After the break || «Larry Stylinson» [SMUT]

X~1K+18

Especial 1K +18

Harry Pov's

Aún Louis sigue sin contestarme, pero bueno es tiempo de seguir adelante.

¿A quién engaño? No puedo, lo amo demasiado. Pero me pongo en su lugar...Yo encontrarlo con alguien en la cama me rompería en dos, que dos, miles de pedazos.

Sobre James...aquella madrugada cuchareamos, él me abrazaba mientras yo no dejaba de llorar y así hasta que me puse a mandarle mensajes a Louis y lo corrí de mi casa para empezar en que tipo de drogas estaba cuando se me ocurrió pedirle que se mudara si sólo lo quería para sexo.

Narrador omnisciente

Louis se encontraba peor, no salía de su casa, no comía, no dormía, nada. Estaba en un estado vegetativo intenso.

Al caer la noche, puso en Netflix "friends" una serie que siempre veía con Harry en las noches. Sonó el timbre de su puerta y lo ignoró, volvió a sonar y lo volvió a ignorar, el sonido no se detenía y ya había pasado 1 minuto mínimo. Se paró de mala gana sin pausar la serie, se sabía todos los diálogos, sólo la veía porque era como tener a Harry a su lado.

Louis Pov's

Abrí la puerta y le grite a la persona ¡Quien carajos te crees! antes de verla y al momento me arrepentí

—Me creo el amor de tú vida.

Ahí estaba Harold, de traje....de traje (multimedia +corbata imaginaria), con un ramo de rosas en la mano y SE CORTÓ EL CABELLO

—¿Qué parte de no me vuelvas a hablar en tu vida no entendiste? —rodé los ojos

—Lo que pasa es que nunca me dijiste eso.

Y es cierto, nunca se lo dije. No dejé en claro nada.

—Creí que todo el griterío era un adiós.

—Creíste mal.

Oh shit.

Me apartó de la puerta, me tomó de la cintura con su mano libre, jalo mi cuerpo hacía el suyo, admiro todas mis facciones y sus labios pronunciaron "te amo Louis Tomlinson" y me besó.

El beso fue mágico, me devolvió la vida.

Tiró las rosas al momento en que me separé de él. Cerré la puerta, se me quedó viendo un poco desubicado con esos hermosos ojos verdes, me quité la playera que tenía y lo jale hacía mí. Me cargo de la cintura y con sus manos empezó apretar mis pompas, estaba besando mi cuello dejando grandes marcas que tardarían un poco en desaparecer pero me daba igual, quería que se me quedaran en la piel para toda la vida.

Yo sólo traía boxers puestos y él en traje, que sexy.

Subimos a mi cuarto y me tiró en la cama delicadamente, cómo si me fuera a romper...a romper más. Se quitó el saco, la corbata.

—Espera. —Dije desesperado.

—¿Qué?

—Quedate la corbata, te queda bien.

Se desabrochó el pantalón y se lo fue bajando lentamente, estaba muy caliente así que baje mi mano a mis boxers y me empecé a tocar mientras veía como se desnudaba Harold, ahora el estaba desnudo y con la corbata medio hecha alrededor de su cuellos.

Se inclinó hacía mi y jale de la corbata para unir nuestros labios, nuestros cuerpos. Sentía su erección crecer sobre la mía, sus manos se movían acariciando todo mi cuerpo mientras que las mías arañaban su espalda y sus pompas.

A continuación sus labios fueron bajando, dejando un camino de besos, pasando por mi cuello, mi pecho, mi abdomen hasta llegar a mi pene, mordió ligeramente mi glande haciendo mi cuerpo vibrar. Abrió la boca y lo metió todo sin previo aviso, era el paraíso.
Ahuecaba sus mejillas para que el blow job fuera más placentero, jale un poco de los pocos cabellos que le quedaban para follar su boca, sentía que me venía y paró.

Llevó dos de sus dedos a mi boca y los chupe por completo, los acercó a mi entrada y la rozó. Metió uno y gemi de dolor, no había follado en meses era prácticamente virgen. Metió el segundo y yo seguía gimiendo entre dolor y placer, rogué por un tercero y llegó inmediatamente. Contraía mi entrada para meter los dedos cada vez más, cuando sentí que no era suficiente lo mire a los ojos y él sabía lo que seguía.

Llevó su pene a mi boca para una mamada rápida para lubricar y me había desacostumbrado a su gran amigo.
Regresó a su sitio, me abrió de piernas delicadamente mientras que él estaba sobre sus rodillas en la cama, alineó su miembro con mi entrada y poco a poco la fue metiendo.

Me miraba directamente a los ojos al mismo tiempo que me penetraba, soltabamos pequeños jadeos por falta de oxígeno.

Al estar totalmente dentro de mí esperamos unos segundos a que me acostumbrará y empezó a embestirme como nunca, rodeo mi espalda con brazos haciendo que me sentará en su regazo, me mordía el cuello y yo gemía cada vez más alto, lo estaba montando tal caballo, hice movimientos circulares sobre su paquete y él con una mano me estimulaba el mío.

Le mordía la oreja por tanto placer, seguía montandolo ahora dando pequeños brincos y cada vez eran más rápidos, más fuertes, más estimulantes.

El sonido de nuestras pieles chocando y nuestras respiraciones entrecortadas era lo que dominaba la habitación.

El placer me estaba cegando y me deje llevar al sentir un líquido caliente escurriendo por mi ano y otro escurriendo por mi abdomen y su corbata, nos miramos a los ojos y nos dimos un beso.

Todo estaba perdonado, todo.