Capítulo 6 Ayuda

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Cuando vieron la hora fueron a clases, llegaron al salón, pero como Dallán no quería estar ahí por la emoción de ir a realizar el trámite para su empresa, fastidio al maestro tanto que los acabo corriendo por una semana. Arquímedes solo pudo reír y ella le explicó que así es como soportaba sus clases cuando estuvo en el internado, los maestros la corrían para ya no verla y solo acudía a los exámenes.

Abrió un portal que la condujo a un callejón de la ciudad, caminaron por las calles, iban diciendo tonterías cuando Dallán se frenó de golpe, volteo alrededor

—¿Qué te pasa?

—Peligro...

Volteo Arquímedes como ella y levanto los hombros —No veo nada, ¿alguien nos quiere hacer daño?

—Shhhh —giró su cabeza y señaló enfrente —no es con nosotros

Un hombre empujó a una mujer a uno de los callejones, Dallán corrió en esa dirección, esquivo los carros que pasaban por la calle mientras le pitaban con el clakson. Fue hasta el lugar, el hombre tenía amenazada a la mujer, le había arrebatado el bolso, pero no parecía conforme con haberse llevado el dinero

—Ni se te ocurra gritar —la sometió con la navaja mientras que su víctima se ponía a llorar

La rubia se quitó su zapato y lo lanzó con fuerza atinándole un golpe en la cabeza, haciéndolo voltear, primero sorprendido, pero al ver a la delgada chica y su baja estatura soltó una carcajada por sentirse amenazado por alguien tan pequeño

—Suéltala pendejo

—¡Ayuda! —gritó la mujer

—Lárgate de aquí primor

Dallán se agarro el tabique de su nariz, antes de caminar hacia él con una sonrisa —Tu primer error fue tratarla de roba, tu segundo error... Fue llamarme primor —levanto los puños— ¿o acaso le tienes miedo al primor?

Soltó a la mujer que tenía sometida por el cuello y esta se dejó caer al suelo —Entrega tu dinero, primor —caminó hasta la rubia y se agachó para verla al rostro mostrando su sonrisa

Se tronó el cuello —Ya me hiciste enojar

Le dio un golpe en el estomago que lo dobló, se reincorporó el hombre y la jaló de la cola de caballo tirándola al suelo, tomó su navaja y Dallán sostuvo su mano que se acercaba con el filo a su rostro, apretó los dientes y le tiró una patada en la entrepierna que lo golpeó de costado

—¡Puta! —chilló con un tono agudo en suelo mientras se agarraba la zona afectada

—Llorón —se puso de pie y se sacudió

El hombre la tomo por la espalda, pero ella se inclinó y lo hizo caer de espaldas cuando lo jaló hacia el frente, se volvió a levantar y comenzó atacarla con la navaja, se movió de izquierda a derecha, sostuvo la muñeca del ladrón con dos dedos y ejerció presión en una zona que lo obligó a soltar su arma, Dallán le lanzó una patada justo a la mandíbula, lo derrumbó de un solo golpe, lo pisó cuando pasó por encima de él para recoger el bolso y su zapato

—¿Ahora quién es el primor?

Con el alboroto no había visto que Arquímedes había llegado y ayudaba a la mujer a colocarse de pie, le lanzó su inhalador a su amiga, quien lo tomó y se tiró en el piso para recuperar el aliento

—Gracias —inclinó la cabeza la mujer

—¿Qué hace? ¿Planea algo? ¿Por qué siento que esto terminará mal?

—Te está agradeciendo Dallán, no hay nada malo

—Ah... Olvídelo, no fue nada

Llego un oficial corriendo y apuntó con el arma —¡Nadie se mueva!

Corazón de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora