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Querido Karma:

Salimos todos los días desde que aquella chica te dejó. Sonríes y ríes de una forma que provoca que todo mi ser quiera derretirse. Sé que sólo es temporal, hasta que tu corazón mejore y salgas; hasta que puedas volver a amar. Sí, porque tú dices que no sólo querías a esa chica sino que también la amabas. Y me destroza. Sueles hablar mucho de ella y eso hace que piense que eres cruel, muy cruel. ¿Lo haces a propósito o sólo es inocencia?

El otro día decidimos ir al bosque a "despejarnos un poco". Tú llevaste todo. Extendiste una manta en el césped y nos sentamos; comimos, hablamos y reímos, al final ninguno se dio cuenta que el tiempo pasaba con rapidez y la tarde se convirtió en noche. Era una noche preciosa, la luna menguante se podía ver claramente al igual que las estrellas. Nos recostamos y apreciamos su belleza, yo de vez en cuando te miraba por el rabillo del ojo apreciando tu hermosura; tu semblante era tranquilo, tu respiración relajada y en tus ojos había un brillo intenso. Volteaste y una sonrisa apareció, dijiste: "Gracias, Nagisa-kun" y me tomaste de la mano. Yo quedé sin habla y volteé a verte, como si nuestros cuerpos fueran imanes nos acercamos, cerré los ojos pensando que me besarías. Nada sucedió. Sólo suspiraste y volviste la mirada al cielo. Y de repente soltaste mi mano, y la parte que aún seguía unida, se rompió. Yo te miré con las lágrimas desbordándose de mis orbes, por un momento creí que la distancia se había acortado, que volvíamos a acercarnos, que, por primera vez, me habías mirado, me equivoqué y pagué por el error, mi corazón se hizo pedacitos y mis ojos se llenaron de lágrimas, comencé a temblar y tú lo notaste.

Me senté y llevé mis piernas a mi pecho, escondí mi rostro en mis manos. Me abrazaste, como si de esa manera volvieras a unir las piezas de nuevo. Pero lo que no sabes es que cuando algo se rompe hay piezas que faltan y no vuelve a ser lo mismo.

Me preguntaste qué tenía, te dije que me dolía el pecho. Te ofreciste a llevarme al médico. Reí internamente. No eres tan inteligente para algunas cosas, Karma.

Hundí mi rostro en tu pecho e inhalé tu olor a frutillas, tan dulce. Me aferré a ti tratando que aquella dulce fragancia se impregnara en mi ropa, piel y esencia. No funcionó.

Cuando habías terminado de pegar los pedacitos de mi corazón con tu pegamento invisible, me soltaste y besaste mi frente.

"Nagisa-kun, sí algo te preocupa, puedes decírmelo " susurraste y te levantaste.

Mi boca se abrió tratando de decir: "Te amo" pero las palabras no salieron.

¿Seré capaz de decirlas algún día?

Con cariño,

Nagisa S.

Querido Karma ❝Karmagisa❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora