➳ SECRETS: MARIO BAUTISTA. T2.

Capitulo 93 Esto no tiene sentido❤️

ANTES DE COMENZAR A LEER LEAN LA NOTA FINAL, POR FAVOR :) DISFRUTEN EL CAPÍTULO
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Escuche que alguien sollozo y abrí los ojos.
Aún me encontraba en ese sillón.
Alcé la vista y ahí se encontraba ella hecha bolita, en posición fetal.
Podía sentir aún las lágrimas secas en mi rostro y sentía una sensación bastante diferente, era como si no estuviera completo.
Algo me faltaba.
Si yo estaba así. ¿Cómo estaba ella?.
Rodee la camilla para ir de lado de su rostro.
Me agaché un poco y ahí estaba con los ojos abiertos.
Su rostro se tornaba rojo y unas venas sobresalían de su frente.
Con una de mis manos acaricie su rostro y sus lagrimas aún seguían saliendo, una por una, esta vez no tan seguido pero....¡Diablos! No quería verla así, nunca más.
Ella se dejaba acariciar y una vez más limpie sus lágrimas.
¿Qué podía decirle? No sabía cómo actuar, tenía miedo, tanto miedo de poderla cagar.
-Te amo-.
Ella asintió con una mueca de dolor y se mordió los labios para no llorar.
-Si quieres llorar hazlo, llora y llora mucho por qué yo también quiero llorar-
Ella fijó sus ojos rojos y llorosos en mí y se hizo a un lado de la camilla para darme lugar.
No dude en subirme a la camilla después de quitarme los zapatos y la mire de frente.
-Dime que no está pasando esto- su voz era completamente ronca y se aguantaba las ganas de llorar. -Dime que no he perdido la matriz-
Trague saliva. ¿Cómo explicarle? Era tan difícil.
-Soy tan egoísta que preferí correr a verte hasta acá que quedarme a escuchar-.
Ella se acercó a mí aún mordiéndose el labio inferior y escuche levemente como lloraba.
Se escondió en mi cuello y yo la abrace.
Los llantos se hicieron cada vez más fuertes y la intensidad del abrazo aumentaba.
En lo que menos pensé comencé a llorar junto con ella y no quería nada más que abrazarla, besarla y hacerle entender que estaría con ella en todos lo sentidos posibles, la amaba.
-Te amo- mi voz se hizo ronca completamente como la de ella.
Ella asintió entre lágrimas.
-¿Por qué a nosotros Mario?-
¿Cómo responder a su pregunta? ¿A sus preguntas?
Acaricie su cabello.
-No lo sé, yo te cuide como a una reina, te consentí, te cumplí los caprichos- dije entre lágrimas
-Esto ya no tiene nada de sentido-
-¿Qué no tiene sentido?-
Nuestra conversación iba fluyendo con rapidez y desesperación.
Esto era muy difícil.
-Mi vida, no puedo-
Negué con la cabeza. -Cielo, tenemos dos hermosos ángeles que nos necesitan toda su vida, no podemos dejarlos solos, no.-
-Los amo- se despegó de mí y pude notar nuevamente sus ojitos rojos, sus pestañas mojadas al igual que por debajo de sus ojos.
Una cara llena de dolor y estrés.
Nos observamos por unos minutos y ella colocó uno de sus dedos paseando suavemente por mis labios.
Juntamos el rostro. De frente a frente y dejamos que nuestras respiraciones se mezclaran aún estando acostados en la camilla.
Su respiración me trajo paz y las lágrimas poco a poco se fueron.
Así pasaron los segundos, los minutos, quizá las horas también y observarla era de mis momentos favoritos, siempre lo fue.
Aún recuerdo mirarla en clase y acosarla con la mirada, comérmela por completo y que solo fuera mía.

La puerta sonó a simples toques y lo que menos quería era moverme.
-No me dejes por favor- me susurró
-Te lo juro...- tome su mano y la coloque en mi corazón. -Te juro que no te voy a dejar sola, te lo juro y te lo prometo-
Su mirada se suavizó una vez más y sentí sus vías respiratorias sacar aire haciendo chocar el aire con mis labios.

La puerta se abrió y era la misma doctora que había hablado conmigo antes de entrar.

Aclaró la garganta para que notáramos su presencia.
-Veo que ya despertó señorita- dijo en tono amable y preocupado.
Ninguno de los dos la volteo a ver.
-Créame que hicimos todo lo posible, me gustaría poder platicar con usted- pauso -Señor, le recuerdo que no puede estar mucho tiempo acá, se le ha tolerado pero ella tiene que descansar-.
Me incliné para verla
-No pienso despegarme de ella, no ahora, no lo haré-
-Me temo que ella y yo tenemos que platicar, me gustaría también que la dejara descansar-
¿Dejarla descansar? Voltee a ver su rostro y sus ojos estaban completamente cerrados y aún sostenía de su mano. Tal vez necesitaba descansar.
-Se ha quedado dormida- susurro la doctora -Necesita descansar, ha sido un día difícil para ambos-
¿Le tomó la palabra?
Mire a la doctora y ella me miraba autoritariamente, tal vez tenía razón, ella era experta.
-Podemos platicar afuera- volvió a susurrar para no despertarla.
Me dolió en lo más profundo tener que aceptar y dejarla, creo que tenía que descansar.
Me acerqué a ella y bese su frente. Su rostro se encontraba tan lleno de paz, hacía bien, necesitaba descansar después de llorar tanto y tener una conmoción como ella lo tuvo hoy.
Con mucho cuidado deje su mano a un lado de su rostro y ella hacía pequeños gestos de disgusto sin despertar.
Finalmente logré quitarle la mano y me baje de la camilla.
La mire cuando estuve abajo y se veía tan inofensiva, temía de todo el mundo, temía que le hicieran daño.
Me puse los zapatos y le apague la luz del cuarto para poderla dejar dormir en paz y que nada la molestara.
Cerré la puerta cuidadosamente detrás de mí y la doctora comenzó a hablar.
-Se que es difícil pero entienda que tiene que reposar y reponerse, será difícil pero poco a poco progresará.-
-Ella me hizo una pregunta allí dentro, no le respondí por qué soy bastante egoísta y no quise escucharla y salí corriendo-.
Ella asintió -¿Qué pregunta?-
-¿Qué sucedió con su matriz?-
Solo quería buenas noticias, una mala y me moría, estaba a punto.
-Ella venía ya con un sangrado y desprendimiento de placenta- pauso para no dar todo de golpe. -Hicimos el legrado y dejaremos que todo valla evolucionando- No le quitamos la matriz pero haremos exámenes cuando se recupere para decidir qué es mejor para ella-
-¿Hay esperanzas de que la conserve?-
-Siéndole sincera muy pocas, podría quedar sin matriz y sin eso ya no podrá embarazarse-
Cerré los ojos para corroborar que fuera un sueño.
-Usted tiene que hacer todo lo  posible para que eso no suceda... ¡usted es médico!-
-Haré lo posible pero no aseguro nada-
Cerré los ojo, los volví a abrir y mi vista se tornaba cristalina.
-mi pobre Lia- pensaba
-Hay personas que están en sala de espera buscándolo-
Asentí sin decirle nada y camine hasta allá.
El pasillo parecía ser tan largo y no tener final, escuchaba llantos de bebés por todas partes y aturdía mis oídos.
Me tape los oídos con fuerza y escuchaba mi corazón latir desesperado.
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Hola:) aquí otro capítulo, recuerden comentar y votar, siempre la leo y pues déjenme decirles que todo da giros inesperados.

PD:
Hay personitas que me piden finales alegres y otras quieren finales tristes.
¿Qué quieren ustedes?
Una bella lectora me propuso la idea de hacer 2 finales, alternativos.
Esto consiste en que si tú que me lees quieres leer el final feliz subiré el final feliz.
Y si tú que también me lees quieres leer un final triste también lo habrá.
Consiste en dos finales y pondré anunció al inicio de ellos de cuál es cuál  para que puedas leer el que más te parezca y no leas el que no.
Espero les este gustando, las quiero MUCHOOO<3