukes con los que estoy y si no te dio una paliza significa que pasaste la prueba- respondió Ian con toda la calma del mundo
-Eso se dice- dije enfadado mientras le daba un puñetazo en el hombro
-Los caminos de una fujoshis son inescrutables- dijo mientras se reía
-Otra fujoshi no- me queje
-Ya tenemos dos en la boda ¿Porque Dios?¿Que he hecho para atraer fujoshis ademas de ser el uke mas bello del planeta?- dije en voz alta logrando sacar una carcajada de Ian
-¡No te rias, es grave!- lo reprendí haciendo un puchero
-¡Helados!- Grite mientras corría al puesto
-¿Que quieres chico?- pregunto el viejo heladero con una sonrisa
-Un helado de Frambuesa y cereza por favor- dije con una cara de felicidad absoluta, Ian iba a pedir un helado pero se lo impedí
-¿Porque no me dejaste pedir un helado?- preguntó Ian algo enfadado
-Porque vas a compartir este conmigo- le dije guiñándole el ojo, Ian sonrió de manera picara y empezó a chupar por un lado mientras que yo chupaba por el otro, cuando nuestras lenguas se encontraron se entralazaron en un apasionado beso.
Cuando se acabó el helado nos levantamos del banco en el que estábamos sentados y caminamos por el gran parque
-Los pavos reales son guapísimos- dije mirando absorto al recinto que contenía a esas maravillosas criaturas
-Yo estoy viendo una cosa aun mas bella- dijo Ian
-¿Donde esta?- pregunte mirando a los lados, tan absorto había estado en los pavos reales que no entendí la indirecta de Ian
-Tu, tonto- dijo besandome, esos piropos me hacían sentirme la persona mas bella del mundo, este es mi seme, mi guapo, fuerte y perfecto seme y no abra nada que nos separe