Capitulo 90 SIN TU AMOR❤️ MARATÓN 1/3

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Abrí los ojos y era la quinta vez en todo el día que despertaba.
Hoy había tenido demasiado sueño, aún seguía peleada con Mario. Pero a pesar de todo Mario era muy corazón de pollo y llamó al doctor preocupado para preguntarle si el sueño era normal, a lo que el médico contesto que sí y que mantuviera reposo.
Como anteriormente saben había tenido una horrible amenaza de aborto, aún así salía a la calle y creo que era momento de reposar, esto era más serio que cualquier otra cosa.
-¿Necesitas que te traiga algo?- dijo sin dejar de mirar a su celular, se encontraba sentado en un sillón a un lado de la cama.
-No-. Dije cortante
-Te iré a preparar algo, no has comido nada-
-Iré a prepararme algo- hice el intento de pararme pero me sentía inútilmente débil.
-Por favor no seas necia-
-Entonces vete a cenar con tu celular- dije sarcástica y él comenzó a reír.
-¿Cenar con mi celular? ¿Acaso te afectó el embarazo?-
Me negué a escucharlo y me acomode en la cama para segur durmiendo.
-Hey, ni se te ocurra dormir-
-Tengo sueño, apenas van 5 meses-.
Mario abrió los ojos tanto como pudo. -¿¡5 meses!?-
Asentí
-Esto va demasiado rápido-
Se acercó a mí y me sentó a un lado de la cama.
-Escucha- pauso y respiro hondo -Se que soy un maldito celoso y en verdad odio demasiado eso y trato de controlarlo y... ¡Sofia tiene razón! Nunca me has fallado y no lo harás, te conozco muy bien y debo de tenerte confianza y te juro que no quiero que estemos peleados, ya no más-.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, últimamente estaba muy sensible.
-Lo siento tanto, siento hacerte pasar momentos incómodos- acaricio mi mejilla y limpio una de mis lágrimas que estaba a punto de deslizarse por mi mejilla.
Con una de sus manos alzó la sabana y se metió a un lado conmigo.
-Eres un tonto- le susurré con la voz cortada y él sonrió.
-Pero solamente tuyo-
Beso mi mejilla y llevo una de sus manos a mi vientre.
-4 meses más y lo tendremos con nosotros-
-Ha sido un embarazo difícil- admití
Mario hizo una mueca algo raro.
-Amor, ¿puedo preguntarte algo?-
-Sí-
-¿Estás mojada?- me miró algo sonrojado
-¿Qué mierda Mario?- reí -No-
Quito rápidamente las sabanas y casi se desmaya.
-Dime que esto es normal, por favor, dímelo- su respiración aceleraba.
-Dime por favor que las mujeres embarazadas aún tienen su regla-
Me senté un poco para observar la cama llena de sangre.
-Mario...- susurre y él me miró asustado.
-¿¡Qué hago!?- estaba asustado.
-Pero... ¡No!- sentí un vacío horrible en esos momentos.
Mi cerebro me punzo terriblemente y de pronto la imagen se distorsionó por completo.
[Mario]
Tome una cobija y se la coloque encima antes de sacarla.
Abrí la puerta del garaje y del auto.
La tome rápidamente y la cargue.
¿Qué mierda estaba pasando?
La subí al auto y me subí al asiento del conductor sin cerrar nada más que el portón.
¿Qué hago si los pierdo? Todo puede pasar.
Acelere él auto pasándome todos los altos posibles.
Lo único que quería hacer era aparecer mágicamente en el hospital.
Ya era el segundo sangrado.
-Maldita sea- grite al volante entre lágrimas.
Voltee a verla y su pijama estaba empapada de sangre en la parte de abajo.
Mientras manejaba tome la sabana y la cubrí más.
¡Ella estaba débil! Era por la sangre que estaba perdiendo en esos momentos.
Mi celular sonó y no pensaba en nada más que fuera conducir rápido.
-Ya casi llegamos cielo- le dije
Los niños se encontraban en la escuela desde la mañana y ahora sí, ocupaba a mi mami en todos los sentidos posibles.
No podía hablarles puesto que ahora lo más importante era mi esposa y mi bebé.
-¡Te dije que comieras!- le dije aún sabiendo que estaba desmayada por perdida de sangre.
Me metí con el auto al hospital lo más rápido que pude y lo deje a medio carril.
Fije la mirada en ella. -Es que, yo... Yo sin tu amor no puedo estar- me sentía impotente.
Salí del auto corriendo y unos paramédicos se acercaron hacia mí y notaron a Lia.
Trajeron una camilla y con cuidado la sacaron del auto.
Tome su brazo antes de que se la llevaran pero decidí ir detrás de ella, no me importaba el auto.
-¿Qué le ocurrió?- me preguntó uno de los paramédicos
-Tuvo un segundo sangrado y está embarazada- no pude evitar que mi voz se quebrara y una vez más me seque las lágrimas.
Un paramédico le tomaba la presión mientras la llevaban a cuidados intensivos.
Otro le revisaba los ojos y otro se desasía de la sabana que le coloque encima.
-Trataremos de hacer todo lo posible- me dijo la paramédica mientras corría con la camilla.
Abrieron las puertas de terapia  intensiva y un guardia me detuvo haciendo que soltará su mano por completo.
-Lo siento mucho pero no puede pasar-.
La rabia me consumía por sentir haberle fallado.
Era de los peores momentos en su vida, definitivamente los embarazos para ella no habían sido fáciles, en sus dos embarazos ha habido riesgo tanto como ella y los bebés.
Sentí una fuerte impotencia y enojo.
Una enfermera salió de terapia intensiva.
-¿Familiar de la señorita que acaba de entrar?-
Asentí
-Necesitamos un donador de su misma sangre-
-Ella es O+, somos del mismo tipo-
-¿Está dispuesto a donar?-
-Sáqueme la cantidad que sea necesaria, por favor-
-¿Está en ayunas?-
-Si, no he desayunado absolutamente nada-
-Sígame-
La enfermera me indicó el camino y prendimos paso.
No tengo idea donde había quedado mi fobia de las agujas en estos momentos pero lo que más quería ahora era que le picaran millones de veces.
Abrió la puerta de un pequeño cuarto y me indicó que me sentará y que me acomodara la manga de mi suéter.
Me quite el suéter verde que tenía y puse mi brazo sobre una pequeña mesita que sobresalía de la pared.
La enferma sacó una liga y me la colocó sobre el brazo.
-Por favor, empuñe la mano-
Empuñé  la mano y ella con su dedo índice comenzó a tocar una de las venas que más sobresalía y saco una intravenosa para colocármela.
-Le colocare la intravenosa y este pequeño cablesito para que la sangre se drene y termine en esta bolsita, ¿bien?-
Asentí sin tener ni un carajo de idea.
La enfermera colocó la bolsita de aproximadamente un litro de sangre en un pedestal donde se sostenía de un gancho.
Me limpio con un algodón la zona de la vena y descubrió la aguja para meterla.
-Por favor deshaga el puño-
Deshice el puño y metió la aguja en mi vena.
Una vez que mi sangre comenzó a pasar por el tubito sacó un plástico con pegamento y me lo colocó alrededor de la intravenosa para evitar que se fuese a salir.
-Acomódese, será un proceso algo lento-
Recargue la cabeza en la pared y comencé a llorar.
-¿Está bien señor?- me preguntó
-El bebé solo tiene 4 meses-
Ella se compadeció de mi al ver su rostro.
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Hola, espero les haya gustado :)
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¿Ya escucharon la nueva canción de Mario, "Sin tu amor"? ¡ES PERFECTA! JAJAJAJA.

➳ SECRETS: MARIO BAUTISTA. T2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora